No contenta con defenestrar a su cita en 'First Dates', le pega un durísimo corte al darle calabazas

• Carlos Sobera destapa la existencia de una cita censurada en 'First Dates': "Todas las demás se han emitido"

Víctor y Conchi fueron este jueves, 2 de noviembre, dos de los solteros que probaron suerte en el restaurante del amor de First Dates. La primera impresión para él al ver a su cita fue bastante positiva, no así para ella, que desde el inicio se encontró ciertamente incómoda. Él le explicaba que era madrileño, pero un deje en su acento le hacía ver que la estaba vacilando: "Tienes acento gallego, y te lo he dicho y te sale todavía más. ¿Me estás vacilando?".

Con estas suspicacias pasaron a cenar, pero lo cierto es que la situación no mejoró con los diferentes temas de conversación. Conchi no acababa de pillar su tipo de humor, y cada asunto que sacaba les distanciaba un poco más: desde sus relaciones pasadas hasta la extrañeza del soltero al conocer que tenía ya dos nietos con tan solo 49 años. Las caras de circunstancia de la comensal no hacía presagiar un buen final de velada.

Pero lo peor estaba todavía por llegar, ya que Conchi guardaba la compostura delante de Víctor, no así tanto en la intimidad del confesionario, donde verdaderamente compartía con los espectadores sus malas sensaciones: "Si mira al techo al hablar qué iniciativa va a llevar, si mira él o si miramos los dos o cómo va esto. Yo creo que este hombre es aburrido, aburridísimo. Es un muerto".

"Es rarísimo. Yo tengo la mío, pero es que él es más raro que un perro verde, como se suele decir. Qué cosita más complicada me habéis traído, de verdad. Pero vamos, oye, que igual a otra le cuadra", soltaba sin ningún tipo de miramiento, exasperada al ver que su cita llegaba incluso a tratar de venderle un seguro. De todo menos romántico.

Con estas declaraciones sobre la mesa parecía claro que no saldrían juntos del programa. Al menos por parte de ella, ya que en La decisión final él sí abría la puerta a seguir conociéndose fuera del programa: "Claro, por qué no. Me ha sabido a poco, me gustaría saber más cosas de ella, me encantaría. Me ha gustado, pero no sé si me vería con ella en el futuro. Es más, tengo muchas dudas, pero las tengo con todo el mundo. Entonces... claro, por qué no", sostenía.

La cara de ella al escuchar esa intención de tener una segunda cita, con una explicación tan rara, era un poema, por lo que optaba directamente por darle a Víctor un corte monumental con el que tirar por tierra cualquier expectativa: "Yo lo siento mucho, pero no. Yo es que no me veo en el presente, entonces en el futuro difícilmente"; le espetaba antes de marcharse cada uno por su lado.