Carod se rinde ante la perspectiva de perder el congreso de ERC fijado para junio

En la ya larga partida de ajedrez que mantienen Joan Puigcercós y Josep Lluís Carod Rovira por el liderazgo de ERC, éste último, vicepresidente de la Generalitat de Catalunya y presidente actual de la formación republicana, anunció ayer que renuncia a dar la batalla para no desestabilizar al ejecutivo autonómico del que ERC forma parte junto a los socialistas e Iniciativa.

Carod, sin embargo, no renuncia a encabezar la candidatura de ERC en las próximas autonómicas "es decir, aspira a seguir siendo el número uno en el escenario electoral catalán- a la vez que mandó un nuevo recado a su hasta ahora oponente, Joan Puigcercós, asegurando que también debería dejarlo si se quiere renovar el partido

Pero Puigcercós no lo va a dejar. De hecho, todo apunta a que el actual secretario general del partido tiene ganado el congreso convocado para junio, lo que ha hecho que Carod Rovira anunciara que renunciaba a disputar la presidencia. Se trata, pues, de una decisión poco altruista y muy meditada.

Renunciado a la batalla, Carod evita un desgaste político del que sacaría poco beneficio, habida cuenta de la superioridad que tiene Puigcercós en el interior del partido. Por el contrario, el aún presidente de ERC aprovechará su cargo para reforzar su perfil institucional, de hombre de gobierno, para lo que sin duda será una buena ayuda el concurso que ha convocado para contratar una agencia externa de comunicación que le asesore por el módico montante de 200.000 euros.

Conversaciones con las otras corrientes de ERC

Reforzar su lado institucional no implica que Carod no mueva sus piezas en el seno de ERC para laminar la posible victoria de Puigcercós. De hecho, Carod podría haber llegado a un pacto, o estar trabajando en ello, con los otros dos sectores organizados del partido, más radicales que las dos máximas figuras actuales, el Reagrupament.cat, que comanda el ex conseller Joan Carretero, y la Esquerra Independentista de Uriel Bertran. El objetivo: dejar que Puigcercós sea un líder disminuido, pero Carod siga siendo el hombre fuerte desde un punto de vista público de ERC.

Desde la Generalitat, la noticia fue vista en cualquier caso con un cierto alivio. Más allá de las motivaciones reales que llevaron a Carod a anunciar la decisión que había tomado, ciertamente la consecuencia es que el ejecutivo autonómico queda al margen, formalmente, de una batalla que pudiera crearle una cierta desestabilización. Hay la posibilidad de que en junio Carod sea barrido, la victoria de Puigcercós más amplia de lo previsto y la nueva ERC decida que el vicepresidente abandone su cargo, pero eso no dejaría de ser un reajuste interno, sin repercusión política.

Claro que también hay la posibilidad de que el congreso de junio de la vuelta a la tortilla y ordene a sus dirigentes el desalojo inmediato del gobierno autonómico en el que tan cómodamente están. En ese caso, sólo en ese caso, quizás habría que plantearse unas elecciones anticipadas, pero no está claro que ERC las abordara en su mejor forma.