Putas, esqueletos y un prostíbulo en pintura

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A los 33 años Paul Delvaux entra en un prostíbulo y encuentra la solución a sus fracasos y tormentos sentimentales. Las escenas homosexuales resuelven la representación del tema capital que atraviesa la producción del pintor belga: las relaciones frustradas entre los sexos. El artista surrealista se abraza en sus pinturas a la homosexualidad, porque le parece “más sencilla, más íntima y más espontánea que las relaciones que mantienen hombres y mujeres”. Es la visión de Laura Feve, comisaria de la exposición Paul Delvaux. Paseo por el amor y la muerte, que inaugura el Museo Thyssen con cerca de 60 obras y cinco unidades temáticas muy mascaditas: la mujer, el doble, la arquitectura grecorromana, el tren y el esqueleto. 

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