Campaña inédita: el PSOE-A mete los recortes del PP en las aulas públicas

En un hecho que no tiene precedentes, los socialistas andaluces van a llevar a cabo un despliegue de militantes y candidatos por los colegios públicos de Andalucía para explicar los recortes que en Educación se están practicando en las comunidades gobernadas por el PP, la teoría del “menú” andaluz frente al madrileño o valenciano, que Rubalcaba acaba de repetir este fin de semana en Granada. El contingente electoral se reunirá con padres y profesores para implicarlos en la precampaña.

En el último foro en el que José Blanco intervino en Andalucía, al vicesecretario general del PSOE no le gustó el derrotismo dibujado en la militancia. Blanco llegó a decir que todo se podía reconducir, días después de que Griñán comparase la situación del partido con la actitud del Betis en el encuentro que libró frente al Real Madrid. El Betis perdió, pero sólo el querer ir a jugar era suficiente para el presidente de la Junta.

La primera reacción para superar el estado de abatimiento del PSOE andaluz ha sido romper un pacto no escrito: los candidatos irán a los colegios a hacer campaña y hablarán con los padres y profesores para recordarles los recortes del PP. Será una ofensiva preelectoral sobre la educación “pública, gratuita y de calidad”, según asegura la presidenta del partido, Rosa Torres. Pero el despliegue promete politizar un sector, el de la Educación, que hasta ahora se había dejado siempre al margen de la contaminación de la campaña electoral.

La precampaña en Andalucía se ha convertido en un diálogo de sordos. Frente al fracaso de las competencias del Guadalquivir y el reguero de datos sobre los ERE, mantenido a ultranza por el partido de Arenas, el PSOE abre un frente en el que quiere implicar a los colegios, e IU parece convencida ya de que sus virtuales socios se van a hundir irremisiblemente, hasta el punto de que no va a ser posible pacto alguno que permita a la coalición que lidera Diego Valderas pisar moqueta en la próxima legislatura.

Más de 600 funcionarios vuelven a la Administración central

Y es que la oposición, mientras tanto, se agarra al Guadalquivir. Después de meses de negociación entre la Junta y el Gobierno central, en este caso representado por el vicepresidente Manuel Chaves, Griñan ha tenido que aceptar que no se hará cargo de ninguna de las competencias relacionadas con la gestión del río. Esto supone, de entrada, que la Junta va a devolver a más de seiscientos funcionarios a la Administración central, después de meses con una encomienda de gestión que no ha hecho más que crear malestar en agricultores y regantes, dejando un reguero de recursos sobre medidas que se han adoptado después de que el Tribunal Constitucional anulara la cesión de esas competencias.

El “desaguisado” del Guadalquivir, como lo ha llamado Javier Arenas, ha sido el mayor fiasco de la Junta en los últimos meses, y hasta la Confederación Hidrográfica ha tenido que salir al paso asegurando que los funcionarios que ahora toman el camino de vuelta desde la Junta a la Administración central no tienen motivos para temer por su situación.