El Gobierno ‘esconde’ 10.000 millones más en recortes en una nota de prensa

Los problemas de comunicación del Gobierno de Mariano Rajoy volvieron a evidenciarse ayer con el ‘anuncio’ de los 10.000 millones más de recortes en Educación y Sanidad. El Ejecutivo los ‘desveló’ en el tercer párrafo de una nota de prensa colgada en la web de Presidencia, sólo seis días después de que presentase los Presupuestos en el Congreso y apenas a unas horas de que el ministro de Economía, Luis de Guindos, avivara el debate del pago de la sanidad por rentas y los recortes en Educación. Tras la nota, el Gobierno tuvo que empezar con la consiguiente ronda de ‘aclaraciones’.

La nota de Moncloa comenzaba por dar cuenta de una serie de reuniones de Mariano Rajoy con la vicepresidenta, los ministros de Economía y Hacienda y con el director de su Oficina Económica. También añadía que había habido un posterior encuentro con los ministros de Sanidad y de Educación, y sólo en el tercer párrafo de la nota colgada en la web se afirmaba que las reuniones buscaban evitar duplicidades en estos Ministerios con las Comunidades Autónomas “para ahorrar 10.000 millones de euros”.

Las críticas a la forma de comunicar del Ejecutivo no se hicieron esperar. Sobre todo, no se entendía que nadie diera explicaciones oficiales sobre en qué van a afectar esos recortes, qué partidas y, fundamentalmente, si se había informado a las Comunidades Autónomas que, al tener transferidas las competencias en Sanidad y Educación, serían las que deben acometer el recorte.

Efectivamente, poco después del revuelo organizado, el Ministerio de Sanidad tenía que aclarar que no había ninguna decisión tomada sobre qué partidas se verían afectadas y que todo se decidiría en una reunión sectorial con las Comunidades a celebrarse a finales de este mes. En Educación, otro tanto de los mismo. La Organización Médica Colegial pedía al Gobierno que dejase de lanzar globos sonda y que aclarasen dónde iban a producirse los recortes o cómo se iba a plantear el copago, para que los pacientes que deben utilizar la Sanidad pública supieran a qué atenerse.

El episodio de ayer no es sino un escalón más en los muchos fallos de comunicación del Ejecutivo de Mariano Rajoy. En principio, la vicepresidenta del Gobierno es también la portavoz del mismo, pero las comparecencias de Soraya Sáenz de Santamaría se limitan a los Consejos de Ministros de los viernes. “No puede ser que nadie dé la cara, aunque sea para que se la partan; si Soraya no sale, porque no quiere quemarse, al final, el golpe se lo lleva Rajoy…”, insisten a El Confidencial desde el entorno del PP. “Hay que explicar por qué se hacen las cosas, no ocultarlo, y menos ‘esconder’ una recorte así en una nota de prensa”, insisten las mismas fuentes.

Lo cierto es que la vicepresidenta, que al comienzo de la andadura de este Gobierno asumió el anuncio de los primeros recortes, ha decidido ‘taparse’ y salir sólo en los Consejos y acompañada por otros ministros. Y la labor de coordinación entre los Ministerios deja mucho que desear. Los tradicionales desmentidos de los primeros días que se convirtieron en tradición entre los anuncios de De Guindos (Economía) y Montoro (Hacienda) se han ido extendiendo a otros departamentos ministeriales sin que se ponga un cortafuegos. “No se ha dado la orden de lo que hay que decir, los mensajes que se deben dar, la coordinación brilla por su ausencia”, se insiste en algunos sectores del PP, que se llevan las manos a la cabeza por los últimos “patinazos” en materia de coordinación y comunicación.

El departamento depende de Carmen Martínez Castro, mano derecha de Rajoy desde que sucediera a la ahora diputada Belén Bajo. Las críticas no sólo se dirigen a la falta de capacidad para elaborar un único mensaje de cara a los españoles, también por la falta de reacción “hacia el exterior”. Se echa en falta una respuesta a los últimos ataques contra la ‘marca España’ desde Francia, Italia, Argentina o la prensa alemana y estadounidense. La Secretaría de Estado de Comunicación fue, precisamente, uno de los departamentos de Presidencia que sufrió una mayor remodelación, con la eliminación de la Dirección General de Información internacional, que era la encargada de ‘filtrar’ los mensajes del Ejecutivo española hacia los medios internacionales.