"Le falta calle": ella lo piropea sin parar, y el soltero se desencanta con sus comentarios ('First Dates')

El encuentro entre Rodrigo y Andrea ha sido un total fracaso, sobre todo para ella. Después de conocerse mucho más durante su cita en First Dates, el argentino de nacimiento vio que no tenía nada que le atrajese.

Él, de 24 años, y ella, de 21 años, era una pareja que, a priori, parecía encajar, desde que se presentaron en la barra del restaurante. Estuvieron hablando de cosas variadas para conocerse y poniéndose al día sobre sus gustos, proyectos de vida y anteriores relaciones. Un punto importante para Rodrigo que le hizo tomar una decisión, prácticamente desde el principio de la cena.

Rodrigo lo tuvo claro desde el principio: "Es muy inmadura para mí"

Andrea, en cambio, se quedó embobada con el soltero nada más verlo entrar: "¡Qué guapo, qué guapo! ¡Muy guapo!". Una ristra de piropos que no cesaron desde el saludo, hasta prácticamente la ceremonia de la decisión final en la que tuvieron que decidir si volver a quedar, o no.

A la soltera le encantó también su acento, ya que, aunque es argentino de procedencia, el joven lleva bastantes años afincado en España y mezcla algunos sonidos de nuestras lenguas. Pero, sin embargo, a Andrea le encantaron sus ojos, su pelo y hasta llegó a preguntarle si era modelo. "Tiene dos ojos azules como el océano, que te pierdes en ellos", insistía fuera de cámara.

Unos comentarios que contrastaba radicalmente con el pensamiento que estaba teniendo él sobre su cita: "Creo que es muy infantil para lo que yo estoy buscando y le falta bastante calle para la que yo tengo". Acto seguido, su convicción se fue haciendo más firme, sobre todo después de que ella admitiera ser una fiel oyente de todas las canciones de Disney.

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"Es muy inmadura para mí", concluyó el soltero, que, finalmente, le confirmó que no quería volver a tener una segunda cita con ella, ya que, "no quería lastimarla", al verse totalmente opuesto a su forma de ser y pensar. Ella, en cambio, aceptó volver a verlo, y repitió lo mucho que le había gustado, tanto por dentro como por fuera.