Mario Ramírez 'Finito', sin pelos en la lengua, tras su paso por 'GH Dúo 2': "Llegué a dudar de mí mismo"

Su experiencia en la casa de Gran Hermano Dúo 2 fue igual de convulsa que su propia vida. Finito se desnuda en cuerpo y alma en una entrevista exclusiva con EL CONFI TV, en la que amenaza con regalarnos su mejor versión en un posible regreso a la casa de Guadalix de la Sierra.

A pesar de que fueron dos de los concursantes más polémicos de El Conquistador, en su versión en Televisión Española, los hermanos Ramírez partían como los participantes más desconocidos del reality show de Telecinco. Mario y Pao, Finito y Keroseno, respectivamente, crearon rápidamente sensación por su peculiar y admirable método para superar la trágica muerte de su madre, cuando tan solo eran dos niños.

"No hay empatía en esa casa. Aunque no sé yo si son realmente como se muestran"

El malagueño de 27 años recalca sentirse con ganas de volver a retomar la experiencia que le arrebataron en la segunda nominación del programa, pese a confesar que es el concurso que más cuesta arriba se le ha hecho por la convivencia. No ha dudado en nombrar a las dos personas que más difícil se lo han puesto dentro de la casa y también se ha mojado para señalar a los dos compañeros que considera sus ganadores, de quedarse junto a su hermano fuera de la competición.

PREGUNTA. No ha sido la primera vez que te vemos participar en un programa de televisión, ¿qué concurso te ha resultado más complicado, a nivel psicológico?

RESPUESTA. A nivel psicológico se me ha hecho más cuesta arriba Gran Hermano, porque El Conquistador era un programa bastante físico. También era mental, pero al tener tanto esfuerzo físico no te da tanto tiempo a pensar en otra cosa. GH es un duelo contra ti mismo y contra tus propios pensamientos, porque, al estar encerrado en un sitio que se te va quedando cada vez más pequeño, la única escapatoria que puedes llegar a tener es relajarte, no entrar en bucle, que tus propios pensamientos no te autodestruyan...

Soy una persona que le doy muchas vueltas a la cabeza y al no tener mucha opción de hacer más cosas, mis propios pensamientos como que se me hicieron bola y llegaron incluso a autodestruirme.

P. ¿Volverías a participar en alguno de los dos?

R. Si, totalmente. Porque, a mí en Gran Hermano, lo que se me hizo bola es la desconexión con el exterior, y luego cuando salí, me di cuenta de que no era para tanto. Al revés, que yo pensaba que iba a estar hablando de mí de una manera totalmente errónea, porque hasta llegué a dudar de mí mismo. Pero, qué va, porque lo que más ha habido es risas y apoyos, al final la gente ha sabido conectar con nosotros, especialmente conmigo, que salí y me tuve que abrir en plató. La gente ha sabido ver a través de mi mirada y con eso me quedo. Con los mensajes bonitos.

P. En El Conquistador de TVE también tuviste, junto a tu hermano Keroseno, algunos encontronazos con los compañeros de reality, ¿dónde te ha resultado más cuesta arriba la convivencia?

R. Sin duda, se me ha hecho más cuesta arriba en Gran Hermano, porque, quieras que no, en El Conquistador no había cámaras 24 horas, y mi hermano y yo siempre teníamos nuestro rato de desahogo, de hablar las cosas y planificarlas. Al final, lo que se vio en ese programa fue una realidad en la que mi hermano me decía: 'Yo quiero decir esto cuando vengan las cámaras, en las nominaciones...', y nunca iba a impedírselo. Sé que era su sueño y yo le dije que tiráramos para adelante con todo.

Es decir, si tenía que hacer mil pruebas, pues las haré, pero que no se quedara con nada dentro, porque, al final, era su concurso también. Si yo físicamente podía responder un poquito más, pues que le diesen él a la lengua y nos los íbamos cargando como podíamos.

