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Gallardón aprovecha el verano para modificar el proyecto de reforma del Paseo del Prado
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NO ‘TOCA’ LAS CASAS DE LOS VECINOS DEL SUR DEL RETIRO

Gallardón aprovecha el verano para modificar el proyecto de reforma del Paseo del Prado

En plena canícula y con cinco años de demora. Ese es el tiempo que se ha tomado Alberto Ruiz-Gallardón, regidor de la capital del reino, para

Foto: Gallardón aprovecha el verano para modificar el proyecto de reforma del Paseo del Prado
Gallardón aprovecha el verano para modificar el proyecto de reforma del Paseo del Prado

En plena canícula y con cinco años de demora. Ese es el tiempo que se ha tomado Alberto Ruiz-Gallardón, regidor de la capital del reino, para contestar las alegaciones de los vecinos del sur del Retiro afectados por el posible derribo de sus casas al albur de la remodelación del llamado Eje Prado-Recoletos: una actuación urbanística cuyo objetivo es recuperar como lugar de encuentro el Salón del Prado y conectar las pinacotecas que componen la llamada Milla del Oro del arte. A saber, los museos del Prado, el Thyssen-Bornemisza y el Reina Sofía. Una actuación que, en principio, no tendría que implicar medidas tan drásticas como el derribo de casas unifamiliares. 

 

Esta propuesta figuraba en los miles de folios que componían el proyecto que ganó el concurso el año 2002, dirigido por los arquitectos Álvaro Siza y Juan Miguel Hernández de León. Planteada en otras ocasiones, el anterior regidor, José María Álvarez del Manzano, comprometió su palabra en un encuentro con los vecinos: “Mientras yo sea alcalde, esas casas no se tirarán”. Y les advirtió: “Pero sus casas seguirán siendo oscuro objeto de deseo”, según relata Jesús Varela, presidente de la Asociación “Alerta el Cerrillo de San Blas”.

No le faltaba razón al anterior alcalde. Muchos de los inmuebles son viviendas unifamiliares ubicadas detrás del paseo Reina Cristina, entre las calles de Alfonso XII y la Plaza de Mariano de Cavia. A la estación de Atocha se puede ir a pie, a la M-30 se llega a escasos minutos y tienen,  como pared medianera, la verja del principal parque de Madrid, El Retiro. Son, desde hace años, una tentación permanente para constructoras e inmobiliarias.

Alegaciones aceptadas

El relevo en la alcaldía y la simpatía con la que algún miembro del equipo de Gallardón acogió la posibilidad de pasar a la historia del urbanismo madrileño dibujando de nuevo el Sur del Retiro, hizo que se encendieran todas las alarmas entre las 300 familias afectadas. La propuesta preveía que donde ahora hay casas unifamiliares con jardín, se podrían levantar bloques de cuatro alturas. Sobre el papel, se preveía también, entre otras medidas, la demolición de parte del Instituto de Isabel  la Católica, reconvirtiendo este histórico centro en una biblioteca de barrio. Las actuaciones iban a afectar asimismo al Pabellón de Hombres Ilustres, el observatorio astronómico y al Colegio Nuestra Señora de Atocha, que serie demolido y trasladado de ubicación. 

Jesús Varela y Mercedes Calvo son dos de los vecinos que el pasado 1 de julio, cuando miles de madrileños emigraban hacía la playa, recibieron una carta certificada con acuse de recibo notificándoles que sus alegaciones han sido aceptadas. “No se pueden tocar las viviendas de las familias. Eso era un expolio, una canallada”, explica desde Galicia Jesús Varela. No recuerda cuánto hace que presentó su escrito, “creo que en el 2004”. Mercedes Calvo, que en sus alegaciones defendió la supervivencia del Instituto Isabel la Católica  -“forma parte de la vida del barrio”, enfatiza desde su lugar de vacaciones- sigue sin fiarse del gobierno de Gallardón: “Han reducido el ámbito de actuación y respetan las casas, pero está redactado de tal forma que podrían volver a estudiar la propuesta en el futuro”, relata Mercedes.

En los servicios de Comunicación del alcalde, no conocían que se hubiese dado respuesta a los  vecinos y afirman que “normalmente se contesta en un mes, pero no hay una norma que establezca un plazo concreto”. El escrito de 14 folios remitido por la Subdirección General de Información y Participación, dependiente de la Dirección General de Gestión de proyectos, esta firmado por Emilio Martínez Vidal y no concreta la fecha en la que se recibieron las alegaciones. Se refiere, sin más, a un periodo de información pública aprobado en el año 2005.

El pasado 17 de junio la Junta de Gobierno de la Ciudad, presidida por Ruiz-Gallardón, decidió que la reforma del eje Prado-Recoletos que queda pendiente afectará al tramo comprendido entre la plaza de Cibeles, donde se ubica la sede del Ayuntamiento con el despacho del alcalde, y la plaza de Atocha. Es el corazón del Salón del Prado, el núcleo duro del proyecto de Siza, el tramo más difícil para una intervención urbana porque en él se encuentran las grandes pinacotecas. Es además, el tramo más polémico (¿quién no recuerda la defensa de los árboles que hizo la baronesa Thyssen?) y el más político. Es zona BIC (Bien de Interés cultural) y, por tanto, la última palabra la tiene el Gobierno regional, presidido por Esperanza Aguirre. Como en toda modificación de un proyecto urbanístico, el Ayuntamiento ha abierto un nuevo plazo de información pública. Se pueden presentar nuevas alegaciones. El plazo para ello concluye hoy, 27 de julio. En plena canícula.

En plena canícula y con cinco años de demora. Ese es el tiempo que se ha tomado Alberto Ruiz-Gallardón, regidor de la capital del reino, para contestar las alegaciones de los vecinos del sur del Retiro afectados por el posible derribo de sus casas al albur de la remodelación del llamado Eje Prado-Recoletos: una actuación urbanística cuyo objetivo es recuperar como lugar de encuentro el Salón del Prado y conectar las pinacotecas que componen la llamada Milla del Oro del arte. A saber, los museos del Prado, el Thyssen-Bornemisza y el Reina Sofía. Una actuación que, en principio, no tendría que implicar medidas tan drásticas como el derribo de casas unifamiliares.