Todos sabemos lo que es el miedo. Lo experimentamos desde el mismo momento en que salimos del útero de nuestra madre y nos damos cuenta de todos los peligros que nos rodean. El miedo es común a todos los animales. Se trata de una emoción primaria necesaria para nuestra supervivencia, pues nos alerta de un riesgo y nos predispone a huir de él. Y como todas las cosas necesarias para la supervivencia, está fuertemente anclado en nuestros genes.
El biólogo evolucionista Gordon H. Orians, profesor emérito de biología en la Universidad de Washington, explica en su nuevo libro Snakes, Sunrises, and Shakespeare (University Of Chicago Press) los mecanismos que han guiado al miedo a través de la evolución, y cómo algunos temores ancestrales, que no tienen ninguna utilidad hoy en día, siguen instalados en lo más profundo de nuestro ser.