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La sección femenina de la izquierda ‘abertzale’ acaba a voces por un documento contra la violencia
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La sección femenina de la izquierda ‘abertzale’ acaba a voces por un documento contra la violencia

El mito del monolitismo de la izquierda abertzale se viene abajo. Y, además, delante de testigos. Ocurrió el pasado 3 de marzo en San Sebastián, en

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La sección femenina de la izquierda ‘abertzale’ acaba a voces por un documento contra la violencia

El mito del monolitismo de la izquierda abertzale se viene abajo. Y, además, delante de testigos. Ocurrió el pasado 3 de marzo en San Sebastián, en el último encuentro de Ahotsak (“voces”, en euskera), el colectivo de mujeres de todos los partidos vascos, salvo el PP, surgido tras el “alto el fuego permanente” de ETA para favorecer el diálogo. En dicha reunión, destacadas dirigentes de la izquierda abertzale terminaron enfrentándose entre sí, ante el asombro del resto de políticas presentes, por la conveniencia o no de firmar un documento conjunto en el que se hace una condena implícita a ETA al pedir reconstruir el proceso de paz “sin víctimas, sin amenazas y sin bombas”.

Así lo han confirmado a El Confidencial fuentes conocedoras del desarrollo del encuentro, que aseguran que las dirigentes abertzales que se negaron en redondo a rubricar el texto fueron la abogada Jone Goirizelaia y Nekane Erauskin, la representante del EHAK (siglas en euskera del Partido Comunista de las Tierras Vascas). A favor de respaldar el documento, junto a las mujeres del resto de los partidos y colectivos presentes, se situó la integrante del Comité Ejecutivo del sindicato LAB, Itziar Lopategi.

El enfrentamiento provocó momentos tensos en una reunión que se prolongó durante más de cinco horas. Las fuentes consultadas aseguran a este diario que las participantes en el mismo acudieron convencidas de que la decisión del Ministerio del Interior de conceder la prisión atenuada al etarra Iñaki de Juana Chaos iba a “propiciar” que las representantes de la izquierda abertzale, que ya habían frenado su firma a comienzos de febrero, cambiaran su actitud y dieran luz verde al texto.

Sin embargo, Jone Goirizelaia -quien, paradójicamente, había participado en su día en la elaboración del texto junto a la socialista Gema Zabaleta- mantuvo su postura contraria al mismo e insistió que el documento, tal y como estaba redactado, no podía ser apoyado por las representantes de la izquierda abertzale y que para contar con su firma debería incluir referencias contra la tortura y determinadas actuaciones judiciales. Por el contrario, la dirigente del LAB insistió en la conveniencia de que viera la luz con la firma de todas para ayudar a “vislumbrar la luz” tras el bombazo de la T-4 de Barajas.

Condena implícita a ETA

El documento había sido filtrado a la prensa a comienzos de febrero y su contenido fue considerado ya entonces un salto cualitativo, pues supuestamente tenía el apoyo de las representantes de Batasuna. Hasta entonces, nadie de la izquierda abertzale -salvo el secretario general de LAB, Rafa Díez Usabiaga, quien en una intervención pública había incluido “las bombas” entre los obstáculos del proceso de paz- se habían pronunciado en contra de las actuaciones de ETA. Otros líderes de la ilegalizada formación se habían limitado a pedir a la banda que retomara su “alto el fuego permanente”, pero no habían criticado en público el atentado.

Sin embargo, la alegría duró poco, ya que Goirizelaia y otras integrantes del colectivo cercanas a la izquierda abertzale se apresuraron a negar su apoyo a la declaración. Aquello sumió al colectivo Ahotsak en una crisis que ha puesto en serio peligro su continuidad como colectivo. De hecho, en la siguiente reunión, celebrada el pasado 17 de febrero, las representantes del PNV defendieron la propuesta de transformar este foro multipartito en un simple movimiento de corte social (ver noticia del 14 de febrero).

El mito del monolitismo de la izquierda abertzale se viene abajo. Y, además, delante de testigos. Ocurrió el pasado 3 de marzo en San Sebastián, en el último encuentro de Ahotsak (“voces”, en euskera), el colectivo de mujeres de todos los partidos vascos, salvo el PP, surgido tras el “alto el fuego permanente” de ETA para favorecer el diálogo. En dicha reunión, destacadas dirigentes de la izquierda abertzale terminaron enfrentándose entre sí, ante el asombro del resto de políticas presentes, por la conveniencia o no de firmar un documento conjunto en el que se hace una condena implícita a ETA al pedir reconstruir el proceso de paz “sin víctimas, sin amenazas y sin bombas”.