Normalidad y ausencia de incidentes en el aeropuerto de Barajas

Si el éxito o fracaso de una huelga general se suele medir por la capacidad de los sindicalistas para paralizar un país a primera hora de la mañana, la sensación es que el 29-S ha arrancado, al menos en el aeropuerto internacional de Barajas, con la normalidad habitual de cualquier otro día. La jornada de protesta apenas se está dejando sentir en los vestíbulos de la Terminal 4 de Barajas, punto de entrada y salida de la mayor parte de los vuelos nacionales.

 

Desde las seis de la mañana, la línea de metro que comunica la estación de Nuevos Ministerios con la T4 está funcionando también con normalidad y la llegada de los primeros viajeros se ha registrado sin problemas. Lo mismo se puede decir también del servicio de taxi y del recién estrenado autobús que conecta, durante las 24 horas del día, el aeropuerto con el centro de la ciudad. El servicio no se ha interrumpido en toda la noche.

Solo algunos incidentes puntuales y de muy escasa relevancia han empañado las primeras horas de este día de huelga. Según informan trabajadores del aeropuerto, los piquetes sindicales han intentado bloquear el aparcamiento P-10 de la terminal colocando chinchetas y clavos por el asfalto. Un incidente ya controlado y que apenas ha alterado el ritmo de llegada y salida de vehículos.

El vestíbulo de la T-4 se despereza, mientras muchos pasajeros aguardan, medio sonámbulos, la salida de los primeros vuelos, que tienen previsto su despegue a las siete de la mañana. Decenas de agentes de la policía controlan las principales puertas de entrada y salida a la terminal sin que, de momento, hayan tenido que intervenir para evitar problemas. Tampoco ha habido problema alguno en la puerta de entrada del personal del aeropuerto, donde otra pareja de agentes hace guardia sin que haya habido incidente alguno.

Las tiendas 24 horas sí están cerradas

Lo que sí demuestra que hoy es un día diferente a cualquier otro es el hecho de que una gran mayoría de las tiendas del vestíbulo principal, con horarios de atención al público las 24 horas al día, están cerradas. De hecho, son escasos los comercios que han desafiado a los huelguistas abriendo sus puertas. Entre ellos, el Mc Donald del aeropuerto, en donde los piquetes han intentado, muy de madrugada, amedrentar a sus trabajadores para que dejasen de servir consumiciones. El establecimiento sigue, sin embargo, operando con normalidad y es, de hecho, el único punto de la terminal donde los viajeros pueden desayunar con tranquilidad.

A pocos metros de allí, el puesto de prensa está también abierto pero sin ningún periódico que vender. Los distribuidores de prensa sí que han tenido problemas para abastecer esta tienda que, hoy, solo vende revistas, magacines y libros.

De momento, las pantallas de información del aeropuerto no alertan de que alguno de los vuelos que tienen prevista su salida o llegada en las próximas horas vaya a sufrir retraso alguno. La tónica habitual de un 29-S que en Barajas ha amanecido con el ritmo de cualquier otro día.