El orgullo de Chacón pone al PSOE al borde de su primera derrota en el Congreso

Carme Chacón se niega a admitir el más mínimo error en su gestión del anuncio de la retirada de las tropas de Kosovo. Una determinación que ayer le llevó a poner contra las cuerdas al PSOE, que se quedó al borde de su primera derrota en el Pleno del Congreso de los Diputados en esta legislatura. La ministra de Defensa maniobró para que su partido rechazara pactar con CiU una iniciativa que pedía avisar "en tiempo y forma" a los países aliados de acciones como el repliegue de tropas.  

 

Los nacionalistas catalanes presentaron una moción sobre los criterios del Gobierno ante la toma de decisiones que afectan a los organismos internacionales. El PSOE respaldaba los tres primeros puntos, referentes a una política exterior basada en el multilateralismo, y a un mayor peso del Congreso en la aportación española a la estrategia de la OTAN. Sin embargo, el cuarto punto redactado por CiU contenía en la práctica una reprobación a Chacón: "El Gobierno no puede tomas decisiones unilaterales sin hacer partícipes a los Aliados en tiempo y forma de la voluntad de modificar los compromisos adoptados en los organismos multilaterales, como recientemente ha sucedido con la retirada de las tropas españolas de la misión de la OTAN en Kosovo".

 

Durante la mañana, CiU había recabado el apoyo de PP, PNV, Coalición Canaria (CC) y Unión Progreso y Democracia (UPyD). Diputados suficientes para infligir un severo castigo a Chacón y al PSOE. Por  ello, los socialistas se vieron abocados a negociar con los nacionalistas catalanes una salida honrosa. Según explicaron a este diario fuentes de CiU, el PSOE llegó a proponer, en torno a mediodía, una alternativa que recogía la petición de que el Gobierno comunicara "en tiempo y forma" a los aliados sus decisiones sobre retirada de tropas. CiU aceptó, pese a que suponía retirar la mención expresa a la gestión de Chacón, pero horas más tarde los socialistas retrocedieron.

 

Chacón no toleraba el nuevo texto, ya que sugería que no había actuado correctamente en la cuestión de Kosovo, y optó por jugársela al todo o nada. La votación dependía de un puñado de votos: si la moción de CiU se aprobaba, el PP cantaría victoria y se consideraría una ministra reprobada; de lo contrario, cualquier referencia a Kosovo desaparecería. De acuerdo con fuentes nacionalistas, Chacón recurrió a su agenda catalana, llamó al portavoz de ERC, Joan Ridao, y le pidió que se abstuviera en la votación. Ridao aceptó, y las tres abstenciones de su grupo fueron decisivas para que la Cámara rechazara la crítica a Chacón.

 

Desde el Grupo Socialista se negó que se hubiera planteado a CiU una enmienda que incluyera la instancia a avisar "en tiempo y forma", y se explicó que sólo se presentó una en el registro haciendo hincapié en el multilateralismo, que fue rechazada por los nacionalista catalanes. El diputado socialista Jesús Cuadrado centró su intervención en arremeter contra el PP, a quien acusó de situar "el interés de España en el lugar donde pueden hacer daño al Gobierno", y les advirtió que se han quedado "solos en el Parlamento y en la calle" con su intención de desgastar a Chacón. Y es que la popular Beatriz Rodríguez Salmones anunció que presentará este miércoles en la Cámara una iniciativa para reprobar a Chacón, un paso más allá de las intenciones del resto de los grupos y de la moción de CiU.    

 

Ausencias del PP y errores a favor del PSOE

 

Como viene siendo habitual en los últimos plenos del Congreso, los socialistas tuvieron la suerte de cara y se beneficiaron de una carambola de ausencias y errores. Según fuentes parlamentarias, seis diputados del PP faltaron al Pleno, mientras que uno del PNV se encontraba en el servicio en el momento de la votación. Ni José Luis Rodríguez Zapatero ni Mariano Rajoy estuvieron presentes. Finalmente, el PSOE, con ayuda de IU, ICV y BNG se impuso con 172 diputados frente a los 164 que sumaron PP, CiU, PNV, CC y UPyD. Junto a ERC se abstuvo NaBai y el diputado de UPN. Según Europa Press, el diputado popular Juan Carlos Aparicio se equivocó y votó en contra de la iniciativa.

 

Una vez más, el Grupo Socialista exhibió una mayor disciplina, ya que hasta los últimos ministros decapitados por Zapatero acudieron al Congreso a estrenar su escaño de a pie. La presencia de Pedro Solbes, Magdalena Álvarez, César Antonio de Molina, Mercedes Cabrera y Bernat Soria fue fundamental, dada la insuficiente mayoría de la que dispone el PSOE, y su falta de socios estables. No obstante, los socialistas demostraron una vez más su capacidad de entendimiento con los grupos de izquierda.

 

Pese a no tratarse de un respaldo oficial, IU, ICV, ERC y BNG se han convertido, como sucedió en la pasada legislatura, en un pilar básico para el Gobierno de Zapatero. Mientras, la confluencia de PP, CiU y PNV, además de verse obligado a superar algunos abismos ideológicos, no acaba de reunir el suficiente peso como para tumbar al PSOE.