Así celebran los musulmanes la fiesta del Sacrificio

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Corderos sacrificados por el ritual musulmán ‘halal’ cuelgan en un matadero de Villarejo de Salvanés (Madrid). Mediante un corte de cuchillo en el cuello el animal se debe dejar que la sangre fluya hacia el exterior del cuerpo, motivo por el cual portan una bolsa de plástico en la cabeza que retiene la sangre saliente.

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Después del rezo de las 8 de la mañana, Muslim y Kasim se dirigen al matadero para recoger su cordero. Son paquistaníes y hace una semana reservaron un cordero en su carnicería por 165€. El precio de los animales puede duplicarse en estas fechas, que incluso se agotan.

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Un niño marroquí observa los corderos vivos antes de ser sacrificados en el matadero el día de la Ceremonia del Sacrificio, conocida por los musulmanes como Eid al-Adha y que da la bienvenida al primer día del año según el calendario islámico que este año celebra su 1438 desde que el profeta partió de la Meca a Medina.
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Según el ritual halal, la sangre del animal sacrificado no debe quedarse dentro del cuerpo. Esta máquina recoge la sangre saliente de los animales sacrificados en el matadero.

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Una vez sacrificados se quita la piel de los corderos. La tradición dicta que cada persona deberá cortar el cordero en tres partes, una para el comprador, otra para la familia y los amigos y una tercera para repartir entre los pobres.

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Un grupo de musulmanes esperan su cordero en la salida del matadero. El cordero se sacrifica y recoge el día de la Ceremonia del Sacrificio el 1 de septiembre o los tres días siguientes pero no es necesario cocinarlo el día mismo de la festividad.

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Un grupo de musulmanes recoge sus corderos halal. A pesar de no estar permitido muchos lo cargan en bolsas de basura o telas en el maletero para llevar a sus casas.

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Una familia paquistaní come entre amigos después de recoger su cordero. Explican que para ellos la Ceremonia del Sacrificio se celebra entre amigos y familia mientras que otras nacionalidades, como por ejemplo los marroquíes, se reúnen frecuentemente solo entre los familiares.

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Las mujeres de la casa esperan en una de las estancias de la casa que los hombres terminen de comer para almorzar ellas después. Empezaron los preparativos del Eid al-Adha en la noche del día anterior. Plancharon los vestidos que su madre Mastoora –a la izquierda- les cosió a mano para la ocasión, se pusieron hennah y prepararon los alimentos que esta mañana han cocinado mientras los hombres recogían el cordero al matadero.

Millones de musulmanes celebraron ayer el primer día de la fiesta del Sacrificio, la principal festividad del islam. En esta fiesta, conocida como Aid al Adha en árabe, los musulmanes degüellan corderos -y otras reses- al alba para rememorar el pasaje bíblico según el cual Abraham ofreció a Dios la vida de su hijo primogénito, quien según la tradición islámica no era Isaac sino Ismael y de cuya estirpe se cree que descienden los árabes. La celebración, como cada año, coincide con el final de la peregrinación mayor a La Meca.

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