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Mitad tiburón, mitad raya: el angelote puede ejecutar su ataque en décimas de segundos

¿Puede haber en el mar algo más temible que un tiburón? Quizá no, pero está claro que algunos se le acercan mucho. Y ese es el caso del angelote.

Se podría decir que el angelote, por su forma, es mitad tiburón y mitad raya. Pero que no te engañe su nombre: puede llegar a dos metros y, para engañar a sus presas, hacerse el dormido. Eso sí, es capaz de levantar la cabeza en muy pocas décimas de segundo, así que no suele perdonar a sus ‘elegidos’.

También suele cubrirse de arena para cazar al acecho y pasar desapercibido. En ocasiones, sale a patrullar de noche buscando peces que brillan en la oscuridad. Puedes verlo en todo en su esplendor en este vídeo de la Fundación Aquae.