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"Es el momento de cambiar los estatutos del PSOE para elegir al líder en primarias"
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JUAN FERNANDO LÓPEZ AGUILAR, PORTAVOZ DEL PSOE EN EL PARLAMENTO EUROPEO

"Es el momento de cambiar los estatutos del PSOE para elegir al líder en primarias"

Juan Fernando López Aguilar (Las Palmas de Gran Canaria, 1961) cambió en 2009 la política nacional por el Parlamento Europeo y, desde entonces, reivindica con pasión

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"Es el momento de cambiar los estatutos del PSOE para elegir al líder en primarias"

Juan Fernando López Aguilar (Las Palmas de Gran Canaria, 1961) cambió en 2009 la política nacional por el Parlamento Europeo y, desde entonces, reivindica con pasión el poco mediático trabajo de las instituciones comunitarias. Ahora, tras el batacazo electoral de su partido, el ex ministro de Justica regresa para participar en la batalla por el futuro del PSOE. Asegura que no está detrás de una de candidatura de Carme Chacón, pero ha firmado con ella, y junto a una treintena de dirigentes socialistas, el manifiesto crítico Mucho PSOE por hacer.

La socialdemocracia está sepultada en Europa por partidos conservadores y el PSOE acaba de sufrir una dura derrota en España.

Como socialista europeo vengo subrayando que el impacto financiero, económico y social de esta crisis, la más severa que han padecido las economías de mercado en los últimos 80 años, ha sido asimétrico. Pero también lo ha sido el impacto político, porque se ha acompañado a la crisis de un discurso fabricado para deteriorar el crédito de la política y, consiguientemente, vaciar de contenido la propia razón de ser de la democracia. No es verdad que el origen de la crisis sea el exceso de déficit. No es verdad que la austeridad consista, como dicen los gobiernos conservadores que dominan el Consejo Europeo, en gastar menos. La austeridad, decimos los socialistas, consiste en gastar mejor asegurando que no le falta un euro a la sostenibilidad de nuestro modelo social, lo que significa hablar de ingresos, removiendo desigualdades fiscales entre Estados miembros e injusticias tributarias insoportables dentro de los Estados.

Pero los electores se han decantado por opciones conservadoras.

Los electores conservadores están movilizados en la defensa electoral de sus intereses, mientras que los progresistas han sido instigados a la fragmentación, o a la estampida. Y esto explica el ciclo tremendo por el que está pasando la socialdemocracia en toda Europa. Me preocupa, me motiva y para mí es una razón para combatir este paisaje que no me gusta todos los días.

¿Por qué Zapatero tampoco ha ejercido como alternativa socialdemócrata al modelo ‘Merkozy’?

La crisis, aunque originada en EEUU a finales de 2007, cruza el Atlántico en octubre de 2008 de la mano de la caída de Lehman Brothers, y en ese momento la correlación de fuerzas en Europa es una mayoría como nunca de gobiernos de derecha, en el mejor de los casos centro-derecha, pero a menudo derecha trufada de extrema derecha, como en aquel momento Hungría, Polonia o la República Checa. Eso hace que los escasos gobiernos socialdemócratas vieran restringido su margen de maniobra como nunca antes. Deploro que no hayan acertado a conformar entre sí una minoría de resistencia y de alternativa. Pero lo cierto es que es esa mayoría conservadora la que ha impuesto el diagnóstico, la estrategia y el recetario.

“No vale con elegir un líder para el PSOE porque una persona no basta y no se basta”

Una estrategia que usted no comparte.

Constato, tres años después de un sufrimiento social sin precedentes en la historia de la UE, que no nos están sacando de la crisis. No es que lo diga yo, lo afirman tanto los economistas progresistas como los conservadores lúcidos. Le están diciendo a Europa, desde las dos orillas del Atlántico, que hace falta combinar estabilidad en el ciclo, un manejo riguroso de las cuentas públicas del que España fue ejemplo en la primera legislatura de Zapatero, con estímulos selectivos a la inversión. De lo contrario, viviremos una década perdida de estancamiento y de altísimos niveles de malestar social.

Pero además de la crisis, en el manifiesto Mucho PSOE por hacer señalan que debe haber una explicación más amplia de la debacle electoral.

