Fernando y los universos paralelos en 'First Dates': las calabazas más surrealistas de la historia

Fernando llegó este miércoles, 23 de marzo, al restaurante de 'First Dates' dispuesto a encontrar por fin el amor. No lo ponía fácil, ya que él mismo reconocía que sigue soltero y sin pareja porque le gustan demasiado las mujeres: "Soy fogoso, me gusta el sexo y lo disfruto, se me conoce, vaya. Cuando he tenido relaciones con mujeres es algo que se nota en mí. Lo han notado y yo lo he notado".

"Me gusta que haya tonteo, feeling, conexión. A veces el tener un ligue no significa que solo haya una persona, por eso vengo a 'First Dates', para salir de aquí sin que haya más ligoteo. Quiero salir con una mujer que me llene con la que quiera pasar lo que me quede de vida", confesaba ante las cámaras del equipo del programa.

Sin embargo, Rosi no las tenía todas consigo o, al menos, no pensaba del mismo modo que él: "Yo no quiero compromiso, ni rutina ni convivencia. Es difícil tener una relación y no vivir en pareja, lo sé y lo entiendo, pero es lo que busco", decía a modo de presentación, unas palabras que le eran ajenas a él.

La primera impresión al verse fue buena para ella, no así para él, pero aún así decidían probar suerte en la cena, conociéndose un poco más a lo largo de la velada. Tanto que no dudaban en hablar de sexo, con el catalán reconociéndose como "muy picarón", lo que chocaba con ella: "¿Ah, si? Pues has dado con la ameba más famosa del mundo. Yo soy una ameba. A lo mejor es que no he encontrado a la persona que despierte esa parte de mí, puede ser".

"A mí me lo suelen decir, que soy picarón, por mi manera de mirar, la forma de tirar indirectas y de hablar con segundas, porque no siempre hay que ir tan a saco. Pero sí, me gusta el sexo", proseguía compartiendo Fernando, sin encontrar una respuesta positiva por parte de Rosi: "Pues yo soy una ameba, ¡antagonista total!".

Esta rotundidad de la soltera dejaba completamente descolocado a su cita, que no entendía absolutamente nada: "Yo estoy interpretando lo que quiere decir, lo que yo creo, porque realmente ameba... ¿ameba? ¿Qué quiere decir? ¿Qué ella misma se lo hace? ¿Qué goza más ella sola sin otras personas? ¡Una ameba!", comentaba con extrañeza en uno de los confesionarios del 'dating show'.

Ella, por su parte, trataba de dejar un poco más claro lo que quería decir con "ameba", en la intimidad del programa, eso sí: "Si hay una estadística que diga cuántas veces te duele la cabeza estando en pareja, yo estoy ahí arriba. A ver, no me gusta el sexo", sentenciaba.

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Con este choque de caracteres en un aspecto tan fundamental para Fernando, parecía que la cita no iba a ir a ninguna parte. Pese a eso, y a que él no dudaba en reconocer en varias ocasiones que no había ninguna atracción por su parte hacia ella, no dudaba en robarle un beso en el reservado del restaurante. Ella no sabía muy bien dónde meterse, pero pese a ello acababa 'La decisión final' concediéndole una segunda cita.

El joven, en cambio, optaba por darle calabazas, pero quería hacerlo de una forma tan educada que acababa protagonizando uno de los finales más extraños que se recuerdan: "Yo te decía antes que me gusta mucho lo de la astronomía. Se dice que hay múltiples universos, por lo tanto hay todos los Fernandos posibles que uno pueda llegar a imaginar. Entonces, en el universo en el que Fernando tendría una segunda cita contigo no estoy yo. Yo no vivo en ese universo. Vivo en el universo en que Fernando querría saber alguna vez de ti, cómo te va, llamarnos y demás, pero en plan pareja no". Rosi acertaba a decir que ella todavía veía tampoco una cita romántica, porque para eso necesitaba un feeling que no había sentido y que, por ello, no se atrevería a besarle como él si hizo. Cada uno terminaba finalmente marchándose por su lado del programa.