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Financial Times: la cumbre de Washington se salda con “victoria parcial de los europeos”
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“LA REUNIÓN DE LAS BUENAS INTENCIONES”, DICE DER SPIEGEL

Financial Times: la cumbre de Washington se salda con “victoria parcial de los europeos”

La de Washington ha sido “la cumbre de las buenas intenciones”. Así define el semanario alemán Der Spiegel en su edición digital los resultados del encuentro

Foto: Financial Times: la cumbre de Washington se salda con “victoria parcial de los europeos”
Financial Times: la cumbre de Washington se salda con “victoria parcial de los europeos”

La de Washington ha sido “la cumbre de las buenas intenciones”. Así define el semanario alemán Der Spiegel en su edición digital los resultados del encuentro de este fin de semana: “Cinco páginas de conclusiones, un catálogo impresionante. Pero muchas frases se refieren a principios básicos, no hay nada concreto. El auténtico mensaje de Washington es: hemos comprendido cuáles son las causas de la crisis y esperamos. Esperamos al nuevo gestor de un posible nuevo orden financiero mundial”.

 

Los dos principales diarios norteamericanos, New York Times y Washington Post, también dan a entender que tras esas líneas de actuación, que deberán ser definidas en las próximas semanas y que algunos consideran  históricas, también hay una cierta decepción. El New York Times, concretamente, cita a Simon Johnson, ex jefe economista del Fondo Monetario Internacional, quien afirma que “todo esto lo podrían haber acordado sin una reunión. ¿Qué hay de nuevo, más allá de que esto es el G-20 en lugar del G-7?”.

Las discrepancias básicas continúan

 La prensa norteamericana y también la francesa dedican varios comentarios a las diferencias de criterio que siguen existiendo entre Europa y los Estados Unidos a la hora de abordar la presente crisis. Le Monde hace un sumario de las mismas: el modelo económico mundial, con el debate sobre más o menos proteccionismo, más o menos regulación; las responsabilidades del país de donde surgió la crisis (en el comunicado final no se menciona específicamente a los Estados Unidos) y la puesta en escena política. Aquí, según Le Monde, tanto el presidente francés Sarkozy como la canciller Merkel hubieran deseado un texto de conclusiones más político y sin tantos tecnicismos. “¿Por qué no emplear el lenguaje del hombre de la calle, criticando los hedge funds, estos fondos que especulan amparados en los paraísos fiscales? En lugar de esto, afirma el diario francés, el G-20 ha hablado de fondos capitalistas instalados en entidades no cooperativas”  

Las discrepancias también van a surgir a la hora de crear órganos de supervisión de los mercados, como subraya el New York Times: “Los europeos están en general a favor de un mayor control estatal de los mercados, hasta el punto de dar a esos reguladores una autoridad transfronteriza, mientras que los Estados Unidos ponen el acento en la primacía de los reguladores nacionales... El presidente Sarkozy aludió a esas diferencias, afirmando que eran todo un reto”. El británico Financial Times prefiere ver los puntos de acuerdo, calificando de ‘parcial victoria de los europeos’ el hecho de que los norteamericanos aceptaran las propuestas para hacer más exigentes los controles de los mercados. También destaca el FT el consenso logrado sobre la necesidad de reformar el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, dando en ambas instituciones más cabida a las economías emergentes; consenso también para dar un impulso a las negociaciones de Doha, de manera que concluyan antes de que finalice este año, así como en el compromiso de todos los líderes del G-20 de no adoptar medidas proteccionistas durante un año.

Los países emergentes, insoslayables

Algo en lo que la prensa internacional coincide absolutamente es en destacar cómo China, India y Brasil se han convertido ya en interlocutores sine qua non en cualquier decisión económica global. “Las naciones industrializadas -afirmaba ayer el Frankfurter Allgemeine Zeitung- ya no podrán decidir ellas solas sobre el futuro económico del mundo... A partir de ahora cambiarán las relaciones económico-financieras mundiales y disminuirá la influencia relativa del mundo occidental. Esto es también una consecuencia de la globalización”. El diario italiano La Repubblica abunda en esta idea: “¿Va a cambiar algo después de la reunión de Washington? ¿Devolverá a los mercados la estabilidad y a las empresas y consumidores su confianza? El único resultado claro de esta reunión del G-20 ha sido el aceleramiento del nacimiento de un nuevo mundo, en el que los balances de fuerzas cambiarán mucho más rápidamente que antes de la crisis”.

El Corriere de la Sera, por su parte, va un paso más allá de Washington, subrayando que estamos ya en la segunda fase de la crisis financiera, que está ya afectando no sólo a la periferia de la UE (Hungría y Ucrania), sino también a Méjico y Brasil, y que está tocando la economía real y el día a día de los ciudadanos. Por eso propone un descenso de impuestos, empezando por el que se aplica a los rendimientos del  trabajo.

Y la silla vacía de Obama...

La ausencia de Barack Obama es subrayada y lamentada, más o menos directamente, en todos los medios de comunicación internacionales, en algunos de los cuales se subraya que sus emisarios -Madeleine Albright (ex Secretaria de Estado de Clinton) y el congresista James A. Leach- ni siquiera estuvieron presentes en la reunión. Hablaron, eso sí, privadamente con algunos de los líderes asistentes al encuentro. “Al no querer participar en el G-20-se lee en Le Figaro-, el presidente electo preserva su libertad de maniobra y se da tiempo para prepararse”.

El diario financiero alemán Handelsblatt subraya que Obama, a partir de ahora, ya no podrá echar mano del G-7, porque ha dejado de existir como tal: “Con esta crisis y a partir de esta cumbre, nada será ya como antes. Las consecuencias políticas se dejaran sentir durante tiempo y podrían afectar a otras estructuras: por ejemplo, al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Este se ha quedado bastante viejo después de la demostración de poder en Washington”.

La de Washington ha sido “la cumbre de las buenas intenciones”. Así define el semanario alemán Der Spiegel en su edición digital los resultados del encuentro de este fin de semana: “Cinco páginas de conclusiones, un catálogo impresionante. Pero muchas frases se refieren a principios básicos, no hay nada concreto. El auténtico mensaje de Washington es: hemos comprendido cuáles son las causas de la crisis y esperamos. Esperamos al nuevo gestor de un posible nuevo orden financiero mundial”.