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Desfile de la Hispanidad sin obstáculos y con bandera norteamericana
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Desfile de la Hispanidad sin obstáculos y con bandera norteamericana

El desfile de la Hispanidad o Fiesta Nacional que presiden el rey Juan Carlos y el príncipe Felipe en la madrileña plaza de Colón, llega con

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Desfile de la Hispanidad sin obstáculos y con bandera norteamericana

El desfile de la Hispanidad o Fiesta Nacional que presiden el rey Juan Carlos y el príncipe Felipe en la madrileña plaza de Colón, llega con su anecdotario y su trascendencia política. La parada militar ha sido aprovechada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para mostrar sus respetos a la bandera de los Estados Unidos de América, en señal de desagravio por su actitud sedente, en 2003, cuando desfiló junto a la de España, Reino Unido, Polonia y los países de América Central que respaldaron la ocupación militar de Iraq. Si entonces Zapatero no se puso en pie al paso de las barras y estrellas, en señal de protesta contra la invasión de Iraq, ahora inclinará levemente la cabeza en la tribuna principal cuando pase junto a las de las naciones que controlan con sus tropas el territorio de Kosovo.

La OTAN tiene previsto examinar y reformular la misión en el protectorado balcánico de la ONU en noviembre próximo y Zapatero desea reducir allí la presencia militar, que se cifra en 800 soldados, para poder disponer de mayor margen de maniobra ante la opinión pública y el Parlamento a la hora de incrementar el contingente en Afganistán. La invitación a los norteamericanos para que exhiban su enseña el día de la fiesta nacional española es también el prólogo del próximo viaje del ministro José Antonio Alonso a Washington para examinar la marcha del convenio bilateral de defensa y tratar de arañar beneficios industriales.

El viaje de Alonso y los ‘bordillos’ de Gallardón

El departamento de Alonso, que el viernes viajará a Líbano para conocer la misión militar de interposición entre Israel y los guerrilleros de Hezbolá bajo cobertura de Naciones Unidas, ha puesto todos los medios para que los norteamericanos puedan seguir por Internet y en tiempo real la parada militar en Madrid y ha dispuesto que se transmita por la página web oficial.

Cuarenta y ocho horas antes del desfile, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general de Ejército Félix Sanz Roldán, trataba de localizar al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, para ordenarle amistosamente, eso sí, que hiciera el favor de retirar los bordillos del carril-bus y los pivotes protectores de la Castellana, paseo de Recoletos el Prado y calles adyacentes para que los tanques pudieran pasar. Al general le costó tiempo hablar por teléfono con un Gallardón siempre reunido. Sus mensajes no recibían respuesta. Las horas pasaban y el mobiliario urbano seguía en su sitio.

Finalmente Gallardón pudo atender su llamada y dio la orden urgente de poner a salvo el mobiliario, pues tampoco era cuestión de que los Leopard demolieran con sus cadenas ferreteras los frágiles bordillos de plástico de los carriles reservados al transporte público.

El desfile de la Hispanidad o Fiesta Nacional que presiden el rey Juan Carlos y el príncipe Felipe en la madrileña plaza de Colón, llega con su anecdotario y su trascendencia política. La parada militar ha sido aprovechada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para mostrar sus respetos a la bandera de los Estados Unidos de América, en señal de desagravio por su actitud sedente, en 2003, cuando desfiló junto a la de España, Reino Unido, Polonia y los países de América Central que respaldaron la ocupación militar de Iraq. Si entonces Zapatero no se puso en pie al paso de las barras y estrellas, en señal de protesta contra la invasión de Iraq, ahora inclinará levemente la cabeza en la tribuna principal cuando pase junto a las de las naciones que controlan con sus tropas el territorio de Kosovo.