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Alonso prepara una polémica ley que acaba con el clasismo en el estamento militar y liquida los ascensos por antigüedad
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Alonso prepara una polémica ley que acaba con el clasismo en el estamento militar y liquida los ascensos por antigüedad

Para unos supone una “revolución” y para otros es un paso obligado en la modernización de las Fuerzas Armadas. Se trata de la futura Ley de

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Alonso prepara una polémica ley que acaba con el clasismo en el estamento militar y liquida los ascensos por antigüedad

Para unos supone una “revolución” y para otros es un paso obligado en la modernización de las Fuerzas Armadas. Se trata de la futura Ley de la Carrera Militar, un texto polémico que liquidará los ascensos por antigüedad e implantará la escala única en la escala de oficiales. El anteproyecto se encuentra sobre la mesa del ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y es el resultado de los estudios que comenzó a dirigir hace un año Justo Zambrana, hoy en el Ministerio del Interior, por orden de José Bono. Fuentes del grupo socialista confían en que el Gobierno apruebe el proyecto en octubre. Será la primera ley del ministro Alonso.

Después de fijar en 130.000 hombres y mujeres el tamaño de las Fuerzas Armadas (80.000 soldados y 50.000 oficiales y suboficiales), el texto viene a implantar “la escala única de oficiales”. Es el punto más polémico del proyecto. Se trata de fundir en una sola escala a los oficiales de carrera, salidos de las Academias Militares Superiores, y a los que han alcanzado el grado de teniente y subido en el escalafón por promoción interna y antigüedad desde la base. “La escala única de oficiales hará posible el objetivo de que un soldado, combinando experiencia y formación, pueda llegar a general”, dicen en el Ministerio de Defensa.

La antigüedad no será un grado

Aunque las fuentes consultadas explican que la ley “soluciona los problemas de concurrencia en los mismos empleos militares de personal de diferentes escalas, con formación y facultades distintas”, el propósito no confesado oficialmente es acabar con el clasismo arraigado entre los oficiales de carrera de las Fuerzas Armadas.

El texto, que también refuerza el papel de los suboficiales, liquida los ascensos por antigüedad. En la escala de oficiales, la antigüedad sólo servirá para ascender hasta capitán. A partir de ahí, los ascensos a comandante y teniente coronel serán por “clasificación”, y a coronel, por “elección”. Igualmente, en la escala de suboficiales, la antigüedad sólo servirá para llegar a sargento primero.

Reforma de la enseñanza

Como adelantó este diario, el proyecto reduce el papel de las Academias Militares como centros de formación integral y prevé una reforma a fondo de la enseñanza militar superior. Los futuros oficiales realizarán estudios correspondientes y equivalentes a las carreras civiles y realizarán los específicos de cada arma en la futura Universidad Nacional de la Defensa. Sus titulaciones equivaldrán a las de grado universitario del sistema educativo general.

Esta reforma es aceptada de buen grado por los actuales oficiales. Algunos cuentan la anécdota de que cuando algún colega europeo les pregunta: “¿Usted qué es?”, han de limitarse a invocar su grado militar, mientras que aquellos alardean de ser, además, economistas, ingenieros, abogados, etcétera.

Reticencias a la Universidad de Defensa

Las fuentes consultadas explican que las reticencias a la creación de la Universidad Nacional de la Defensa proceden más de la comunidad universitaria civil que de las propias Fuerzas Armadas. Los estudios jurídicos realizados niegan colisión alguna entre el proyecto y la Ley Orgánica de Universidades, “que se reformará mediante una disposición final”. En todo caso, Defensa pretende integrar a las Academias generales, los centros de formación de oficiales y la Academia de las Fuerzas Armadas, donde se cursan los estudios comunes a los tres ejércitos, bajo un paraguas común de rango universitario.

El anteproyecto aparca, una vez más, la regulación de los derechos y deberes de los militares y la creación de los Consejos de Personal para abordar temas profesionales, tal como se anunció con ocasión de la aprobación de la Ley de la Defensa Nacional.

Para unos supone una “revolución” y para otros es un paso obligado en la modernización de las Fuerzas Armadas. Se trata de la futura Ley de la Carrera Militar, un texto polémico que liquidará los ascensos por antigüedad e implantará la escala única en la escala de oficiales. El anteproyecto se encuentra sobre la mesa del ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y es el resultado de los estudios que comenzó a dirigir hace un año Justo Zambrana, hoy en el Ministerio del Interior, por orden de José Bono. Fuentes del grupo socialista confían en que el Gobierno apruebe el proyecto en octubre. Será la primera ley del ministro Alonso.