Zapatero abre la puerta a la legalización de una nueva Batasuna sin condenar la violencia

Una nueva Batasuna no tiene por qué heredar las causas judiciales pendientes de las batasunas del pasado, ni las de sus dirigentes. Con esta reflexión, José Luis Rodríguez Zapatero abrió ayer la puerta a la legalización de un partido de la órbita de ETA sin que previamente tenga que condenar la violencia. En concreto, el presidente del Gobierno sostuvo que si la izquierda abertzale impulsa la creación de “una nueva fuerza política, con nuevos objetivos y estatutos, no parece que pueda afectarse por consecuencias anteriores” a su ilegalización.

“El ordenamiento jurídico no puede llevar a una contradicción insalvable”, añadió Zapatero, entre ese nuevo partido y la Batasuna ilegalizada por el Tribunal Supremo en 2003. Aún así, matizó que hay que respetar las decisiones de los jueces “pero hay mecanismos en la Justicia” para que no se produzca esa contradicción.

La declaración se produjo durante una conversación informal con periodistas en la recepción real ofrecida con motivo del día de la Hispanidad. Y supone todo un giro al discurso público del Gobierno en este asunto, centrado en que Batasuna debe cumplir la Ley de Partidos y, por ende, condenar antes la violencia.

Tal posición pública no es exacta en sí misma, como ya han asegurado alguna vez especialistas en derecho Constitucional. Cumplir con la Ley de Partidos no implica que una futura formación política tenga que hacer una condena explícita de la violencia en sus estatutos, sino que no se pueda demostrar su relación directa con el terrorismo o con la Batasuna ilegalizada. Por ejemplo, que sus dirigentes no estén inmersos en causas penales y se cree ex novo un partido heredero de sus planteamientos en un entorno de ausencia de violencia.

De ahí que el presidente enfatizara ayer que hay que esperar a ver la fórmula que se pretende utilizar para el nuevo partido antes de considerar imprescindible una condena de la violencia. Zapatero destacó además que es “absolutamente conveniente” que desaparezca el terrorismo callejero antes de la legalización de ese partido. Son actos que califica de “netamente perjudiciales” para el proceso abierto para el fin de ETA, proceso del que dijo que nunca ha estado bloqueado.

El presidente se negó a confirmar si ya se han producido contactos con la banda terrorista -“ni confirmo ni desmiento”-, pero los mantendrá en secreto por respeto a los enviados del Gobierno y a la seguridad del Estado.