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Zapatero descarta el adelanto electoral, en contra del escenario realizado por el PP
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Zapatero descarta el adelanto electoral, en contra del escenario realizado por el PP

No habrá adelanto electoral. Al menos eso es lo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha transmitido a los suyos. Todo ello a

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Zapatero descarta el adelanto electoral, en contra del escenario realizado por el PP

No habrá adelanto electoral. Al menos eso es lo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha transmitido a los suyos. Todo ello a pesar del último barómetro del CIS que arroja un empate técnico entre PSOE y PP, y de lo mal que aparenta ir el proceso de diálogo encaminado hacia el fin de la banda terrorista ETA. Lo que prima para Zapatero es que el crecimiento económico va como un tiro -el PIB se ha incrementado en un 3,8% en el tercer trimestre-, que tiene aliados suficientes en el Parlamento y que no hay grandes conflictos sociales que lo justifiquen.

Así las cosas, fuentes cercanas al presidente del Gobierno descartan tal adelanto electoral, en contra del escenario realizado por el PP. El partido liderado por Mariano Rajoy ha arrancado su maquinaria electoral, con la idea de que Zapatero convocará elecciones en próximas fechas, bien con motivo de los comicios municipales y autonómicos –un hecho insólito hasta ahora, pero que no descartan-, o bien después de esa convocatoria de mayo.

Según los ‘populares’, Zapatero tendría poco margen de actuación política y planearía un adelanto electoral para lograr una mayoría suficiente en el próximo Parlamento antes de que, previsiblemente, la organización terrorista dé por terminado El Proceso. En el PP analizan el debate político de estos días, y concluyen que PSOE y ETA-Batasuna están realizando un rearme argumentario para preparar el escenario de una inminente ruptura del alto el fuego terrorista.

De ahí que el PP haya convocado conferencias sectoriales para ir preparando el programa electoral, como la reciente sobre Seguridad y una próxima sobre el Modelo de Estado, prevista para el 1 de diciembre, y que convocará a constitucionalistas, profesores de universidad, empresarios y miembros de la sociedad civil en general. El objetivo del PP es tener el músculo de la militancia dispuesta, tanto si Zapatero disuelve las Cortes como si no lo hace. Al mismo tiempo, el equipo electoral del PP, que está en parrilla de salida a causa de las elecciones municipales de mayo, ha recibido el encargo de prepararse también para unas generales.

En cambio, fuentes socialistas descartan tal adelanto electoral. Consideran que si ETA se tira al monte, los españoles nunca responsabilizarán de ello al Gobierno, sino que señalarán a la banda terrorista. Insisten en el positivo escenario económico y añaden que la estabilidad parlamentaria les da una mayor comodidad para gobernar, ya que tienen como aliados a todas las minorías, incluida a CiU si le conviene a esta formación política.

En fuentes de la órbita de Zapatero agregan además que ha pasado “lo peor” de las reformas previstas –léase Estatuto de Cataluña y elecciones en esa comunidad autónoma- y que el resto de las reformas estatutarias están encauzado, ya que el PP ha asumido el principal escollo, la realidad nacional andaluza. Respecto a la soberanía sobre el agua, el debate afecta a ambas formaciones políticas y, por lo tanto, PSOE y PP lo pactarán en el trámite parlamentario de los estatutos afectados.

La estrategia de la crispación

Para Zapatero, el único factor preocupante es la “crispación y el todo vale” en el que se el PP ha centrado su estrategia de oposición cemtrada en la política antiterrorista y orillado el 11-M. Una estrategia que esgrime la llamada derecha mediática y que preocupa a los asesores del Ejecutivo.

“Tendría que pasar una catástrofe para que Zapatero convocara un adelanto electoral”, concluyen las mismas fuentes. Fuentes gubernamentales añaden que les interesa no cocinar los datos del CIS para que sus barómetros arrojen resultados conservadores, con una corta distancia entre el PSOE y el PP. La razón: tener al electorado de izquierda movilizado alrededor de Zapatero.

No habrá adelanto electoral. Al menos eso es lo que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha transmitido a los suyos. Todo ello a pesar del último barómetro del CIS que arroja un empate técnico entre PSOE y PP, y de lo mal que aparenta ir el proceso de diálogo encaminado hacia el fin de la banda terrorista ETA. Lo que prima para Zapatero es que el crecimiento económico va como un tiro -el PIB se ha incrementado en un 3,8% en el tercer trimestre-, que tiene aliados suficientes en el Parlamento y que no hay grandes conflictos sociales que lo justifiquen.