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Rajoy nombra un Gobierno de fuerte perfil económico, previsible y plagado de fieles
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SÁENZ DE SANTAMARÍA CARGARÁ CON TODO EL PESO POLÍTICO DEL NUEVO EJECUTIVO

Rajoy nombra un Gobierno de fuerte perfil económico, previsible y plagado de fieles

El suspense se mantuvo hasta el final -no hubo filtraciones-, pero el desenlace apenas tuvo sorpresas. Mariano Rajoy hizo pública a media tarde de ayer la composición de

Foto: Rajoy nombra un Gobierno de fuerte perfil económico, previsible y plagado de fieles
Rajoy nombra un Gobierno de fuerte perfil económico, previsible y plagado de fieles

El suspense se mantuvo hasta el final -no hubo filtraciones-, pero el desenlace apenas tuvo sorpresas. Mariano Rajoy hizo pública a media tarde de ayer la composición de su Gobierno, en el que son todos los que están y están casi todos los que son. 

Soraya Sáenz de Santamaría, como se daba por hecho, llevará todo el peso del nuevo Ejecutivo -con galones de vicepresidenta, ministra de Presidencia y portavoz-, copado por fieles marianistas y con un perfil muy económico cuyas competencias en el ramo se repartirán Luis de Guindos (Economía), Cristóbal Montoro (Hacienda), Fátima Báñez (Empleo) y José Manuel Soria (Industria y Energía). Sólo habrá 13 ministerios, cuatro mujeres, tres ministros independientes -De Guindos, Pedro Morenés en Defensa y José Ignacio Wert en Educación- y una vicepresidencia, aunque el propio Rajoy se reservará la última palabra en materia económica.

Rajoy ha resuelto de forma expeditiva la aparente contradicción de que un Gobierno cuyo principal objetivo es sacar a España de la crisis no cuente con una vicepresidencia económica. Será el propio líder del PP quien lleve las riendas de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, una suerte de Ejecutivo bis que se reúne todos los jueves en el palacio de La Moncloa y sobre el que recaerá la coordinación y elaboración de la avalancha de medidas de ajuste y reactivación económica que se avecina, y que luego deberá aprobar el Consejo de Ministros.

La lista de escogidos que Rajoy leyó ayer, en un Salón de Tapices de La Moncloa abarrotado de periodistas, apenas produjo algún sobresalto, más allá del nombramiento de Wert, un sociógo muy cercano al Grupo Prisa, al frente de Educación, Cultura y Deportes. Las escasas sorpresas no se contabilizaron en el capítulo de los nombres propios, sino en el reparto de carteras y en los inevitables agravios de quienes se quedaron fuera: Esteban González Pons, Elvira Rodríguez, Federico Trillo...

Así, José Manuel García Margallo, que había sonado para el Ministerio de Economía, será el nuevo jefe de la diplomacia española desde la atalaya de Asuntos Exteriores. Y Alberto Ruiz-Gallardón, fiscal de profesión y al que muchos situaban en Defensa, será el próximo titular de Justicia, un destino que tal vez no satisfaga plenamente las aspiraciones del hasta ahora alcalde de Madrid, pero que colma -al menos por ahora- su sueño, largamente acariciado, de sentarse en el Consejo de Ministros.

Adiós a la paridad de sexos

Rajoy volvió a demostrar ayer que es un político previsible. Tal vez demasiado. Buena muestra de ello es que ha nombrado ministros a los cuatro dirigentes de su partido que, tras él, encabezaban la candidatura del PP al Congreso por Madrid en las pasadas elecciones: Sáenz de Santamaría, Ana Mato -que ocupará Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, un ministerio tan abigarrado como de escasas competencias-, Ruiz-Gallardón y Miguel Arias Cañete, fijo en todas las quinielas y que, a partir de mañana, se desempeñará como titular de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

El flamante presidente del Gobierno no ha tenido en cuenta el dogma de la paridad de sexos -Sáenz de Santamaría, Báñez, Mato y Ana Pastor, que dirigirá Fomento, son las únicas mujeres del Gabinete- y ha preferido la veteranía a la juventud: la edad media de su equipo es de 55 años, y seis de sus ministros superan la barrera de los 60. En cambio, sí ha apostado claramente por la fidelidad: la inmensa mayoría son confesos marianistas, incluso los cuatro que ya militaron en los gobiernos de José María Aznar: Montoro, Pastor, Arias Cañete y De Guindos, que fue secretario de Estado de Economía.

