Alonso, muy a su pesar, refuerza los medios militares contra la inmigración africana

El Ministerio de Defensa, del que es titular José Antonio Alonso, ha dado la orden urgente de adaptar cuatro aviones de transporte CN-235 para reforzar la flotilla de Fokker y Orión P-3 y aumentar la vigilancia y protección de Canarias y el sur peninsular contra la oleada de inmigración africana. Y todo ello a pesar de que, oficialmente, Alonso señale que “el control de la inmigración ilegal no es un problema militar”, y considera que “sería un disparate” militarizar la gestión de la inmigración.

En la práctica, en cambio, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está empleando al Ejército en el cerco y control a la inmigración africana. Más allá del pudor del titular de Defensa en su última entrevista a El Socialista, la participación militar contra la inmigración es la siguiente: el Ejército ha creado más de 7.000 plazas de alojamiento temporal en Canarias para los africanos, la Armada mantiene cuatro buques en alta mar y el Ejército del Aire emplea tres aviones de patrulla marítima para controlar los cayucos y barcos nodriza a cien kilómetros al sur de Canarias.

La veintena de agentes secretos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que España ha introducido en los países africanos de la vertiente atlántica, especialmente en Mauritania, Senegal, Cabo Verde y Guinea Bissau, han aportado informes que indican que el fenómeno es estructural y las oleadas de cayucos, que los senegaleses emplean para pescar en alta mar, van a proseguir a corto y medio plazo.

Aunque las competencias formales sobre inmigración corresponden a los ministros de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Trabajo y Seguridad Social, Jesús Caldera, la última directiva de Defensa Nacional, firmada por el presidente Zapatero en 2004, ya contemplaba la inmigración masiva en el capítulo de amenazas para España y atribuía un papel preponderante a las Fuerzas Armadas. En coherencia, el propio ministro de Defensa ha dado orden de incrementar los medios militares para afrontar el fenómeno.