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Los delfines del PP en Cataluña buscan padrino en Madrid para ganar su otro Congreso
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Los delfines del PP en Cataluña buscan padrino en Madrid para ganar su otro Congreso

Todos buscan un protector. Daniel Sirera, presidente del PP de Cataluña puesto a dedo desde Génova, es el candidato oficial de Mariano Rajoy. Alberto Fernández-Díaz está

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Los delfines del PP en Cataluña buscan padrino en Madrid para ganar su otro Congreso

Todos buscan un protector. Daniel Sirera, presidente del PP de Cataluña puesto a dedo desde Génova, es el candidato oficial de Mariano Rajoy. Alberto Fernández-Díaz está en la pugna sólo para mantener su control sobre el partido en la provincia de Barcelona y su sillón en el ayuntamiento de la capital. Y Montserrat Nebrera, la tercera en discordia, es una outsider sin ninguna posibilidad. Así de claro lo tiene hoy la mayoría del PP de Cataluña y sobre esta base están trabajando unos y otros el congreso que celebrarán apenas unas semanas después del nacional.

Esta es la radiografía que se hace de puertas hacia adentro, pero hacia fuera las cosas parecen menos evidentes. El presidente Mariano Rajoy estuvo en Barcelona hace escasamente diez días para disfrutar de un partido de tenis del Godó. Aprovechando el viaje se reunió a la vez con Sirera y Fernández Díaz en “aras a la democracia interna, porque como máximo cargo del partido no se puede decantar públicamente por uno o por otro”, manifiestan fuentes del entorno de Sirera, esperanzados con que tras el congreso de Valencia Rajoy declare abiertamente su apoyo al hombre que él mismo puso hace seis meses al frente del PP catalán para suceder a Piqué. Las mismas que cuentan que “la estructura de Madrid está a disposición de Sirera”.

Por eso, la quiniela más fiable apuesta porque Mariano Rajoy se pronuncie abiertamente por Sirera tras el congreso de Valencia, provocando la retirada de Alberto Fernández Díaz, no sin antes negociar una cierta preeminencia en el partido. Pero todas estas cabalas han quedado en papel mojado ante la situación de inestabilidad que se vive en Madrid, especialmente desde la espantada protagonizada por María San Gil. Ahora, todos han empezado a revisar sus cálculos.

Más allá de presumir de contar con el apoyo de Rajoy, Sirera ha conseguido hacerse un hueco en el núcleo duro del PP. En estos momentos, se rodea de Javier Arenas, presidente del PP en Andalucía; Alberto Núñez Feijoo, presidente de Galicia; y desde hace poco más de dos meses se relaciona intensamente con Esteban González Pons, tras un cierto distanciamiento de Esperanza Aguirre.

En busca del apoyo local

A pesar de que Sirera parece tener los apoyos del aparato, lo tiene más difícil en el territorio, que es al fin y al cabo donde se cosechan los votos. Barcelona ciudad es coto privado de Alberto Fernández Díaz, quien cuenta con el apoyo de la diputada en el parlamento de Cataluña, Dolors Montserrat, para recoger el voto puerta a puerta. Además, puede que ya tenga en su haber muchos de los votos de la provincia, menos los del Barcelonés norte, donde se encuentran pueblos como Badalona, Sant Adriá del Besós o Santa Coloma de Gramanet, que por ahora no han decantado su balanza por una razón bien sencilla.

Esta parte de la provincia la controla Xavier García-Albiol que de momento no se ha pronunciado. Preparó las elecciones generales junto a Daniel Sirera, pero por designación del ya ex secretario general, Ángel Acebes. Y ahí surge el dilema y aparecen los amigos de Fernández en Madrid, que no son otros que el propio Acebes y su hermano Jorge Fernández Díaz, junto a la senadora Alicia Sánchez Camacho, a quien Sirera de mala gana le tuvo que ceder su escaño en el Senado, al no conseguir Sánchez Camacho el acta de diputada por Girona. Pero la senadora tampoco no parece muy dispuesta a mojarse en batallitas regionales.

Pocas opciones para los nuevos

El resto de provincias catalanas también están ya repartidas. Tarragona para Sirera; Lleida, controlada por Juan Ignacio Llorens, también para el actual presidente del PP; y Girona es la más repartida, unos con Sirera –bajo las directrices de Emilio Santiago- y otros con Nebrera, que de momento cuenta con menos simpatías que el resto de candidatos.

La que parece haber encontrado un filón en la actual lucha por el poder que vive el partido en España es Montserrat Nebrera, la mujer que Piqué llevó a las listas como número 2 y que carece absolutamente de apoyos en el partido catalán. Actualmente, la influencia de Nebrera se reduce apenas a la provincia de Girona, donde el diputado Enric Millo está recogiendo avales para la que fuera segunda de Piqué, así como Concepción Veray que, aunque de momento pide el voto en blanco, podría llegar a un acuerdo con Millo para dárselos a Nebrera.

Pero, Nebrera ha empezado a mover sus hilos en Madrid y parece haber conseguido el apoyo de Esperanza Aguirre y, tal vez, del ala crítica que capitanea Jaime Mayor Oreja. De hecho, recientemente, en una cena de apoyo a su candidatura consiguió tener en un lugar bien visible a Gustavo de Arístegui, hombre muy próximo al que fuera ministro de Interior. Desde un punto de vista ideológico, desde luego esta última alianza parece la más natural, pues mientras no hay diferencias entre el pensamiento político de Sirera y Fernández Díaz, sí hay una distancia importante entre éstos y la ideología liberal conservadora de que hace gala Montserrat Nebrera.

Todos buscan un protector. Daniel Sirera, presidente del PP de Cataluña puesto a dedo desde Génova, es el candidato oficial de Mariano Rajoy. Alberto Fernández-Díaz está en la pugna sólo para mantener su control sobre el partido en la provincia de Barcelona y su sillón en el ayuntamiento de la capital. Y Montserrat Nebrera, la tercera en discordia, es una outsider sin ninguna posibilidad. Así de claro lo tiene hoy la mayoría del PP de Cataluña y sobre esta base están trabajando unos y otros el congreso que celebrarán apenas unas semanas después del nacional.

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