El director de ‘Método 3’ recibió una ‘visita’ de los Mossos antes de ser detenido

Aunque el asunto del espionaje está siendo investigado por la Policía Nacional, los Mossos tienen información de primera mano sobre ‘trabajos’ desarrollados en la capital catalana durante los últimos años. Y en los últimos días, según ha podido conocer El Confidencial de fuentes solventes, se han realizado contactos y movimientos de agentes autonómicos para recabar información sobre el tema. Se trata de “interferencias” cuyo alcance aún se está evaluando.

Este lunes, poco antes de ser detenido Francisco Horacio Marco, director de la agencia de detectives Método 3, recibió la visita de M. N., una persona muy relacionada con medios de comunicación. Marco estaba en el punto de mira de los agentes de la Policía Nacional como sospechoso de haber ordenado grabar la conversación que en el mes de julio del 2010 mantuvieron la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, y María Victoria Álvarez, exnovia de Jordi Pujol Ferrusola, en el restaurante La Camarga, de Barcelona. La sorpresa de los investigadores fue mayúscula cuando M. N., tras mantener la reunión, se largó de la zona en un vehículo camuflado de los Mossos d’Esquadra. Este dato les llevó a confirmar sus sospechas: que la Policía Autonómica intentaba controlar el tema por si explotaba y que quería conocer si había informes confidenciales preparados para salir al mercado.

No era el primer movimiento que detectaban. Durante toda la semana pasada, registraron varios contactos de la persona intermediaria con el detective. E incluso la semana antes de estallar el escándalo, M. N., mantuvo una reunión con el director de Método 3 en el despacho de Marco. “En esa reunión, se habló de lo que iba a aparecer en prensa en los días siguientes”, señala una fuente cercana a las investigaciones. Ya entonces conocían que dos medios de comunicación, uno de Madrid y otro de Barcelona, iban a publicar el tema. Y sospechaban que algunos documentos podían haber pasado ya a manos de los Mossos.

Fuentes cercanas a la investigación señalan a este diario que “el Gobierno catalán está muy nervioso porque cree que hay informes comprometedores tanto por su contenido como por la identidad de quien hizo la solicitud de los mismos. De ahí que quieran por todos los medios entrar en el tema”. Pero hay más datos que están siendo barajados: uno de los detectives detenidos, empleado de Marco, ha mantenido una relación con una agente de la Policía Autonómica, según fuentes solventes. Estas mismas fuentes aseguran que los Mossos conocían actividades que desarrollaba Método 3 merced a esa relación y a las confidencias que el detective le hacía a su pareja.

La Generalitat, en pie de guerra

En círculos de la investigación se cree, pues, firmemente que la Policía Autonómica ha metido las narices en el tema a pesar de que la investigación la llevan los miembros del CNP. El propio portavoz del Gobierno catalán y consejero de Presidencia, Francesc Homs, criticó ayer, tras la reunión del Ejecutivo de Artur Mas, que el Ministerio del Interior haya monopolizado las pesquisas. “Se podía haber actuado de manera diferente”, subrayó. Matizó, no obstante, que “no entraremos en una competición para ver quién se ocupa del caso” y recriminó al Gobierno central que “no tiene mucha prisa para actuar cuando hay una denuncia por espionaje como el que han sufrido la familia Pujol o Artur Mas, pero muestra una gran diligencia cuando afecta a una dirigente del PP. No se puede actuar de esta manera”.

Se refería Homs al espionaje de Sánchez-Camacho. Lo cierto, sin embargo, es que a una semana de saltar el escándalo ya han sido detenidos Francisco Horacio Marco y tres de sus empleados: Elisenda Villena, Julián Peribáñez y Álex Borreguero. Y la guerra por tratar de controlar los cientos de informes confidenciales, que pueden comenzar a circular por el mercado (algunos ya circulan) y que podrían afectar a importantes personalidades, se ha recrudecido y ha trascendido el ámbito meramente político.