P. ¿Por qué piensas que El Conquistador no triunfó a nivel nacional, siendo todo un éxito para el público vasco?

R. Creo que tuvo que ver mucho el horario de emisión y la excesiva tensión que había. Hasta yo que lo viví desde dentro había momentos en los que incluso sudaba viendo el programa. Pero, también es verdad que la forma de consumo a día de hoy ha cambiado y a mí me llegaban comentarios de que hasta el sábado estaba todavía la gente viéndolo, y se emitía los lunes. A nivel de audiencia no fue tanto, pero la gente sí fue arrastrando para verlo en las plataformas durante toda la semana. En la calle se ha notado que la gente lo vio más de lo que nos creíamos.

P. Con respecto a la tensión que citas sobre el programa de Televisión Española, muchos seguidores del formato achacaban a que todo estaba exagerado y preparado, ¿fue todo real o se teatralizó?

R. Fue todo real, cien por cien. Yo salí de allí bastante mal, físicamente, con muchas heridas, con fiebre, infección de oído... Lo que se ve en El Conquistador es prácticamente como un documental de la dureza que tienen las pruebas y los campamentos, y todo aquello fue real. En ningún momento te dicen nada, al revés, las cámaras vienen lo justo, y al estar sufriendo también los redactores y cámaras, se palpaba la situación violenta, pero era la realidad.

"Ana María Aldón está pensando en lo que ve la audiencia, en cómo la va a juzgar, en cómo va a compadecerse de ella"

P. Después de tu experiencia en la casa de Gran Hermano, ¿consideras que hay empatía entre los concursantes que te tocaron como compañeros de experiencia?

R. No, para nada hay ahí empatía. Aunque, también te digo, que no sé yo si son realmente como se muestran allí. Porque han tenido opiniones de mí que creo que han utilizado de manera sucia y rastrera, pero en cuanto a un juego, para echarme a la calle. Tampoco considero que esa sea la opinión que tienen de mí o que tenemos unos de otros. Pero, si quieres llegar lejos en este tipo de programas, tienes que centrarte mucho en ti y saber que quieres llegar lejos, no dejarte influenciar ni compadecerte de nadie.

Tienes que ser de mente fría y que te dé igual el resto. Tienes que intentar que no se te note, pero, al mismo tiempo, allí el que llega lejos es porque le da igual los demás. Tienes que ser totalmente frío de mente.

P. Al hilo de esas estrategias sucias que han utilizado contra ti algunos de tus compañeros, por qué piensas que ha sido, ¿te veían como rival o porque, simplemente, actuaban con maldad?

R. Porque actuaban con maldad, porque es más fácil si te posicionas contra una persona y buscas tu enemigo semanal, lo atacas a él. Sobre todo si estás nominado y te ves tú también en peligro en la nominación. Entonces, hubo gente que me señaló con el dedo e intentó atacarme con todo, porque yo me abrí al principio con cierta gente, como Manuel, que le comenté que desde hacía mucho tiempo atrás hacía mucho deporte de contacto, que lo utilizaba como para evadirme, y, es verdad, que si entras contando eso, lo más fácil con lo que te pueden atacar es con lo típico: la violencia y la agresividad.

Pero, para nada, soy una persona así. Es más, lo he hablado hasta con la psicóloga, porque, como he dicho antes, llegas a dudar hasta de ti mismo. Pero, luego, me paraba a pensarlo y decía: '¡Pero si yo aquí realmente no he hecho nada! La gente lo que está es poniéndose una cosa en la boca que es totalmente opuesto a lo que ha pasado aquí.

"Ana María está utilizando el juego de victimizarse y de que la gente se compadezca de ella"

P. ¿Quién de todos ellos dirías que ha actuado con más mala fe contra ti?

R. Hombre, con peor mala fe, veo a Ana María Aldón, porque la veo una tía bastante lista y a la vez, también, bastante talentosa, en cuanto a sus dotes teatrales y de dramatismo. Quieras que no, hasta la veo manipuladora, porque ella, en todo momento, está pensando en lo que ve la audiencia, en cómo la audiencia va a juzgar sus actos, en cómo la audiencia va a compadecerse de ella, y creo que eso son bastantes signos de manipulación.

