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El Ayuntamiento de Barcelona compite con la Generalitat por ver quién abre más embajadas en el extranjero
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El Ayuntamiento de Barcelona compite con la Generalitat por ver quién abre más embajadas en el extranjero

Las ansias del Ayuntamiento de Barcelona por reivindicar la ciudad como capital del ‘país’, y volver a situarla en el mundo como la gran metrópoli que

Foto: El Ayuntamiento de Barcelona compite con la Generalitat por ver quién abre más embajadas en el extranjero
El Ayuntamiento de Barcelona compite con la Generalitat por ver quién abre más embajadas en el extranjero

Las ansias del Ayuntamiento de Barcelona por reivindicar la ciudad como capital del ‘país’, y volver a situarla en el mundo como la gran metrópoli que organizó con excelencia las Olimpiadas de 1992, rayan en lo obsesivo. Es tal el ‘interés’ que no ha dudado en calcar la ‘política exterior’ de Carod-Rovira hasta el punto de ponerse a competir con la Generalitat por ver quién abre más embajadas en el extranjero.

 

El alcalde de la Ciudad Condal, el socialista Jordi Hereu, junto con el presidente del grupo municipal de ERC, Jordi Portabella, han viajado hasta la China, concretamente a Shangai, para inaugurar esta semana el primer Consulado de Mar de Barcelona.

 

Estos consulados pretenden ser un tipo de embajada de la ciudad repartidas por todo el mundo. Un referente para aquellos que quieran conocer Barcelona de cerca. El inaugurado en Shangai tan sólo es el primero de los 32 que el Ayuntamiento quiere abrir en todo el mundo, con la intención de recuperar esta institución que se remonta a 1226, año en el que reinaba Jaime I. Lo sorprendente es que los republicanos de ERC tratan de recuperar una institución instaurada por la Monarquía.

 

 

Lo insólito es que el Consistorio pueda dedicar, en tiempo de crisis, hasta 1,5 millones de euros del presupuesto a estos consulados del siglo XXI. Y es que la voluntad de proyección internacional de Hereu supera de largo la del vicepresidente de la Generalitat Josep Lluís Carod Rovira, autor de la apertura de las embajadas gubernamentales.

 

Carod-Rovira ha anunciado la puesta en marcha de hasta seis embajadas para esta legislatura, algunas de ellas ya en funcionamiento como las de Berlín y París. En esta última, por cierto, Carod-Rovira ha colocado a su hermano, Apel"les Carod-Rovira, a sueldo del Gobierno catalán como máximo representante de Cataluña en Francia. Hasta las próximas elecciones el gobierno de José Montilla plantará la bandera en las ciudades de Pequín, México, Nueva York y Buenos Aires.

 

Pero estas seis oficinas de representación parecen una simple anécdota al lado de los planes del consistorio de Barcelona de abrir sus particulares embajadas en 32 países distintos. Si Hereu consigue cumplir sus previsiones, el Ayuntamiento ganará por goleada a la Generalitat.  

 

Portabella el viajero

 

No deja de ser curioso que el principal impulsor de este proyecto sea Jordi Portabella, que se encuentra en la oposición después de que en las últimas elecciones decidiese no reeditar el Tripartito en el consistorio. Pero a Portabella le encanta ser el foco de atención, por eso, su voto favorable a los presupuestos municipales fue a condición de permitir llevar adelante su plan de los Consulados de Mar, y por supuesto viajar con la corte oficial para inaugurarlos.

 

Las ansias del Ayuntamiento de Barcelona por reivindicar la ciudad como capital del ‘país’, y volver a situarla en el mundo como la gran metrópoli que organizó con excelencia las Olimpiadas de 1992, rayan en lo obsesivo. Es tal el ‘interés’ que no ha dudado en calcar la ‘política exterior’ de Carod-Rovira hasta el punto de ponerse a competir con la Generalitat por ver quién abre más embajadas en el extranjero.