Muchos esperaban que Jorge Moragas, mano derecha de Rajoy, ocupase algún ministerio, tal vez el de Presidencia. Pero no se trata de ningún castigo: el presidente del Gobierno, con toda probabilidad, contará con él como jefe de su Gabinete presidencial y, por lo tanto, primer fontanero de La Moncloa. Y de sorpresa menor puede calificarse el nombramiento de Mato, a quien muchos veían como futura secretaria general del PP en sustitución de María Dolores de Cospedal, que, al menos hasta el próximo congreso del partido, seguirá siendo la número dos de Génova.

Sin hipotecas

No hay rastro de hipoteca alguna por cuotas de poder dentro del partido, adscripción ideológica o afinidad con otros dirigentes dentro o fuera del PP. Rajoy rompe, además, con todos los esquemas establecidos por el zapaterismo: el largo recorrido en la carrera política, la cualificación profesional y la experiencia marcan las biografías de todos los miembros de su Gabinete.    

El veterano eurodiputado García Margallo, otro hombre del círculo más próximo al nuevo presidente del Gobierno, es un experto en Hacienda y en política comunitaria, y ha sido elegido por Rajoy por la importancia que tendrán en esta legislatura, marcada por la crisis económica, las relaciones con la UE y con el eje franco-alemán.

El jefe del Ejecutivo demuestra que siempre contó con Montoro para su especialidad, que es Hacienda, y ahora le añade la responsabilidad de Administraciones Públicas (funcionarios) con el objetivo de que se centre en el control del gasto. Al Ministerio de Economía incorpora a De Guindos, un independiente que fue secretario de Estado con Rodrigo Rato, mientras que Sáenz de Santamaría se ocupará, también, de la coordinación del Ejecutivo. La más joven del Gobierno ha pasado en menos de cuatro años de ser una diputada que había trabajado en el Gabinete de Rajoy a número dos del Gobierno previo paso por la portavocía del Grupo Popular en el Congreso.

Para la cartera de Defensa Rajoy recupera a uno de los mayores expertos en la materia, en especial de la industria militar, como es Pedro Morenés. El Confidencial ya anunció en exclusiva el pasado mes de noviembre que era el hombre elegido para la cartera. Morenés fue secretario de Estado en el mismo departamento en el primer gabinete de Aznar, con Eduardo Serra de titular. Pero también pasó por Interior con el mismo cargo, precisamente con Rajoy. El drama de la deuda del Estado con la industria de Defensa, 30.000 millones de euros, ha pesado en la elección.

Otro fiel en Interior

Para la cartera de Interior, Jorge Fernández vuelve a ser otro ejemplo de fidelidad absoluta a Rajoy. El diputado por Barcelona, preservado de la pelea dura de hacer oposición al quedar colocado en la Mesa del Congreso los últimos cuatro años, no contaba para presidir las nuevas Cortes porque el líder del PP le dejaba para un ministerio tan complicado como el de Interior, donde ya trabajó con el propio jefe de ministro.

Pastor, la otra mujer de confianza del presidente del Gobierno (la primera es Sáenz de Santamaría), se queda con la cartera más lucida y de inversión como es Fomento, aunque en esta ocasión tendrá que dedicarse a recortar y renegociar obras más que a planificar nuevas infraestructuras. Arias Cañete repite en el Ministerio de Agricultura, la misma cartera que tuvo con Aznar. La diferencia es que para Rajoy es un superministerio, como ha reiterado en los últimos meses, que quiere relanzar. Estaba el primero en todas las quinielas para otras responsabilidades más lucidas, pero, por lo visto ayer, no en la de Rajoy.

En el capítulo donde pesan más los servicios prestados al partido aparecen Soria y Mato: el primero por batirse al frente del PP en Canarias, y Mato por su labor como vicesecretaria del área electoral y responsable de la campaña del 20-N, son premiados con la entrada en el Ejecutivo. La de Báñez, en cambio, es una carrera fulgurante de la mano de Montoro y Sáenz de Santamaría: una joven diputada experta en la materia de la que ahora se ocupará como ministra: Trabajo y Seguridad Social. 

El suspense se mantuvo hasta el final -no hubo filtraciones-, pero el desenlace apenas tuvo sorpresas. Mariano Rajoy hizo pública a media tarde de ayer la composición de su Gobierno, en el que son todos los que están y están casi todos los que son. 

Mariano Rajoy