Así es. El 20 de noviembre el PSOE ha sufrido la derrota más severa desde la transición. Nos ha colocado en la peor situación electoral y parlamentaria de la historia democrática. Y los siete millones de votantes que en un momento de dificultades han mantenido con perseverancia su confianza esperan de nosotros una reflexión en serio. Ninguna indulgencia con nosotros mismos, ninguna simplificación monocausal acerca de por qué hemos perdido cuatro millones y medio de votos. Hay que hablar no solo de la crisis, sino de la respuesta y de la comunicación de la respuesta. Durante los tres últimos años el conjunto del PSOE se ha visto obligado a asumir hechos consumados y a digerir decisiones en cuya deliberación no había podido participar.  Necesitamos equipamiento y un equipazo.

¿Y Rubalcaba podría ser titular en la alineación de ese equipazo?

Lleva muchos años siéndolo. En el PSOE y en España es una personalidad de primer nivel, no hay nadie que pueda discutirlo. Corresponde al partido decidir democráticamente en el Congreso con respecto a las alternativas disponibles, y sobre todo le corresponde al partido llenar de contenido a quien quiera que vista la camiseta de secretario general. No podemos continuar en la casilla siguiente como si de los resultados del 20-N no se desprendiese un mandato de deliberación colectiva, responsabilidad compartida, tarea de equipo y dirección colegiada, eso es un equipazo. La tarea de equipo fue el factor decisivo en la victoria de Zapatero en el 37º congreso. Y el desfallecimiento de ese espíritu de equipo ha sido crucial para explicar el itinerario de derrota.

Sin embargo, la dirección del PSOE ha circunscrito la explicación de la derrota a la crisis.

Tanto la dirección de estos últimos años, como el candidato y el equipo electoral, nos han representado a todos y nos los hemos dado democráticamente. Tienen todo nuestro apoyo, nuestro afecto y nuestro reconocimiento para siempre. No hay un ápice de crítica personalizada en la reflexión. Pero nadie puede sentirse satisfecho con una lectura monocausal del deterioro electoral que diga que ha sido el paro, cuando constatamos que cientos de miles de parados nos han votado sabiendo que somos su único paraguas protector, mientras que cientos de miles de trabajadores con empleo, notoriamente funcionarios, nos han dado la espalda. No se nos puede decir que es el paro, hace falta un poquito más de elaboración y la gente tiene derecho a escucharla de nosotros.

Entonces, ¿por qué no ha llegado antes esta autocrítica, y se han asumido las decisiones sin deliberación previa?

Responder a esta pregunta exige desplegar el debate que nos hace falta, que no puede ser un debate de Twitter, sino de fondo. Por supuesto que en el curso de estos años ha habido discusión en el partido, pero es un hecho que el vértigo de la crisis desatada ha obligado a una sucesión de respuestas instantáneas, y a menudo a la asimilación de las decisiones impuestas por el directorio germano-francés, incluso sin contar con el resto de Estados miembros, y  ya no digamos con la Comisión o el Parlamento Europeo. Eso ha producido, inevitablemente, la sensación de que estamos obligados a tragar sapos y pildorazos. Y, como socialista, considero que mi primera obligación ha sido ser solidario con las dificultades del presidente del Gobierno.

El manifiesto también habla de fomentar la participación. ¿Apoya el método de primarias abiertas a simpatizantes como ha sucedido en Francia para elegir al líder del partido?

Sí, hay muchos militantes que han puesto en marcha esa idea, incluso la han formalizado como iniciativa para este Congreso en una plataforma llamada Bases en Red. Aprecio esa contribución, y si se opone la dificultad de que de acuerdo a los estatutos vigentes no cabe la elección directa del líder, el momento de modificar esos estatutos es el 38º congreso, y deberíamos debatirlo. Los socialistas nos hemos distinguido por nuestra capacidad de innovar, lo que quiere decir arriesgar. Hemos visto cómo, allí donde tienen lugar las primarias, no solo se reanima el partido, sino también la sociedad a nuestro alrededor.

“Cualquier compañero tiene el derecho a presentarse y nadie debería coartarlo”

A su juicio, ¿por qué el partido permitió que no hubiera primarias para elegir al último candidato electoral?

Tenemos la obligación de abordar reformas y avances en el modelo de partido relativos al funcionamiento de las agrupaciones locales, que a menudo pierden militancia, envejecen. Necesitamos más militantes, más simpatizantes y más gente alrededor de buena voluntad apoyando, sabiendo que son bienvenidos. Y hace falta fomentar la cultura de la responsabilidad, de modo que no sea fácil imputar sin más a factores meteorológicos, como el entorno o el ciclo, para explicar por qué se pierden votos y escaños en determinadas latitudes continuamente. Cuando algo sucede es preciso hacer algo.

Pero, ¿qué responsabilidad tuvo Rubalcaba en que no hubiera primarias?

