Aviso de los socialistas catalanes: “Las advertencias de Montilla son para Zapatero, Rajoy y el resto de España”

El presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, viene hablando reiteradamente en los últimos días sobre la “desafección” de los catalanes hacia el resto de España. La última vez fue en el discurso que realizó el 26 de noviembre con motivo del primer aniversario de la constitución de su gobierno. Tan sólo un día antes, en la conferencia nacional del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), había avisado de la delicada situación de la economía catalana debido a la falta de inversiones del Estado, lo que podía aumentar el desencanto de los ciudadanos de esta comunidad.

“Montilla ha lanzado una advertencia no sólo al presidente Rodríguez Zapatero, sino a Mariano Rajoy y al resto de España, aunque algunos se empeñen en entender otra cosa”, señaló a El Confidencial José Zaragoza, secretario de Organización del PSC. Y el portavoz parlamentario, Miquel Iceta, no se aleja mucho de la tesis de su compañero, aunque matiza que “nos toca cumplir con los ciudadanos de Cataluña, que son los que nos han elegido y los que padecen la situación actual de déficit de infraestructuras y servicios”.

Zaragoza señala a este respecto que el Gobierno de la Generalitat, a pesar de tener a un presidente socialista, “ha tenido algún desencuentro con el Gobierno del PSOE, cuyo presidente también es socialista, pero eso ocurre exactamente igual con otros gobiernos autonómicos”.

De sobra es conocida la poca relación, por ejemplo, que existe entre la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez, con la administración catalana, a pesar de las importantes obras públicas que se están acometiendo en esta comunidad. Alvarez, por ejemplo, no se habla con Montilla o con el consejero de Obras Públicas de la Generalitat, Joaquim Nadal, y en pocas ocasiones se pone en contacto con el alcalde barcelonés, Jordi Hereu. Así, las relaciones entre los dos gobiernos quedan restringidas a la comunicación del presidente catalán con el presidente español pero, sobre todo, con la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.

El voto de la lealtad

Aun así, el PSC votó en contra de la dimisión de la ministra en el Parlamento autonómico y en el Congreso. “Se ha apoyado a la ministra por coherencia, porque es lógico que un miembro de un Gobierno dé apoyo a un miembro de otro gobierno”, explica José Zaragoza. Y en el partido catalán es corriente escuchar que el PSC ha dado ya suficientes muestras de lealtad hacia el gobierno central, por lo que ahora éste no les pude defraudar.

Sin embargo, a pesar de las desavenencias puestas de manifiesto los últimos meses, Miquel Iceta subraya que “no ha habido un gobierno que sintonizase tanto con los anhelos y la sensibilidad catalana como el actual. Y si lo comparamos con el Gobierno del PP, no hay color, a pesar de que José María Aznar tenía el apoyo de CiU”.

El portavoz socialista asegura también que el PSC apoyará en la medida de lo posible a Zapatero en la próxima campaña electoral: “La elección es ésta: o cuatro años más de socialismo o viene el PP, porque sólo hay dos fuerzas con posibilidades de gobernar. Nosotros queremos que gane el PSOE, porque del resultado de las elecciones depende que se sigan haciendo las cosas que se han puesto en marcha, como el Estatuto o los pactos de inversión”. Pero, eso sí, lo que no está dispuesto a hacer el PSC es a convertirse en una mera prolongación del PSOE: su intención es marcar perfil propio, aunque para ello tenga que dar los tirones de orejas que haga falta a sus correligionarios de Madrid.