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Elisenda Malaret se perfila como la nueva presidenta del polémico Consejo Audiovisual Catalán
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Elisenda Malaret se perfila como la nueva presidenta del polémico Consejo Audiovisual Catalán

La presidencia del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), que tanto ha dado que hablar tras la última concesión de las licencias radiofónicas, es un traje

Foto: Elisenda Malaret se perfila como la nueva presidenta del polémico Consejo Audiovisual Catalán
Elisenda Malaret se perfila como la nueva presidenta del polémico Consejo Audiovisual Catalán

La presidencia del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), que tanto ha dado que hablar tras la última concesión de las licencias radiofónicas, es un traje hecho a medida para ex diputados del PSC. Un cargo de prestigio para aquellos que en su día ocuparon un escaño y hoy el partido no les necesita en la primera fila parlamentaria, pero que no le van nada mal mantenerlos ocupados en organismos oficiales y así tenerlos controlados.

 

La renuncia a la presidencia del CAC de Josep María Carbonell (Pepo para los amigos), que se marcha a la fundación privada Digitalent, se hizo efectiva el viernes. Todo apunta a que su sustituto será rápidamente nombrado, ya que el partido tiene a una ex diputada esperando en puertas para coger el sillón oficial. La candidata elegida es Elisenda Malaret.

 

Nacida en 1958, Malaret fue diputada del PSC en el Congreso entre el 2004 y el 2008, es doctora en Derecho, catedrática de Derecho Administrativo y especialista en la financiación de los medios audiovisuales. El cargo será para ella si el Parlamento de Cataluña la elige por una mayoría de dos tercios.

 

Carbonell saltará a la empresa privada

 

Carbonell, que ha presentado su renuncia al presidente de la Generalitat, José Montilla, y al presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach, dice haberlo hecho “de forma voluntaria”, asegurando que tenía pensado dar este paso desde el pasado mes de marzo. Estas explicaciones contradicen a aquellos que creen que las últimas decisiones polémicas del organismo regulador, como las concesiones de 73 emisoras de radio, han sido el factor determinante de esta dimisión. Estas adjudicaciones, las primeras que concedía el CAC por las facultades que le proporciona la ley, generaron polémica por algunos grupos que se sintieron discriminados, como la Cope o Unedisa, editora de El Mundo.

 

Carbonell accedió al cargo en septiembre de 2005 y su mandato acababa en septiembre de 2011. Sin embargo, el ya ex presidente del CAC considera que ha cumplido el cometido que le encargó en su momento el Parlamento catalán y por eso cree que es momento de dar el salto a la empresa privada, tras más de 25 años como cargo público.

 

Incompatibilidad en el cargo

 

Pero no se podrá integrar a su nuevo trabajo de inmediato. Una de las condiciones del cargo del presidente del CAC es que éste, después de cesar, tiene que esperar seis meses antes de incorporarse a cualquier empresa relacionada con el sector. Algo que a Carbonell parece no haberle quedado claro, porque su intención es entrar a formar parte, ya mismo, de Digitalent, una fundación de reciente creación que tiene el propósito de fomentar la cultura digital. El CAC le apoya en su decisión, porque para el organismo esto no supone ningún problema ya que considera que no vulnera ninguna norma al ser Digitalent una fundación sin ánimo de lucro.

 

Hasta que no se nombre el sustituto de Carbonell, el actual vicepresidente del Consejo, Domènec Sesmilo, será el presidente en funciones. Será este ex diputado democristiano quien, según apuntan todas las quinielas, dará paso a la antigua diputada del PSC Elisenda Malaret.

La presidencia del Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), que tanto ha dado que hablar tras la última concesión de las licencias radiofónicas, es un traje hecho a medida para ex diputados del PSC. Un cargo de prestigio para aquellos que en su día ocuparon un escaño y hoy el partido no les necesita en la primera fila parlamentaria, pero que no le van nada mal mantenerlos ocupados en organismos oficiales y así tenerlos controlados.