Puigcercós gana, pero no aclara el futuro del tripartito

Joan Puigcercós ha ganado las elecciones a la presidencia de ERC y sustituirá en el cargo a su rival más destacado, Josep Lluís Carod-Rovira. Su compañero de corriente, el diputado Joan Ridao, ha sido por su parte el vencedor en las elecciones a la secretaría general. Estas elecciones realizadas por sufragio universal entre los 9.923 militantes del partido han constituido la primera jornada de un congreso que continuará el próximo fin de semana con la elección de la nueva ejecutiva.

Puigcercós y Ridao se habían pronunciado a favor de mantener el apoyo de ERC al actual gobierno tripartito, pero las candidaturas más contrarias a ese acuerdo de gobierno (las encabezadas por los tickets Carretero-Carandell y Reneyer-Bertran) han conseguido más del 35% de los votos. En estas condiciones, el nuevo equipo directivo no podrá obviar la fuerza que han mostrado los críticos con el pacto que mantiene al frente de la Generalitat al dirigente socialista, José Montilla.

En sus primeras declaraciones a la prensa, Joan Ridao, ha reconocido precisamente el peso que entre la militancia han conseguido los que anteponen un pacto “nacional” (con CiU) a un pacto “social” (con los socialistas) y ha anunciado “un cambio tranquilo, sin golpes bruscos de timón”, aunque sin referirse en ningún momento al ejecutivo autonómico.

Carod, que no se presentaba, pero auspiciaba la candidatura a la presidencia del actual presidente del parlamento autonómico, Ernest Benach, ha sido el gran derrotado de la jornada y con estos resultados probablemente pierde la posibilidad de repetir como candidato a la presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones autonómicas. Benach no sólo ha sido batido por Puigcercós, sino también por el exconseller de Gobernación, Joan Carretero.

Es difícil que con los resultados que han arrojado hoy las urnas de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira pueda seguir siendo vicepresidente de la Generalitat. Una posible remodelación del ejecutivo de Montilla podría acabar con ese privilegio, siempre y cuando, claro, ERC siga manteniendo su apoyo. O siempre que Montilla no se vea obligado a convocar unas elecciones anticipadas, o un cambio de coalición, si la nueva dirección “republicana” le impida gobernar con una cierta coherencia.