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Rajoy toca a rebato para no perder la batalla de la propaganda ante la izquierda
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ANTE LOS PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN DEL GOBIERNO

Rajoy toca a rebato para no perder la batalla de la propaganda ante la izquierda

“Es obligado que los Gobiernos expliquemos el porqué de nuestras decisiones. No habrá reacción social si las medidas son percibidas por la gente como justas”. Mariano

Foto: Rajoy toca a rebato para no perder la batalla de la propaganda ante la izquierda
Rajoy toca a rebato para no perder la batalla de la propaganda ante la izquierda

“Es obligado que los Gobiernos expliquemos el porqué de nuestras decisiones. No habrá reacción social si las medidas son percibidas por la gente como justas”. Mariano Rajoy ha mostrado, al lado de Mario Monti, la preocupación del Gobierno y del PP por los serios problemas de comunicación que el Ejecutivo está teniendo. La ‘primavera valenciana’ ha sido el detonante para que se disparen todas las alarmas: “No se ha sabido reaccionar, se ha hecho tarde y a la defensiva”, dicen en medios del partido, y lo que es peor, “si seguimos así, no acabamos la legislatura”.

Los incidentes de Valencia han puesto de manifiesto los problemas de comunicación del Gobierno. “No se prestó ninguna atención al principio y, cuando se produjeron los incidentes del lunes, no hubo una respuesta única. Es más, cada ministro dijo una cosa y la contraria, como Fernández Díaz, que se rectificó en menos de doce horas”. Los ‘veteranos’ del partido se dicen “muy preocupados” porque ven al Gobierno “al rebufo del PSOE, que en esto de la propaganda tiene las cosas muy claras”.

Una de las fuentes consultadas no entiende “por qué no se han usado antes las imágenes de la primera marcha, la del viernes, cuando los manifestantes entraron en unos grandes almacenes y amedrentaron a las dependientas, o por qué no se distribuyeron antes las escenas de contenedores ardiendo de ese día para demostrar que no eran ‘chavalines’ pacíficos los únicos que se manifestaban. La televisión regional las tenía, pero nadie las pidió”, se queja. (Ayer mismo, la televisión de Esperanza Aguirre ya hacía labor de ‘pedagogía’ en sus informativos sobre las ‘claves’ de la ‘primavera valenciana’).

La tardanza en reaccionar y la falta de coordinación en el Gobierno y en el partido han hecho que hasta este jueves no aparecieran en las portadas de la prensa datos que no se habían contado: que el instituto Lluis Vives tenía casi 80.000 euros de tesorería; que la calefacción nunca se cortó antes de las 12 de la mañana; que el dominio ‘primavera valenciana’ se registró dos días antes de que comenzaran los incidentes y fueron personas afines a los nacionalistas valencianos; que apenas un 10 por ciento de los identificados en las protestas eran alumnos del instituto… “Todo eso debía haber estado desde el minuto uno circulando”, reclama un antiguo responsable en funciones de comunicación del PP.

El diagnóstico del problema de la comunicación que afecta a las primeras semanas de Rajoy en Moncloa parece claro en medios cercanos al PP y también en analistas ajenos a los ‘populares’. Ahora mismo, los cuatro pilares en los que reposa la comunicación o, si se prefiere, la labor de propaganda y contrapropaganda de la acción política del Ejecutivo están colapsados por distintos factores.

La portavocía del Gobierno es una de las muchas funciones que asumió, con el beneplácito de Rajoy, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. “Ella no puede –dicen sectores del PP- ‘quemarse’ más de lo que ya hizo en las primeras semanas, anunciando los recortes y las subidas de impuestos. No puede abrasarse también saliendo cada vez que haya un problema”. No hay, como en tiempos de Aznar, un portavoz tipo Miguel Ángel Rodríguez que aparecía “a dar la cara todos los días, aunque fuera para partírsela”, remachan.

La Secretaría de Estado de Comunicación, dependiente de la vicepresidenta, no aparece ante las cámaras y, por lo que se ve, tampoco tiene engrasada aún las labores de coordinación de lo que dicen los distintos ministros del Ejecutivo. Alguien tan poco sospechoso como el tertuliano y expresentador de los informativos de RTVM, Hermann Tertsch, se quejaba ayer del desempeño de la titular de la Secretaría, Carmen Martínez Castro. Tertsch escribía en su Twitter que Castro “debía dejar de ser el ama de llaves de Rajoy” para dar la cara y ponerse manos a la obra a explicar la acción del Gobierno.

La tercera pata en la comunicación de los ‘populares’, el partido, también acaba de cambiar de titular: María Dolores de Cospedal ha decidido asumirla como un ejemplo más del poder que atesora en la formación. Ella debe defender al PP, pero compaginándolo con la labor de dirigir el Gobierno de Castilla-La Mancha. “Aparte de la falta de tiempo, en estos momentos se necesita un auténtico perro de presa que contrarreste el ‘dóberman’ que nos están sacando desde la izquierda, que no esté condicionado, como Cospedal, por representar también a un gobierno regional”, dice uno de los veteranos del partido. Otra fuente recuerda que “ésa es la labor que ha venido haciendo Esteban González Pons”, ahora marginado en Génova y apartado de la comunicación.

Y la cuarta pata es la más evidente y la que más abiertamente se denuncia desde las filas ‘populares’. “No podemos gobernar y acometer las reformas impopulares sin los telediarios de TVE o, por lo menos, sin que desde esos telediarios se nos machaque a diario”, dicen fuentes del PP. “Lo de Fran Llorente es de juzgado de guardia, y encima Rajoy recibe a Rubalcaba y le da de plazo hasta junio para consensuar el relevo”. El nerviosismo llega a tal extremo que son las televisiones autonómicas gobernadas por el PP las que están surtiendo de imágenes a cadenas privadas para dar la “versión” de Génova y de Moncloa sobre esa realidad que Mariano Rajoy pretende explicar “bien” a los españoles para evitar la conflictividad social.

“Es obligado que los Gobiernos expliquemos el porqué de nuestras decisiones. No habrá reacción social si las medidas son percibidas por la gente como justas”. Mariano Rajoy ha mostrado, al lado de Mario Monti, la preocupación del Gobierno y del PP por los serios problemas de comunicación que el Ejecutivo está teniendo. La ‘primavera valenciana’ ha sido el detonante para que se disparen todas las alarmas: “No se ha sabido reaccionar, se ha hecho tarde y a la defensiva”, dicen en medios del partido, y lo que es peor, “si seguimos así, no acabamos la legislatura”.

Mariano Rajoy