Podría parecer contradictorio, pero en ocasiones la belleza está íntimamente relacionada con el peligro. Para sentir lo sublime, la categoría estética que Kant definía como “lo absolutamente grande”, hay que acercarse a lugares donde el hombre se empequeñece y la naturaleza se muestra en toda su grandeza.
El sentimiento de lo sublime explica por qué nos atraen enormemente los picos más altos, las selvas más frondosas y las cataratas con más caudal. Y explica también por qué, aunque sean lugares peligrosos, queremos visitarlos.
Los lugares más sobrecogedores del mundo se han convertido en una atracción turística de primer orden, y cuando se juntan masificación y peligro sólo hay un resultado: muertes.
Estos son los destinos turísticos más bellos del mundo, pero también aquellos en los que fallecen más visitantes. Ten cuidado.