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Cataluña opta por el autismo mediático ante el 9-M
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Cataluña opta por el autismo mediático ante el 9-M

 Preparativos del debate entre candidatos / Efe.El pasado lunes, más de 13 millones de personas siguieron el debate entre Zapatero y Rajoy. Fue uno de los

El pasado lunes, más de 13 millones de personas siguieron el debate entre Zapatero y Rajoy. Fue uno de los programas de televisión más visto de los últimos años. La señal que emitió la Academia que preside Manuel Campo Vidal logró un share del 59%, una cifra de récord. Pero la televisión pública catalana, TV3, no lo dio, no creyó que tuviera que hacerlo.

De esos 13 millones de telespectadores, una buena parte de ellos eran catalanes; de hecho, en esta comunidad autónoma el debate tuvo un share del 47% -12 puntos menos que la media española. Sin embargo, el hecho de que casi uno de cada dos espectadores eligiera el debate resulta ya de por sí una muestra del interés que despertaba en Cataluña la confrontación entre los dos aspirantes a la presidencia del Gobierno.

Otras televisiones -públicas, privadas, cadenas de radio"- lo siguieron con interés, se apoyaron en comentaristas, encargaron encuestas... Pero TV3 siguió con su programación habitual, anodina, rutinaria, como seguramente lo hizo el canal público de televisión eslovaco, si es que éste existe.

Como autistas, ensimismados en un mundo propio que creen poder configurar a su gusto, del que están convencidos que pueden diseñar su pasado, presente y futuro, los mismos políticos, prácticamente, que se encerraron durante 3 años con un estatuto como juguete y fracasaron estrepitosamente en su referéndum piensan que pueden pasar de ese debate, que pueden mirar hacia otro lado mientras los dos candidatos a presidir el Gobierno español confrontan su manera de ser, sus proyectos de futuro y la justificación de sus pasados. Se equivocan otra vez.

Como la realidad no acostumbra habitualmente a coincidir con sus imaginarios, el próximo 9-M arrojará unos resultados que trastocarán una vez más sus ilusiones y, de paso, añadirán alguna que otra frustración al abultado memorial de greuges (agravios) que cada catalán, por el hecho de serlo, lleva a cuestas, como se lleva la parte alícuota de deuda pública en cada recién nacido.

Mientras tanto, este lunes, TV3 tampoco dará el debate entre Zapatero y Rajoy. No es su guerra. No quieren colaborar en la bipolarización de la campaña electoral. Por eso, TV3 seguirá con su programación habitual: su humor blando, sus programas aparentemente asépticos y su retrato de una realidad pirandelliana en la que se quisiera que todo fuera como parece. Si al menos hicieran un programa especial de Polònia...

El pasado lunes, más de 13 millones de personas siguieron el debate entre Zapatero y Rajoy. Fue uno de los programas de televisión más visto de los últimos años. La señal que emitió la Academia que preside Manuel Campo Vidal logró un share del 59%, una cifra de récord. Pero la televisión pública catalana, TV3, no lo dio, no creyó que tuviera que hacerlo.