Los inversores se blindan por si Trump no acepta la derrota: la bolsa podría caer un 25%
Las preocupaciones electorales amplifican las inquietudes existentes sobre la debilidad de la economía y una posible segunda ola de infecciones de coronavirus en el otoño
Faltan tres meses para las elecciones presidenciales en EEUU, pero algunos inversores se están preparando para la posibilidad de que una prolongada incertidumbre política provoque un caos en las bolsas.
Los inversores se están cubriendo más de lo normal ante la posibilidad de un cambio de poder en Washington. Sus apuestas descuentan una mayor volatilidad y una posible caída del mercado hacia finales del año. Entre sus preocupaciones: que el presidente Trump intente retrasar las elecciones o perturbar la votación por correo, así como la posibilidad de que el resultado no se aclare hasta semanas después del cierre de las urnas.
Estas preocupaciones electorales amplifican las inquietudes existentes sobre la debilidad de la economía, una posible segunda ola de infecciones de coronavirus en el otoño y las recientes subidas del mercado.
La apuesta de los bajistas contempla que las dudas en torno a las elecciones golpeen la ya frágil economía, a medida que los meses más fríos traigan más infecciones, y que todo ello perjudique a los mercados, cuyas recientes subidas descuentan una recuperación. El S&P 500 ha avanzado un 4,4% este año para cerrar en 3.372,85 puntos el viernes. Su recuperación desde sus mínimos de marzo ha permitido registrar la mejor racha de 100 días desde 1933.
Eric Metz, director de Inversiones de SpiderRock Advisors, ha preparado para sus clientes una operación con opciones sobre acciones que daría beneficios si el S&P 500 pierde no más del 25% de su nivel actual hasta principios del próximo año. La cobertura implica la compra de una opción de venta bajista ligada al S&P 500 mientras se vende otra. La preocupación por la situación económica general y el reciente repunte del mercado también están alimentando el interés por este tipo de operaciones, afirma.
"Nos estamos centrando en enero", asegura Metz. "Darse un poco más de tiempo será prudente de cara a posibles imprevistos o situaciones desconocidas que puedan suceder".
El principal motor del mercado en este momento es la economía, y la incertidumbre que rodea al nuevo paquete de estímulos en Washington podría perjudicar la lenta recuperación que se ha producido recientemente en las ventas al por menor y el mercado laboral. La semana que viene, los inversores estarán pendientes de los nuevos datos sobre las solicitudes de desempleo y las ventas de viviendas, aunque muchos esperan poco volumen de negocio hasta finales de mes.
Paul Britton, fundador de Capstone Investment Advisors LLC, afirmó que su empresa ha estado utilizando derivados ligados al popular indicador de volatilidad esperada, el índice de volatilidad Cboe, o el VIX, y también contratos de opciones, para apostar por un incremento de la volatilidad hasta el final del año. Sus clientes, entre los que se incluyen fundaciones y fondos de pensiones, han buscado operaciones similares a las de los seguros para protegerse contra una caída.
"Antes de unas elecciones, siempre se suscita este interés", apunta Britton, cuya empresa es una de las mayores firmas especializadas en operativa sobre volatilidad, con unos 7.000 millones de dólares en activos bajo gestión. "Pero el interés aumenta cuando la incertidumbre es mayor".
El gigante de los 'hedge funds' Bridgewater Associates, con 140.000 millones de dólares en activos, comunicó a sus clientes el mes pasado que en su opinión existe un riesgo de que no haya un claro ganador de las elecciones. "La verdadera incertidumbre que podrían afrontar los inversores es si hay una preocupación material sobre la legitimidad del proceso para decidir un ganador", dijo Bridgewater a los clientes. "Dada la personalidad del presidente Donald Trump, sus declaraciones sobre la probabilidad de que haya fraude electoral y el proceso relativamente no probado y poco claro para llegar a una resolución de un potencial conflicto, esta es una posibilidad que se nos pasa por la cabeza". Un portavoz de Bridgewater declinó hacer más comentarios.