Al final, ella trabaja en la tele, va de que no, de que es muy buena y muy inocente, pero no me lo creo ni aunque me paguen.

P. ¿Eso quiere decir que, a pesar de estar dentro de una experiencia de 24 horas, Ana María no está siendo natural?

R. No, está utilizando sus conflictos internos, los está exteriorizando y poniendo palabras en su boca que a lo mejor no son realmente el motivo por el cual ella está llorando. Ella está utilizando el juego de victimizarse y de que la gente se compadezca de ella para así poder ganar ese apoyo del público o de la gente que ella considera que puede apoyarla.

P. De hecho, Aldón llegó a acusarte ante la audiencia de lanzarle una serie de miradas que hasta la hicieron llorar y alejarse de ti, ¿cómo valoras esta delicada insinuación relacionada con problemas de su pasado?

R. La vi una acusación totalmente con maldad, porque, al final, no se ha visto esa mirada de la que ella tanto habla. Repetía lo de la mirada, y, al final, lo que yo creo que ella quería hacer era sacar esos temas de su pasado y me utilizó a mí como excusa, por si le tendían ese brazo, como por ejemplo que le preguntaran '¿qué ha pasado? ¿Cómo te sentiste?'.

Lo que le está interesando a ella es que le pregunten cosas, que indaguen un poco, porque con eso pueden salir vídeos y hablar de ella en otros programas. Pero, utilizar a una persona allí, que en ningún momento ha tenido esa mirada y comportamiento contigo, lo veo bastante sucio y rastrero. De hecho, a mí me afecto mucho. Es lo que más me ha afectado, la verdad. Junto con la desconexión del exterior y encima esos temas tan graves... Me hizo ponerme en situación de lo peor, de que se estaría hablando fuera mal de mí, dándole a ella la razón.

P. En otro de los desencuentros que tuviste con Manuel en la casa se llegó a cuestionar el estilismo, el cual achacaban a una supuesta personalidad más agresiva y poco sociable, ¿vas a cambiar tu apariencia y manera de vestir tras el programa?

R. ¡No, para nada! Yo estoy contento como me veo. Es verdad que a mí me gusta reconectar con mis valores, reconectar con mis raíces, y le doy mucha importancia a lo estético y visual. Me siento supercómodo, pero, es verdad, que se lo puse como blanco y en botella. Ellos se unieron, y el peso de la mayoría parace que tiene más relevancia y hasta tú te lo llegas a creer.

Aunque también es verdad que hay mucha otra gente que me dice: 'Finito, es que realmente tu apariencia no tiene nada que ver con tu personalidad'. Pero, bueno, yo voy un poco más allá de eso. No creo que yo esté intentando reflejar mi personalidad, estoy intentando reflejar el estilismo, mis raíces, me gusta verme de una manera clásica y con mis influencias.

P. Tanto tú como tu hermano habéis hablado públicamente de la dolorosa situación familiar que tuvisteis que pasar en vuestra adolescencia, ¿consideras que ha calado en la sociedad el importantísimo mensaje sobre los problemas de salud mental que habéis tratado por el suceso de vuestra madre?

R. Sí, totalmente. Considero que, gracias a lo que nosotros estamos haciendo y a forma que tenemos de tratarlo, hay gente que tiene menos miedo de ponerse la palabra suicidio en la boca, y creo que eso es un gran avance ya. Al final, la gente a la que nos ha tocado esto de cerca, es verdad que te interesa de por vida. Leo mucho acerca del tema y escucho muchos podcast, pero, es cierto, que si no te toca de cerca, no te paras a pensar en ello.

