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Ni siquiera los empresarios alemanes pueden garantizar que no haya despidos en 2009
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EN CONTRA DE LO QUE DIJERON A MERKEL

Ni siquiera los empresarios alemanes pueden garantizar que no haya despidos en 2009

Sonaba demasiado bonito para los tiempos que corren: Job-Garantie, puestos de trabajo asegurados en el año 2009, a pesar de la crisis. Era el titular más

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Ni siquiera los empresarios alemanes pueden garantizar que no haya despidos en 2009

Sonaba demasiado bonito para los tiempos que corren: Job-Garantie, puestos de trabajo asegurados en el año 2009, a pesar de la crisis. Era el titular más destacado de la reunión que había mantenido la canciller Merkel el domingo por la tarde con una representación destacada de empresarios, banqueros, patronal y sindicatos de la República Federal. Una promesa realizada con la boca pequeña, con algunos “Ja, aber...” (“sí, pero...”), que se han concretado más este martes. Lo ha dicho el director del Instituto de Economía de Colonia, Michael Hüther, y también el jefe de la patronal del metal, Ulrich Brocker: “No se puede dar una garantía total de que no habrá despidos”.

 

Las empresas más representativas de este país y las que forman el índice Dax aseguran que van a hacer todos los esfuerzos posibles, pero reconocen que cada una  funciona a su propio ritmo y con sus propias demandas y exigencias y que no se puede afirmar nada de manera tajante. En unos casos se intentará alcanzar un acuerdo con los sindicatos sobre una reducción de jornada, como ya está siendo el caso en Mercedes, con cuatro y hasta tres días de trabajo semanal en algunas factorías. En otros se pactará una congelación salarial, como ya ha ofrecido en algunas empresas el poderoso sindicato IG Metal. Los EREs y otros sistemas de prescindir de empleados no estrictamente necesarios están a la orden del día, también las jornadas laborales de cuatro y seis horas.

El mayor problema lo plantean las pequeñas y medianas empresas, que forman el tejido industrial más sensible de este país. “Las promesas que se hacen sólo con los labios no sirven de mucho”, afirma el presidente de este sector, Mario Ohoven. Hoy en día, cuatro de cada cinco trabajadores están empleados en estas empresas de pequeño o mediano tamaño en Alemania. 

Las profecías se autocumplen

En este panorama un tanto desolador, en el que el goteo de malas noticias es constante, también han surgido las voces que dicen “ya basta”. Entre ellas, una tan destacada como la de Klaus Zimmermann, director del Instituto de Investigaciones Económicas (DIW), quien ha pedido un parón en este aluvión constante de predicciones y datos sobre la coyuntura. “Es un caso de honradez intelectual”, ha declarado Zimmermann al Financial Times Deutschland. Esta es una crisis tan específica, tan diferente a las anteriores, que los antiguos patrones no funcionan. Podemos constatar que está pasando algo grave, pero no podemos decir qué más va a pasar después… a lo mejor lo que estamos formulando son profecías que acaban haciéndose realidad”.

La última profecía viene del propio gobierno alemán. Considera que una caída de un 3% en el PIB del año 2009 no sería descartable. Hasta ahora se había hablado, en el peor de los casos, de un 2,2%.

Sonaba demasiado bonito para los tiempos que corren: Job-Garantie, puestos de trabajo asegurados en el año 2009, a pesar de la crisis. Era el titular más destacado de la reunión que había mantenido la canciller Merkel el domingo por la tarde con una representación destacada de empresarios, banqueros, patronal y sindicatos de la República Federal. Una promesa realizada con la boca pequeña, con algunos “Ja, aber...” (“sí, pero...”), que se han concretado más este martes. Lo ha dicho el director del Instituto de Economía de Colonia, Michael Hüther, y también el jefe de la patronal del metal, Ulrich Brocker: “No se puede dar una garantía total de que no habrá despidos”.

Angela Merkel