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Defensa otorga la misión en Líbano al militar responsable de ejecutar la retirada de Iraq
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Defensa otorga la misión en Líbano al militar responsable de ejecutar la retirada de Iraq

El oficial del Ejército de Tierra que durante más de sesenta días resistió el cerco y los ataques en Iraq de los guerreros del llamado Ejército

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Defensa otorga la misión en Líbano al militar responsable de ejecutar la retirada de Iraq

El oficial del Ejército de Tierra que durante más de sesenta días resistió el cerco y los ataques en Iraq de los guerreros del llamado Ejército del Mahdi ha sido designado ahora por el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, para dirigir la nueva aventura militar española en Líbano bajo el paraguas de la ONU, según han adelantado a este diario fuentes militares de toda solvencia. Su nombre es Alberto Asarta Cuevas y posee el mérito de haber sacado incólumes a los soldados españoles de localidades iraquíes de Diwaniya y Nayaf, donde fueron hostilizadas durante dos meses por los guerreros chiitas.

Asarta era entonces, en los meses calientes de marzo, abril y mayo de 2004 en Iraq, coronel y segundo jefe de la Brigada “Plus Ultra II” que mandaba el general Fulgencio Coll Bucher, actual jefe de la Unidad Militar de Emergencia (UME). Él organizó la resistencia y la protección de los acuartelamientos de Diwaniya y Nayaf, y dirigió los combates contra los guerreros del Mahdi hasta la puesta en marcha de la ‘operación Jenofonte’ de retirada del territorio iraquí, a finales de mayo de 2004. Para ejecutar la retirada contó con el apoyo de una compañía del Tercio Alejandro Farnesio IV de la Legión, con sede en Ronda (Málaga), curiosamente, los mismos soldados que va a mandar ahora en Líbano.

Las fuentes militares consultadas reconocen que la designación de Asarta para mandar la brigada multinacional en Líbano, a la que España aporta 1.100 legionarios y el aparato logístico, de inteligencia y comunicación, se debe a la experiencia adquirida en Iraq. “De aquellas enseñanzas procede la elección del mando para la nueva misión”, dice un alto mando militar.

En la elección de Asarta también ha pesado la evaluación del riesgo en Líbano, según reconocen las fuentes consultadas, que explican que la relación entre los chiitas iraquíes e iraníes y los guerrilleros libaneses de Hezbolá es muy estrecha, y el tipo de armamento que utilizan -incluidas las granadas Katiuska- es muy similar. Por parte española, el listón de armamento semipesado impuesto por la ONU se ha situado en los famosos Blindados Medios sobre Ruedas (BMR), ya experimentados en Bosnia, Kosovo e Iraq.

Sobre la carrera militar de Asarta Cuevas, cabe decir que como coronel en Iraq tuvo la suerte de no registrar más de una docena de bajas -un guardia civil muerto y once soldados heridos de distinta gravedad- y ha sido ascendido a general hace tres meses, el 7 de julio pasado, y nombrado jefe de la Brigada Acorazada Guadarrama XII, con sede en El Goloso (Madrid).

Las tropas españolas causaron más de 200 bajas en Iraq

La presencia de los soldados españoles en Iraq no fue una misión de paz, sino de guerra, en la que los enfrentamientos a la defensiva contra los guerreros chiitas se saldaron con más de doscientas bajas enemigas, según reconocen los mandos militares españoles. El detalle de los combates que se libraron en Diwaniya y Nayaf se narra por primera vez en el libro Y al final, la guerra, del militar profesional e historiador Luis Miguel Francisco Iglesias, en colaboración con el escritor Lorenzo Silva.

El libro sale este martes a la venta en las librerías de toda España e incluye doscientas fotografías. Se trata de un trabajo periodístico de primer orden sobre lo que podíamos llamar “un vacío de conocimiento” de la opinión pública acerca de lo ocurrido en Iraq. Las escaramuzas bélicas se sucedieron diariamente desde finales de marzo de 2004 hasta mediados de mayo de dicho año. Incluso, en la retirada de las tropas españolas por orden del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se registraron, al menos, ocho muertos del ejército del Mahdi.

El oficial del Ejército de Tierra que durante más de sesenta días resistió el cerco y los ataques en Iraq de los guerreros del llamado Ejército del Mahdi ha sido designado ahora por el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, para dirigir la nueva aventura militar española en Líbano bajo el paraguas de la ONU, según han adelantado a este diario fuentes militares de toda solvencia. Su nombre es Alberto Asarta Cuevas y posee el mérito de haber sacado incólumes a los soldados españoles de localidades iraquíes de Diwaniya y Nayaf, donde fueron hostilizadas durante dos meses por los guerreros chiitas.