Quisimos intentar acercarlo de una manera rápida e impactante para que la gente empezase a hablar de ello, sin tampoco tener que indagar mucho en el tema, sino que se genere un tema de conversación a raíz de un impacto que nosotros hemos querido general. Que en prime time se nos dé esa visibilidad y que se hable de ese tema y genere una polémica, tanto en las calles, como en redes sociales, a nosotros es lo que más nos llena. Al final, considero que mi misión en la vida es darle voz a mi madre, y, por consiguiente, a todas esas personas que han pasado lo mismo. Creo que somos ese empujoncito que necesita la sociedad para generar esa conversación y ese debate de hablarlo sin miedo, porque es algo que se suele ocultar por miedo o vergüenza. Creo que lo estamos cumpliendo y va a ir a más.

P. Muchos seguidores del programa no han entendido vuestro humor, como, por ejemplo, acudir al cementerio caracterizado como Epi y Blas, ¿cuál consideras que es el motivo de estas críticas?

R. Yo considero que la gente no se llega a poner en el lugar, sino que juzga un vídeo o una performance, porque lo hemos hecho con esa idea de que se juzgue y se genere un debate. Creo que nada está más lejos de la realidad y deberíamos acercarnos un poquito más a la muerte y verlo de una manera un poco más positiva, dentro de lo que cabe. No quiero decir que tengamos que estar pensando todo el día en ello, pero que intentemos normalizarlo, porque es algo por lo que vamos a pasar todos.

A mí a veces me dice la gente: 'Es que, madre mía, el que esté ahí muerto, enterrado, se va a cabrear'. Y yo les digo, que si yo estuviese ahí muerto, enterrado, veo a dos locos haciendo aquí vídeos y sus performances y me alegraría. Un poco de cachondeo y alegría nunca viene mal. ¿Por qué vamos a tener que estar llorando eternamente o sintiéndonos unos desgraciados? Al final es lo más natural que tenemos los seres humanos, que nacemos y nos morimos. Hay culturas que, aparentemente parece que están más o menos avanzadas que la nuestra, pero creo que espiritualmente nos dan cien mil vueltas, y a mí me gustaría poder llegar a ese punto, a esa calma y tranquilidad espiritual en la que no veamos la muerte como el final de todo. Me gustaría que se viera todo un poco más bonito, porque creo que, realmente, lo es.

Que a mí se me muriera mi madre también me ha dado esa tranquilidad de pensar que algún día podré reencontrarme con ella, de la manera que sea, no te hablo físicamente, tal y como lo conocemos, pero me gustaría pensar que esto no acaba aquí y que la cosa seguirá de alguna otra manera.

"Ella es mi creencia y sé que está en algún sitio ayudándonos y tendiéndonos la mano como no pudo tendérnosla aquí en vida"

P. En vuestro libro, 'Enterrando traumas infantiles', que está agotándose en las librerías y arrasando en Amazon, tratáis en profundidad justamente este tema del que hablas. ¿Te ha cambiado tu concepción de la muerte, después del suicidio de tu madre?

R. Totalmente. Yo era una persona superatea, no quería creer en nada, pero, después de que te pase algo así, quieres creer y te obligas un poco a creer. A mí me da vida pensar eso y cada detalle y cosilla que me pasa, que yo la relaciono con mi madre, a mí me provoca una sonrisa y muchos motivos para seguir. Es verdad que hay gente que tendrá sus creencias y religiones, y yo creo en esto. Creo en ella, ella es mi creencia y sé que está en algún sitio ayudándonos y tendiéndonos la mano, como no pudo tendérnosla aquí en vida.

P. ¿Qué nos ha quedado por conocer de Finito y qué amenazas con hacer si volviese en una posible repesca en el concurso?

R. Finito y Keroseno somos dos personas que hay que tener un proceso para llegar a entendernos y a ponerse en nuestro lugar. Yo me considero que sigo siendo ese niño con un corazón puro, con ganas de querer y de que lo quieran. Un niño cariñoso. Creo que si volviese a entrar me dejaría más llevar por eso, por ese ese niño cariñoso y con ganas de querer, quitándome un poco esa coraza, el pensar que la gente va a hacerme daño o atacarme. Entraría totalmente con esa idea.