Algunas de las mayores posiciones abiertas en opciones sobre el S&P 500 se beneficiarían si el índice cae en picado hasta diciembre, según el proveedor de datos Trade Alert. Estos incluyen contratos de opciones de venta a la baja ligados a un precio de ejecución de 2.500 o 2.000, lo que supone una caída de al menos el 26% desde el nivel de cierre del viernes de 3.372,85.
Para sacar provecho de unas elecciones turbulentas, RBC Capital recomendó comprar opciones alcistas, con vencimiento en enero
Las opciones de compra dan el derecho de comprar acciones a un precio específico en el futuro. Las opciones de venta confieren el derecho de venderlas. Los inversores pueden aprovechar las opciones para hacer apuestas sobre la dirección que seguirán los mercados o para cubrir carteras.
Para sacar provecho de una elección presidencial turbulenta, RBC Capital Markets recomendó hace poco a los inversores que compraran opciones alcistas, con vencimiento en enero, sobre uno de los mayores fondos cotizados que replica el movimiento del oro. Los analistas de Goldman Sachs Group publicaron en una nota de julio para clientes que preferían poner coberturas que expiran en diciembre debido a la perspectiva de que los resultados de las elecciones podrían retrasarse, señalando la contienda del año 2000 entre el demócrata Al Gore y George W. Bush, cuando el resultad no se resolvió hasta diciembre.
Los mercados tienden a ser volátiles antes de las elecciones, y en cualquier caso, octubre y noviembre suelen ser los meses más salvajes del año. El VIX ha subido cuatro puntos de media en la antesala de las últimas siete elecciones.
Pero esta vez el miedo que rodea las elecciones parece aún más intenso. La diferencia entre lo que los inversores están pagando por los futuros del VIX que vencen en octubre y lo que pagan por los que vencen en septiembre es la más grande de los últimos cuatro ciclos electorales. Hay que remontarse a 2004, según Stuart Kaiser, jefe de investigación de derivados sobre acciones de UBS Group AG. Según los datos del banco, esta prima extra es más del doble de lo que ha sido históricamente. Estos derivados son los que cubren la volatilidad hasta las elecciones del 3 de noviembre.
La ansiedad es evidente en el mercado de los derivados VIX que vencen en enero, mucho después del día de las elecciones. Lo habitual es que los contratos de futuros que expiran más tarde en el tiempo tengan un precio más alto que los que expiran antes, ya que los inversores deben tener en cuenta la incertidumbre de lo desconocido. Esa relación se ha invertido ligeramente a principios de año, lo que indica que los inversores esperan más volatilidad alrededor de enero que en los meses siguientes.
Mientras tanto, los precios del oro han subido a niveles récord recientemente, impulsados por el nerviosismo de los inversores sobre la economía mundial. Algunas de las mayores posiciones abiertas de opciones sobre el SPDR Gold Trust, un fondo cotizado de 78.000 millones de dólares, son apuestas alcistas que vencen en enero. Los tenedores de estas posiciones esperan que el ETF suba otro 10%, hacia los 200 o 235 dólares, según los datos de Trade Alert.
Jack Ablin, director de Inversiones de Cresset Capital en Chicago, dice que está buscando formas de protegerse contra el caos poselectoral. Ablin se está centrando en productos estructurados, que son inversiones personalizadas vendidas por los bancos que prometen proteger la inversión original y al mismo tiempo proporcionar alguna ventaja potencial. Estos productos suelen tener altas comisiones y cierto tipo de restricciones relacionadas.
También está comprando una serie de opciones bajistas ('put') en el Cboe Global Markets Inc, que le reportarán una ganancia si el mercado cae, mientras simultáneamente vende contratos que apuestan por una subida del mercado.
"Estamos vendiendo oportunidades de subida a cambio de protección frente a una bajada", dice Ablin. "La posibilidad de una elección disputada podría causar estragos tanto en el país como en nuestros mercados financieros, ya que los estadounidenses cuestionarían la viabilidad del proceso democrático de nuestra nación".
Faltan tres meses para las elecciones presidenciales en EEUU, pero algunos inversores se están preparando para la posibilidad de que una prolongada incertidumbre política provoque un caos en las bolsas.