El Prado saca de la oscuridad al misterioso La Tour

Hoy se conservan únicamente unas 40 pinturas de su mano. Por eso, que una exposición reúna 31 de estas obras es todo un acontecimiento. George La Tour (1593-1652) quizás es desconocido para muchos pero está considerado en Francia uno de los artistas más célebres del siglo XVII junto a Monet, Cézanne o Renoir. El pintor francés más español que por fin sale de la oscuridad en España.

Cayó en el olvido poco después de morir y no fue hasta justamente un siglo cuando los historiadores del arte comenzaron a rescartar su producción. El Museo del Prado (del 23 de febrero al 12 de junio) recupera ahora su figura en una muestra en la que destacan sus pinturas nocturnas, casi monocromáticas e imprengadas de una turbadora atmósfera de soledad y silencio. 

"La Tour es el más español de los pintores franceses", asegura Miguel Zugada, director del Prado. Y no es para menos porque no fue hasta 1915 cuando el historiador Hermann Voss publicó un artículo reivindicando su figura. Hasta entonces, sus obras estaban atribuidas a otros pintores, especialmente nórdicos y españoles como Zurbarán, Velázquez o Rivera. Un ejemplo es el 'San Jerónimo leyendo una carta' que se atribuyó a Zurbarán como atestigua la inscripción en el reverso del lienzo. 

"No exagero si afirmo que George La Tour es desde hace décadas uno de los pintores preferidos y más populares de los franceses. Es el más grande de los pintores franceses que emociona y sobrecoge, pero que a la vez desconcierta y se le mira con misterio. En Francia es como un problema que intentamos resolver desde hace cien años sin lograrlo", reconoce Dimitri Salmon, del Museo de Louvre y comisario de la muestra junto a Andrés Úbeda. "La Tour es el triunfo de la historia del arte" al haber sido redescubierto tras una largo periodo de oscuridad, añade.

A pesar de que poco se conoce sobre su vida y formación, La Tour fue pintor de Luis XIII. Antes de llegar al culmen de su carrera, de sus inicios destacan esas pinturas nocturnas que en la tercera década del siglo XVII fueron dejando entrar a la luz y al día dulficando sus escenas. Aun así, las 'noches' son las obras más célebres de su producción, desde las de sus comienzos hasta las que recuperó al final: pinturas nocturnas de carácter religioso silenciosas y conmovedoras, pero en las que destaca por encima de todo el uso de la luz en una construcción que funde realismo y espiritualidad.

Hoy hay 40 pinturas más o menos unánimemente tenidas por autógrafas y 28 telas y grabados copias de originales perdidos. Esto es, más de 70 composiciones conocidas, de las que sólo cuatro están fechadas y 18 firmadas.