Inteligencia artificial, cibergafas… Las claves de Google para pulverizar máximos en bolsa

Quince años. Ese es el tiempo que ha pasado desde que dos estudiantes de la Universidad de Stanford, Larry Page y Sergey Brin, desarrollaron la idea de un motor de búsqueda para internet a partir de una tesis doctoral. Probablemente, en aquel momento ni siquiera ellos mismos contemplaban lo que el futuro les iba a deparar. Hoy Google es una realidad tangible que no deja de crecer y prueba de ello es que, desde su salida a bolsa allá por agosto de 2004, acumula una revalorización de más de un 900% desde los 85 dólares a los que se estrenó.

La pasada semana, el popular buscador superó la cota de los 850 dólares por título. Este nivel, más allá de ser una mera cifra, es el punto clave que habían fijado buena parte de los analistas para contemplar renovados ánimos alcistas en el valor. Superada esta barrera -ahora el valor se mueve por encima de los 870 dólares- surge la duda de dónde está el límite del valor y cuáles son los motivos para que consiga repuntar sin freno en un sector sobre el que planea en demasiadas ocasiones la sombra de la burbuja.

Poco que comparar

Las comparaciones con Apple son inevitables por su capitalización bursátil y también por su meteórica trayectoria en el mercado a lo largo de la última década. El pasado mes de septiembre la firma de la manzana consiguió tocar máximos históricos por encima de los 700 dólares por título. Hoy el valor se mueve en los 460 -aunque llegó a caer a los 390 dólares- después de que en los últimos meses el mercado le haya dado la espalda, a la vista de sus últimos resultados por debajo de las expectativas. El pasado jueves varios analistas consultados por Market Watch afirmaban con contundencia que “es hora de dejar Apple y entrar en Google, a la vista del progresivo agotamiento bursátil que se aprecia en la empresa capitaneada por Tim Cook”.

Sin embargo, toda comparación entre ambas compañías está fuera de lugar. Esta es la opinión unánime de los expertos, que considera que el popular buscador centra su negocio en la publicidad por internet y no ha dejado de buscar la diversificación, mediante la creación de aplicaciones de mapas, navegadores o sistemas para teléfonos inteligentes. Ahora los próximos pasos apuntan a nuevos productos basados en estudios sobre inteligencia artificial, gafas inteligentes o incluso ordenadores que imitarían el comportamiento del cerebro humano.

“Es difícil no ponerla en cartera porque no deja de hacer cosas y la siguiente no tiene nada que envidiar a la anterior. Es cierto que los precios actuales dan algo de vértigo, pero, mientras siga habiendo motivos fundamentados que apoyen su cotización, por qué íbamos a darle de lado”, apunta Virginia Pérez, analista de mercados de Tressis.

Rafael Ojeda, analista de Miramar Capital, también considera que el valor está caro, pero cree que el potencial es todavía mayor a la vista del crecimiento publicitario previsto para los próximos años y también por las barreras de entrada que está estableciendo la compañía. “Cada vez es más difícil competir contra ellos, a la vista del valor añadido que dan a sus nuevas creaciones. Sólo algunas compañías asiáticas han conseguido disputarles parte de su trozo del pastel, mientras que por el camino han quedado otras firmas como Yahoo”.

Los expertos también valoran la posibilidad de que el buscador realice un split (aumentar el número de acciones en curso al dividir su precio en la misma proporción), algo que se ha venido rumoreando en los últimos meses, a la vista del alto precio que han ido ganando los títulos. “Sería una ocasión ideal de dar entrada a los inversores minoritarios y eso es algo que gusta especialmente a las compañías estadounidenses, muy enfocadas hacia el accionista”, añade Ojeda.

Sólo Baidu se atreve a echar un pulso

Las mieles del éxito de Google no son iguales en todo el mundo. La compañía se las está viendo y deseando para penetrar en el mercado chino, uno de los bastiones claves, a la vista de la creciente incidencia que tiene internet dentro de la población del gigante asiático. La firma se ha encontrado con multitud de barreras de entrada y unas autoridades poco proclives a facilitar el acceso de una empresa con bandera de Estados Unidos. A esto se une la feroz competencia que ha demostrado el popular buscador chino Baidu.

Fundado en 1999, su nombre es mucho menos familiar que el de Google… pero sólo fuera de las fronteras de China. Baidu es el buscador predilecto en el país asiático y cuenta con más de 560 millones de usuarios. Sólo en el último año experimentó un crecimiento de 51 millones de internautas en un país en el que, según los últimos cálculos, sólo un 40% de la población tiene acceso a internet.

Baidu salió a bolsa en 2005 y desde entonces acumula una revalorización del 3.400%. Hoy, sus acciones, que también cotizan en Wall Street, se mueven en el entorno de los 95 dólares y el consenso de mercado le da un potencial alcista a un año vista del 23%. A pesar de que a finales de 2012 su cuota de mercado era de apenas un 1,89% (frente al 83% de Google), la firma asiática cuenta con una deuda de 1.700 millones para los próximos cuatro años y un excedente de caja que, según las últimas noticias, podría utilizarse para comprar Sina, uno de sus competidores más activos y también uno de los navegadores más potentes del mercado asiático.

“El 80% de los teléfonos inteligentes producidos en China viene con Baidu como buscador ya instalado y predeterminado. Esto hace que su posición sea privilegiada dentro del mercado y que siga siendo un jugador fundamental en el que Google va a tener un serio escollo”, señala Pérez.