La reflexión que nos hace falta debe mirar sobre todo al futuro. No se trata de someter a examen la ejecutoria de las decisiones adoptadas y compartidas en el transcurso del último año. Pero lo que debe ser subrayado es que Rubalcaba fue designado candidato por aclamación. Es un enorme honor y responsabilidad que ha asumido con el pundonor y la dedicación que le caracterizan. Tiene el reconocimiento imborrable de todos para siempre.

Y tras los resultados obtenidos el 20 de noviembre, ¿cree que debería dar un paso atrás?

No me corresponde a mí hacer ningún comentario sobre las reflexiones y las decisiones que otros compañeros o compañeras puedan hacer en su propio ámbito de responsabilidad personal. Sí me corresponde esforzarme para contribuir a un debate de ideas, convencido como estoy de que el 38º Congreso sería una oportunidad perdida, si se redujera a confrontar candidatos, cualesquiera que sean y sean cuantos sean. Cualquier compañero, cualquiera que sea su trayectoria pasada o su potencial de futuro, tiene el derecho de dar un paso adelante y nadie debería coartarlo. Esto incluye por su puesto a Rubalcaba y a cualquiera. Pero sería una decepción para la gente que nos mira que el congreso se redujera a eso, a escuchar a los candidatos y que gane el que obtenga un voto más. Necesitamos mucho más que eso.

En el Congreso de 2000, usted formó parte de Nueva Vía, cuyo candidato fue Zapatero. ¿El manifiesto es el equivalente a aquella corriente 11 años después?

Nadie pretende establecer ninguna analogía con ninguna situación. El hilo conductor entre firmantes de distintos orígenes territoriales, trayectorias y generaciones es la convicción de que, esta vez, no basta con elegir un hombre o una mujer para la posición de líder. Hace falta mucho más que eso, una persona no basta y una persona no se basta.

“No se nos puede decir que la culpa de la derrota fue el paro, hace falta un poquito más de elaboración”

En todo caso hay que elegir un secretario general. ¿Apoya a Carme Chacón para el cargo?

No ha dado el paso ni ha manifestado su voluntad. Del mismo modo que manifiesto todo mi respeto y mi reconocimiento por la ejecutoria y potencial de Alfredo; lo manifiesto por Carme o por cualquier otra persona que pueda dar el paso. Pero lo que me importa es que quienes hemos firmado el manifiesto compartimos la convicción de que no se trata de apoyar a una persona, sino de recuperar la tarea de equipo y la visión compartida.

Pero el manifiesto se interpreta como el lanzamiento de la candidatura de Chacón.

Ojalá sea el lanzamiento, nada menos, que de una voluntad bienintencionada de intervención en el Congreso de los socialistas españoles. Ha pasado casi un mes desde la derrota del 20-N, y hemos estado compelidos a un silencio doloroso entendible ante la inminencia de la investidura, pero que no podía durar un segundo más. Porque en los días que restan creo que todos los socialistas a los que nos importa y nos duele el PSOE tenemos la obligación de intervenir. Y creo hacer honor al espíritu de ese escrito si afirmo que sería una decepción que fuera leído como un pronóstico de adhesión a ninguna persona. A mi juicio, eso es lo menos que necesita el PSOE en este momento. Lo que necesita es lo contrario, una recuperación del razonamiento compartido, de la tarea colectiva.

¿Cómo se va materializar entonces su intervención en el Congreso?

Los militantes tenemos la obligación de participar por las vías a nuestro alcance. Yo he aportado escritos, intervengo en la Ejecutiva, en el Comité Federa, en el Parlamento Europeo y en la dirección de los socialistas europeos. Espero que todo el que lo viva como lo vivo yo se esfuerce en aportar. Veremos cuántos documentos se ponen sobre la mesa. Cuántas reflexiones sobre el modelo de partido.  El silencio no nos hace ningún favor, este es el momento y si no es ahora, ¿cuándo?

¿Va a dar el paso de presentarse a la carrera por la secretaría general?

Yo no he puesto mi nombre en circulación en ningún momento.

Entonces, ¿se descarta?

Juan Fernando López Aguilar (Las Palmas de Gran Canaria, 1961) cambió en 2009 la política nacional por el Parlamento Europeo y, desde entonces, reivindica con pasión el poco mediático trabajo de las instituciones comunitarias. Ahora, tras el batacazo electoral de su partido, el ex ministro de Justica regresa para participar en la batalla por el futuro del PSOE. Asegura que no está detrás de una de candidatura de Carme Chacón, pero ha firmado con ella, y junto a una treintena de dirigentes socialistas, el manifiesto crítico Mucho PSOE por hacer.