La psicóloga del programa me lo dijo, que me vio al principio que yo entraba en ese plan, en calma y paz, pero me duró poco. No estaba preparado para ponerme en ese punto de convivencia y a darle tantas vueltas a mis temas. Yo creo que entraría mi mejor versión. Entraría Mario al desnudo, porque es verdad que ha sido un punto de inflexión salir de la casa, como reflexión, y me estoy dando la oportunidad de volver a querer y conocer a gente sin pensar en la maldad del mundo, que es verdaderamente lo que yo he hecho estos últimos años, pensar que el mundo es malo y que tienes que volverte un poco malvado para que no te traten tan mal.

P. Muchos seguidores del reality show de Telecinco piensan que tu unión con Ivana Icardi y los rumores de carpeta podría ser una estrategia para regresar a la casa en forma de repesca, ¿qué les responderías?

R. No, para nada. Es verdad que tenemos la misma representante, pero a nosotros en ningún momento se nos ha condicionado a nada. Es más, nos dijeron que si nos llevábamos bien, bien, y si nos llevábamos mal, pues para adelante. Tenemos que vivir la experiencia libremente.

Es verdad que yo con Ivana he tenido muchas conversaciones parecidas a las que estamos teniendo aquí, y son temas que a mí me hacen abrirme y conectar con la persona. Encima, estoy viendo ahora los detalles tan bonitos que está teniendo con mi hermano, más me corrobora lo buena persona que es. Creo que tiene también mucha historia que contar y mucho que enseñarle al mundo y a mí me atrapa ese tipo de personas, personas con una historia, con la necesidad de crear y expresarse, y creo que ella tiene ese ángel dentro. Lo que tiene que venir, vendrá, pero yo, evidentemente, es una niña que me llevo ya para el resto de mis días.

P. Y hablando de los bonitos detalles de Ivana con tu hermano, durante la gala del pasado jueves, Keroseno y ella usaron el poder del intercambio y tuvieron la oportunidad de salvarse uno de los dos de la palestra de nominados. ¿Cómo valoras que tu hermano no se atreviese a enfrentarse a "la soberana", si siempre habéis mantenido que es la que tiene la última palabra, sea bueno o malo?

R. Lo puedo llegar a entender, porque, cuando a mí me echaron, el nivel de desconexión y dudas que teníamos en cuanto al exterior era brutal, porque de El Conquistador veníamos con una mochila de odio bastante grande. Es como complicado allí pensar que la gente te está queriendo. Entonces, entiendo que, al ser los menos conocidos de la edición, tuviese miedo.

¿Que no estuvo acertado? No te lo niego, pero, también te digo que, de manera estratégica, tampoco creo que hayan estado tan desacertados. Al final, Ivana tiene bastante apoyo, se lo han demostrado en la casa y si ella lo ha visto conveniente, pues ojalá se salve y siga haciendo con Keroseno ese dúo que hacen, porque es maravilloso verlos. Es el vínculo más real que se ha creado en esa casa, los demás están ahí para limpiarse su imagen e intentar llegar los más lejos posible. Ivana y él están actuando por como el corazón les está diciendo.

Puede pasarle factura de cara a la siguiente nominación, porque la gente juzga el concurso, y aunque digan que no importan los seguidores, yo creo que si importan, porque a la hora de expulsarte, si tienes un fandom bien grande, te sientes más seguro. Puede pasarle factura, pero un día en esa casa es como una semana y todo puede cambiar todavía mucho. Creo que está en su mano que lo hagan entender y tiene una semana larga por delante para poder expresarse.

P. Si, desgraciadamente eso no ocurre y cae en una próxima nominación, y tú no regresas a la casa como repescado, ¿quién crees que se merecería ganar Gran Hermano Dúo 2?

R. Sinceramente, me molaría que ganase Ivana o Asraf. Porque, hasta mi padre me lo dijo, que nada más ver que nos juntábamos mucho con ellos dos, es porque son nobles y personas de corazón, porque a nosotros nos pasa eso, que conectamos con la gente que es más afín a nuestra ideología y pensamientos. Ellos dos me alegría mucho de que ganasen el concurso.