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La nueva ley militar suprime los ascensos por antigüedad y los sustituye por nombramientos ‘a dedo’
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La nueva ley militar suprime los ascensos por antigüedad y los sustituye por nombramientos ‘a dedo’

El anteproyecto de ley de la carrera militar que el Consejo de Ministros aprobará el 24 de noviembre refuerza el poder de los jefes de los

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La nueva ley militar suprime los ascensos por antigüedad y los sustituye por nombramientos ‘a dedo’

El anteproyecto de ley de la carrera militar que el Consejo de Ministros aprobará el 24 de noviembre refuerza el poder de los jefes de los Estados Mayores de los ejércitos de Tierra, Aire y de la Armada al entregarles la facultad discrecional de decidir 'a dedo' quién asciende a coronel y quién no. La norma suprime los ascensos por antigüedad, salvo en el primer peldaño del escalafón -de teniente a capitán en la escala de oficiales y de sargento a sargento primero en la de suboficiales-, y supone una auténtica revolución al implantar las oposiciones internas para alcanzar los empleos intermedios y al reducir más de un 20% el número de oficiales.

Consciente de que la ley puede generar rechazo entre los oficiales y mandos intermedios, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, presentó un informe al Consejo de Ministros el pasado 10 de noviembre y, posteriormente, su departamento difundió el contenido básico del texto con el fin de pulsar el ambiente en los cuartos de bandera. Los estados de opinión que han recibido los miembros de la cúpula militar y el propio ministro registran un cierto disgusto por la anulación del criterio de antigüedad que, junto al mérito y la capacidad, determinaba hasta ahora los ascensos, pero Alonso estima que “existe una buena acogida de la ley y no habrá problemas por la supresión de la antigüedad”, según ha comentado a este diario.

Más allá del debate parlamentario que genere la ‘libre designación’ de los coroneles por parte de los jefes de los Estados Mayores, a nadie se le escapa que la medida puede abrir una vía hacia el enchufismo y el favoritismo político en el seno de las Fuerzas Armadas. Además, el proyecto reduce el número de generales de 265 en la actualidad a 200. Su designación no cambia y sigue siendo competencia del Consejo de Ministros a propuesta del titular de Defensa. También establece un contingente de soldados profesionales entre 80.000 y 90.000 frente a la previsión de contar con uno horquilla de 102.000 a 120.000.

Universidad de la Defensa

El proyecto resuelve la polémica sobre la Universidad de las Fuerzas Armadas a partir de las actuales academias militares por la vía de constituir el Sistema de Centros Universitarios de la Defensa, donde los futuros oficiales obtendrán los títulos de licenciados universitarios en las carreras que determinen las necesidades de la defensa y podrán realizar el doctorado y los cursos de investigación. Las enseñanzas en los Centros Universitarios de la Defensa serán homologables y homologadas por las Universidades públicas del territorio en el que se ubican.

El anteproyecto de ley de la carrera militar que el Consejo de Ministros aprobará el 24 de noviembre refuerza el poder de los jefes de los Estados Mayores de los ejércitos de Tierra, Aire y de la Armada al entregarles la facultad discrecional de decidir 'a dedo' quién asciende a coronel y quién no. La norma suprime los ascensos por antigüedad, salvo en el primer peldaño del escalafón -de teniente a capitán en la escala de oficiales y de sargento a sargento primero en la de suboficiales-, y supone una auténtica revolución al implantar las oposiciones internas para alcanzar los empleos intermedios y al reducir más de un 20% el número de oficiales.