Rajoy presenta su 'milagroso' plan anticrisis sin aclarar dónde recortará si gobierna

Habían pasado casi seis meses desde la última rueda de prensa de Mariano Rajoy. Pero ayer, por fin, se quitó la mordaza que él mismo se autoimpuso, quizá para evitar un inoportuno desliz en cuestiones espinosas que frenara su triunfal marcha hacia La Moncloa, y sometió al escrutinio de las decenas de periodistas que abarrotaban la sede de Génova el primer esbozo de su programa electoral para 2012. El líder del PP anunció una exhaustiva batería de medidas para poner coto al derroche de ayuntamientos y comunidades autónomas -la mayoría más efectistas que eficaces, como obligar a los cargos públicos a compartir el coche oficial o reducir el uso de teléfonos móviles-, pero no aclaró qué partidas de gasto recortará para lograr los dos grandes objetivos que se ha marcado si alcanza el poder, que resumió en "crecimiento económico y creación de empleo". 

Rajoy recuperó ayer el protagonismo político, acaparado en exclusiva durante la última semana por la carrera sucesoria del PSOE, al presentar un plan de austeridad y transparencia que se comprometió a aplicar de inmediato en todas las comunidades autónomas gobernadas por el PP, y que contiene los "principios inspiradores" del programa electoral con el que se presentará a los comicios de la próxima primavera. El líder de la oposición trabaja con la hipótesis de que José Luis Rodríguez Zapatero no adelantará el fin de la legislatura, pero aseguró que, si esa circunstancia se produjese, su partido "está preparado para gobernar", y que ya tiene "algunos nombres" en su particular libreta azul de candidatos a ministros.