Rajoy impone el cierre de filas alrededor de Cospedal tras dejarla sola frente al caso Bárcenas

El Partido Popular, obligado a convivir con el caso Bárcenas por mucho tiempo, intenta recuperar el pulso político y volver a la actividad ordinaria de una formación en el poder: apoyo al Gobierno, abrir debates para mantener las relaciones con la sociedad y preparar propuestas y programas. La primera urgencia es mantener la unidad, que es lo que más preocupa a Mariano Rajoy. Después de casi un mes sin participar en actividades internas del PP, el presidente del Gobierno impone el cierre de filas en torno a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que tiene que lidiar sola frente a los movimientos judiciales y mediáticos del extesorero.

Rajoy acude mañana lunes al Foro de la Nueva Economía para presentar un desayuno-coloquio de la presidenta de la Junta de Castilla-La Mancha; y lo hace acompañado de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y de tres ministros: Jorge Fernández (Interior), José Manuel Soria (Industria) y Fátima Báñez (Empleo). El acto no es institucional ni de partido, pero de puertas adentro del PP se considera como un respaldo público a la secretaria general, que carga en exclusiva con el caso Bárcenas desde que Rajoy convocó el Comité Ejecutivo del pasado día 21 de enero para dar respuesta a las acusaciones de financiación ilegal y reparto de dinero negro en la directiva de la organización.

Desde el citado Comité, Rajoy ha procurado eludir en lo posible el caso Bárcenas, incluido citar el nombre del extesorero. De hecho, la última vez que abordó el asunto en una reunión con dirigentes del PP fue ante el Grupo Parlamentario Popular el pasado 13 de febrero, donde pidió que cesaran los "enredos" alrededor del caso.

Durante el último mes, María Dolores de Cospedal ha sido cuestionada en distintos sectores del partido por su gestión del caso, y no sólo entre la vieja guardia. Al alargarse la preparación de la demanda del partido contra el extesorero y El País, procedió por su cuenta ante los tribunales de Toledo. Aunar criterios sobre las firmas y el procedimiento judicial llevó semanas de consultas a la secretaria general, tanto con los dirigentes y exdirigentes aludidos en los papeles de Bárcenas como con el equipo de abogados.

Rajoy se limitó a dar el visto bueno cuando se concretó la demanda de mínimos: contra El País y contra el autor de los papeles, que según el diario es Bárcenas; y dejando fuera a El Mundo, Tele 5 y a Jorge Trías pese a las peticiones de una parte del aparato. Antes, Cospedal tuvo que pasar el trago de explicar el peculiar modo que tuvo el PP de despedir a su extesorero y metió la pata con la "simulación" o prorrateo del finiquito. En fuentes del partido reconocen la parálisis de la formación y la urgencia de recuperar la iniciativa, lo que ahora quieren intentar con la reedición de sus habituales foros de debate preelectorales presentados ayer por Cospedal.

La foto de la unidad en Génova

"Aquí estamos todos", dijo la secretaria general como un punto fundamental del acto. Estaba rodeada de los tres vicesecretarios (Javier Arenas, Carlos Floriano y Esteban González Pons), del resto del aparato del partido y de buena parte de los portavoces sectoriales. Pons, que en la práctica ha vuelto a ser el portavoz del partido a causa del caso Bárcenas, y Floriano iban a hacer la presentación solos con Cospedal, pero a última hora también se sumó Javier Arenas a la foto de la unidad.

Cospedal apeló a la doctrina de Rajoy sobre la crisis económica como primordial objetivo político de la acción del Gobierno y del partido. Sostuvo que lo peor de la recesión ya ha pasado y recordó que la primera obligación del PP es apoyar al Ejecutivo y su proyecto de reformas. Sobre el caso Bárcenas, al margen de escenificar unidad, también se aplicó a las generalidades del gusto del jefe: "Nosotros vamos a luchar contra aquellos que no quieren hacer las cosas bien y contra aquellos que tienen comportamientos reprochables o que nos repugnan. Y lo vamos a hacer con la cabeza muy alta".

La secretaria general utilizó hasta los términos preferidos por Rajoy al proclamar que los dirigentes del partido no van a caer en los "dimes y diretes, que además la mayoría de las veces no son ni verdad". Y remachó con otra frase del presidente del Gobierno al sostener que "lo importante sigue siendo la política con mayúsculas".