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Urdangarín desobedeció al Rey y acudió a la final del Mundial de balonmano
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LA CASA REAL QUERÍA EVITAR QUE COINCIDIERA CON EL PRÍNCIPE PARA NO DAÑAR A LA CORONA

Urdangarín desobedeció al Rey y acudió a la final del Mundial de balonmano

Los puentes entre la Casa del Rey e Iñaki Urdangarín, tímidamente reconstruidos en los últimos meses con gestos como la visita de éste al hospital donde

Foto: Urdangarín desobedeció al Rey y acudió a la final del Mundial de balonmano
Urdangarín desobedeció al Rey y acudió a la final del Mundial de balonmano

Los puentes entre la Casa del Rey e Iñaki Urdangarín, tímidamente reconstruidos en los últimos meses con gestos como la visita de éste al hospital donde convalecía don Juan Carlos o la cena familiar de Nochebuena en la Zarzuela, parecen haberse roto definitivamente. Un episodio aparentemente menor, como la coincidencia en la final del Mundial de balonmano -aunque por separado- del duque de Palma y su cuñado, el príncipe Felipe de Borbón, revela hasta qué punto el deterioro de las relaciones se antoja irreversible.

 

La Casa del Rey, según fuentes cercanas al palacio de La Zarzuela consultadas por El Confidencial, pidió a Urdangarín que no acudiera a la final disputada el domingo 27 de enero en el Palau Sant Jordi de Barcelona. El objetivo era evitar a toda costa no sólo que el duque de Palma eclipsara mediáticamente al heredero, que presidió el encuentro entre España y Dinamarca, sino que su presencia desatara entre el público muestras de rechazo a la Corona. Pero el yerno del Rey hizo caso omiso a esas advertencias y siguió desde una zona vip del polideportivo el arrollador triunfo de los hispanos.


Urdangarín ya había presenciado en directo en el Palau Sant Jordi muchos de los encuentros previos a la final, entre ellos la semifinal que disputaron España y Eslovenia. El exjugador internacional tenía a su disposición un pase vip que le había regalado su antiguo club, el F.C. Barcelona, y parecía dispuesto a disfrutarlo en compañía de sus tres hijos, Juan, Pablo e Irene Urdangarín Borbón. Pero las alarmas saltaron en la Zarzuela después de aquel partido, el viernes 25 de enero, cuando los jugadores de Valero Rivera apearon a los eslovenos y se colaron en la final del domingo. 


¿Acudiría Urdangarín también a la final? De ser así, y nada parecía indicar que el duque de Palma fuese a perderse ese trascendental encuentro, el riesgo de que las iras del público se volcaran por contagio sobre el Príncipe de Asturias y, por extensión, sobre la Corona, era muy elevado. Tanto que, para tratar de desactivar ese peligro -multiplicado por el temor a que independentistas catalanes tomaran un sector del Palau Sant Jordi-, la Casa del Rey se puso en contacto ese mismo viernes con la infanta Cristina para que transmitiera a su marido que su presencia en la final del domingo "no sería bien vista" por el Rey ni por el Príncipe.

 

Una provocación

 

La respuesta, según las fuentes consultadas por El Confidencial, llegó pocas horas después. Y fue recibida en la Zarzuela como una provocación, poco menos que una declaración de guerra: Urdangarín acudiría al día siguiente al Palau Sant Jordi porque estaba invitado, porque se lo había prometido a sus tres hijos y porque su ubicación, a pie de cancha, estaba muy alejada de la que ocuparía el heredero de la Corona, en la tribuna de autoridades. El duque de Palma, pues, había dejado muy claro que no pensaba alterar sus planes. Y la reacción de la Casa del Rey no se hizo esperar.

 

Esa misma noche, en la madrugada del viernes al sábado, víspera de la final entre España y Dinamarca, la Zarzuela lo eliminó de su página web oficial. Desde entonces, ya no hay rastro de la biografía del duque de Palma en la web de la institución, salvo en el histórico de actividades de la Familia Real, a la que seguirá perteneciendo mientras permanezca casado con la infanta Cristina. La Casa del Rey justificó esa decisión con el argumento de que era necesario "volver a marcar distancias" con Urdangarín para "defender la imagen y la reputación" de la Corona, después de que Diego Torres, exsocio de aquél en el Instituto Nóos, hiciera pública una nueva remesa de emails comprometedores.


La Zarzuela llevaba barajando desde hacía varias semanas la posibilidad de sacar a Urdangarín de su web, sobre todo tras conocerse los correos electrónicos que apuntaban a Corina zu Sayn-Wittgenstein, la amiga íntima del Rey, y a Carlos García Revenga, el secretario y asesor personal de las infantas Cristina y Elena de Borbón. Pero el último desafío del duque de Palma, desoyendo la orden de don Juan Carlos de no acudir a la final del Mundial de balonmano, fue la gota que colmó el vaso según las fuentes consultadas.

Los puentes entre la Casa del Rey e Iñaki Urdangarín, tímidamente reconstruidos en los últimos meses con gestos como la visita de éste al hospital donde convalecía don Juan Carlos o la cena familiar de Nochebuena en la Zarzuela, parecen haberse roto definitivamente. Un episodio aparentemente menor, como la coincidencia en la final del Mundial de balonmano -aunque por separado- del duque de Palma y su cuñado, el príncipe Felipe de Borbón, revela hasta qué punto el deterioro de las relaciones se antoja irreversible.

Iñaki Urdangarin