Es noticia
10 pasos físicos y psíquicos hacia la felicidad
  1. Alma, Corazón, Vida
CUERPO Y MENTE SON UNO

10 pasos físicos y psíquicos hacia la felicidad

Creemos que por practicar ejercicio físico, por hacer relajación o por ponernos a dieta acabaremos sintiéndonos mucho mejor, cuando es posible que

Foto: 10 pasos físicos y psíquicos hacia la felicidad
10 pasos físicos y psíquicos hacia la felicidad

Creemos que por practicar ejercicio físico, por hacer relajación o por ponernos a dieta acabaremos sintiéndonos mucho mejor, cuando es posible que los beneficios de esas actividades funcionen sólo en un orden. Para estar bien precisamos no sólo cuidar el cuerpo, sino adoptar actitudes y formas de ver la vida que nos hagan sentirnos bien con nosotros mismos. Aquí tienes diez consejos para que tu vida cotidiana sea más satisfactoria:

Presta atención a lo que comes. La forma de alimentarte determina tanto tu salud como tu estado de ánimo. Por lo tanto, comer sano no es sólo una exigencia estética. Determinados alimentos, como frutas y verduras, convienen al control de peso, pero sobre todo ayudan a combatir enfermedades y provocan un mejor estado de ánimo. Siendo cierto que los alimentos no generan los mismos efectos en todas las personas (para unos, la comida sin gluten es básica, para otros una buena carne es sinónimo de felicidad, etc.) realizar una dieta adecuada y sin excesos es clave para tener un buen ánimo.

Cuida la hidratación. El agua no sólo ayuda a mantenernos en forma, eliminando toxinas y regulando la temperatura corporal, sino que procura grandes beneficios para nuestro cerebro. Ayuda a activar nuestra energía y a dotarnos de vitalidad.

Elige tus compañías. Una de las cosas más escasas en la vida contemporánea es el tiempo. Asegúrate de dedicárselo a las personas que lo merecen. Es mucho mejor estar solo que desaprovechar unas horas con gente que no te ayuda a sentirte bien. Ser sociable es positivo, pero serlo en demasía te perjudica.

Disfruta de las cosas cotidianas. Nos pasamos la vida tratando de obtener grandes metas, casi todas materiales, y en ese trayecto vamos dejando de lado un montón de pequeños momentos placenteros que no hemos sabido aprovechar. Saber hacer apartes en la persecución de esos fines a largo plazo y pensar mucho más en lo que tenemos que en aquello que nos falta nos ayudará a ser más felices.

Ayuda a los demás. Sentir que estás entregando parte de tu tiempo a gente que lo necesita quizá resulte estresante al principio, porque te sobrecargas con tareas que no siempre generan el feedback que esperabas, pero te ayudará a sentirte bien. Comprometerte éticamente, sin esperar nada a cambio, es también una fuente de paz interior.

Déjate seducir por la música. No hay mejor potenciador de los sentimientos que una melodía. La capacidad para vivir lo positivo de forma intensa es uno de los rasgos de personalidad más habituales entre quienes son felices y la música es un buen “dopante” para generar esa actitud.

No te cortes a la hora de decir “no”. A menudo no queremos herir a alguien, no nos atrevemos a llevarle la contraria o simplemente queremos ganarnos su afecto, y para ello terminamos haciendo cosas con las que nos sentimos incómodos. Olvídate de esas concesiones: no puedes perder el tiempo siendo de forma distinta de como eres. Sólo conseguirás frustrarte.

Disfruta de la luz del sol. Un agradable paseo primaveral nos puede proporcionar una buena dosis de vitamina D, lo que nos beneficiará a la hora de prevenir muchas enfermedades, desde la osteoporosis hasta las afecciones de corazón, y servirá para revitalizarnos anímicamente. Los rayos del sol traen muchos beneficios para la mente.

Tómate las cosas del espíritu en serio. Ser es mucho más importante que tener. Hay quien opta por una mayor cercanía a lo religioso mientras que otras no necesitan recurrir a lo trascedente pero, en todo caso, apostar por una existencia que se centre en las cosas importantes mucho más que en los bienes materiales es esencial para vivir mejor.

Ponte límites (a la hora de dormir). Unos hábitos saludables consiguen que tengamos mucha más energía y una actitud vital mucho más positiva. El tiempo de sueño que cada cual necesita suelen variar dependiendo de la edad, pero ocho horas al día suelen ser imprescindibles. No te enredes con la televisión o con el ordenador. Ponte un horario límite para irte a la cama y cúmplelo. Si sigues esta regla, sus beneficios se harán muy evidentes a medio plazo.