El confidente del 11-M Javier Lavandera resulta herido leve tras ser tiroteado en una zona rural de Gijón

La Guardia Civil investiga un supuesto tiroteo que habría sufrido ayer en Gijón Francisco Javier Lavandera Villazón 'Lavandero', el confidente que ofreció a este Cuerpo datos sobre la trama asturiana de los atentados del 11-M cometidos en Madrid.

Las pesquisas se han iniciado a raíz de la denuncia presentada ayer por 'Lavandero' ante la Comandancia de la Guardia Civil en Gijón, en la que asegura que fue tiroteado mientras conducía por la zona del monte Deva, en Gijón, informaron a Efe fuentes de la Delegación del Gobierno en Asturias. 'Lavandero' contó con protección policial hasta febrero de 2005 cuando el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo decidió que se le retirara.

El confidente alertó en 2001 a un agente de la Guardia Civil de que dos imputados por el 11-M tenían grandes cantidades de dinamita. 'Lavandero' llamó a la Guardia Civil el 26 de agosto de 2001 y se entrevistó dos días después con el agente del servicio de información Jesús Campillo, quien grabó la conversación en una cinta y redactó un informe operativo sobre su contenido.

El confidente aseguró en esa charla que el ex minero José Emilio Suárez Trashorras y su cuñado Antonio Toro, que fueron imputados por el 11-M, disponían de 400 kilogramos de goma-2 de los que querían deshacerse, y que él personalmente vio entre 40 y 50 kilos en el maletero de un vehículo.

La investigación abierta a raíz de las informaciones de 'Lavandero', denominada 'operación Serpiente', se cerró sin resultados porque el confidente había trasladado los mismos datos a la Policía varios meses antes, en la primavera de 2001, y este Cuerpo había puesto en marcha la 'operación Pipol', que concluyó con la detención en julio de Trashorras, Toro y otras veinte personas.

La cinta grabada por Campillo fue encontrada a mediados de 2003 por un guardia civil del puesto de Cancienes (Asturias), quien el 16 de octubre de 2004 la entregó a sus superiores, que ese mismo día la hicieron llegar al teniente coronel de la Comandancia de Gijón José Antonio Rodríguez Bolinaga. Bolinaga no dio importancia entonces a la grabación y meses después fue destituido por ello de su cargo.

Amenazas de muerte

La Guardia Civil ya había señalado en varias ocasiones que la vida de Lavandera “corría peligro”. Hace tiempo, sin ir más lejos, el que fuera protagonista en la trama del 11-M recibió amenazas de muerte acompañadas de una foto de la autopsia de su mujer, que falleció ahogada en una playa, o una serpiente decapitada en la puerta de su casa.

El suicidio de su mujer copó buena parte de los titulares de la prensa y se especuló sobre los “oscuros” motivos del mismo. Los hechos fueron relatados por el propio Lavandera en el diario El Comercio: “Estaba comiendo lejos de Asturias y me envió un mensaje: 'Cuida de nuestro hijo. Te quiero mucho, pero voy a acabar con mi vida. He intentado cortarme las venas, aunque no sangro. Estoy en el mar (...)’. Llamé al 112 y me pusieron con la Policía. No contestaba. No tengo mucha suerte con la Policía. Luego hablé con la Local y les dije que mi mujer intentaba suicidarse. Me contestaron que no había nadie en el agua, que estaban mirando por las cámaras y no aparecía nadie en una situación de peligro. Me dijeron que me quedara tranquilo y yo me quedé tranquilo”.

“Una hora más tarde, el jefe del servicio me llamó por teléfono y me comunicó que mi mujer había tenido un accidente de tráfico. Me dijo que había sido atropellada por un coche y que estaba muy grave, pero luego añadió: 'Mira tío, no te puedo engañar, Lorena está muerta, se ahogó y no pudimos hacer nada por ella'”.