“No sé si alguna vez ha habido amor, pero a la relación de Cataluña con España sólo le queda el sexo”

David Madí ha pasado en poco tiempo de ser gurú de Artur Mas a escritor de éxito. El cerebro de las últimas campañas de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) ha puesto en la calle el libro Democracia a sangre fría, y ha dado la gran campanada: en sólo una semana se puso líder en ventas, con una segunda edición en máquinas y la tercera en preparación. Además, su autor ha decidido no rechazar las múltiples invitaciones de librerías diseminadas por toda Cataluña para que lo presente en persona, por lo que tiene una tupida agenda de actos hasta después de Reyes, con jornadas maratonianas y a una media de tres a cinco actos diarios. “No hago autocrítica porque no pretendo hacer un libro sobre los personajes, sino exponer mis pensamientos”, señala David Madí a El Confidencial.

La obra escrita por el responsable de estrategia de CDC ha levantado ampollas en algunos círculos de la clase política catalana. Casi todos sus enemigos han salido malparados en el texto, donde Madí, uno de los exponentes del sector soberanista de Convergència, no escatima epítetos y descalificativos.

Los dirigentes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) son los que salen más escaldados con la visión que Madí tiene de ellos. De Josep Lluís Carod Rovira, por ejemplo, dice que “además de un líder nefasto para el nacionalismo, desde el punto de vista personal, ha usado recursos más propios del estilo quinqui del PSC que de la familia nacionalista”. Narra el dirigente de CDC una tensa reunión entre CiU y ERC para llegar a un acuerdo de Gobierno en las autonómicas. Jordi Pujol llevaba la oferta escrita “como hace cuando quiere ser muy preciso”. Pero la actitud de Carod y sus reproches molestaron a Pujol, que lo mandó a tomar viento.

Sarcasmo sobre Carod

Y roza el terreno personal cuando cuenta algo singular: “La mujer de Carod-Rovira hacía saber a los catalanes que su marido era un magnífico amante. Cuando lo leí, me vino a la cabeza una frase mítica de Miquel Calzada, Mikimoto, en el mítico Pasta Gansa, en el que después de la sección La monótona vida sexual de las tortugas seguía la historia del Nano Zombi, no sé porqué lo asocié”.

Al republicano Ernest Benach, presidente del Parlamento autonómico, lo considera el gran traidor. No hay que olvidar que CiU apostó, ya en las elecciones del 2003, un pacto con ERC, pero al final fue Pasqual Maragall quien consiguió formar un Tripartito. Uno de los interlocutores de las conversaciones era Benach. “Pocos días antes del desenlace -recuerda Madí-, a este interlocutor que nos engañaba lo hicimos, en un nuevo acto de formalidad de CiU, Presidente del Parlament de Catalunya”.

“Utilicé la técnica de la subjetividad para narrar lo que viví en primera persona -asegura David Madí a este diario-. En estos momentos, hay una ‘macrodiscusión’ sobre lo que se ha de hacer en política al estilo europeo, pero yo he preferido hacerlo en estilo anglosajón. Por eso, lo primero que se ha de tener en cuenta es que cuento subjetivamente lo que ha pasado en Cataluña en los últimos años”.

Puede ser ésta la razón de que no tenga pelos en la lengua cuando habla de Pasqual Maragall, por ejemplo: “Maragall, y en esto no es diferente de muchos socialistas, ha sido un maestro en hacer servir la mentira como un instrumento más de trabajo”. Madí cuenta que el ex presidente de la Generalitat “nunca ha sido catalanista”. Y más duro es con el actual, José Montilla: “No se le conoce, en toda su trayectoria, una idea brillante ni medianamente interesante. Sólo el ejercicio del poder interno”.

Pere Esteve, otro traidor