Es noticia
Los países emergentes suplantan en las carteras de renta fija de las economías desarrolladas
  1. Economía
LOS EXPERTOS ESPERAN RETORNOS DEL 9% ESTE AÑO

Los países emergentes suplantan en las carteras de renta fija de las economías desarrolladas

La renta fija de los países emergentes se ha convertido en una posición táctica de las carteras de fondos diversificadas. El rápido crecimiento de estos países

Foto: Los países emergentes suplantan en las carteras de renta fija de las economías desarrolladas
Los países emergentes suplantan en las carteras de renta fija de las economías desarrolladas

La renta fija de los países emergentes se ha convertido en una posición táctica de las carteras de fondos diversificadas. El rápido crecimiento de estos países y la débil situación que atraviesan las economías desarrolladas han promocionado a esta clase de activo, que hasta hace unos años era tan solo una inversión residual y para inversores con elevada aversión al riesgo.

Y, por supuesto, los riesgos –aunque menores- siguen estando ahí. Sin embargo, las rentabilidades que ofrecen, que según los expertos oscilarán entre el 6% y el 9% este año dependiendo de la calidad crediticia y la divisa, la mejor posición en la que se encuentran los emergentes y el aumento de tamaño de este mercado, que suma cerca de dos billones de dólares entre emisiones gubernamentales y corporativas, han espantado algunos de los miedos de los inversores respecto al activo.

Las economías de los países emergentes gozan, en líneas generales, de una mejor salud que los estados desarrollados, con unos fundamentales más fuertes, una posición fiscal más sólida, crecimientos sostenidos, inflaciones a la baja y calificaciones crediticias al alza. Y los inversores de las economías occidentales no han dejado pasar la oportunidad de obtener rendimientos muy superiores a los de las emisiones de sus países, contribuyendo con su elevada demanda a crear un mercado mucho mayor y más líquido, donde el año pasado se emitieron 85.000 millones de dólares y que ya representa el 12% del mercado global de renta fija, según los datos de Mirabaud AM.

Al elevado apetito de los inversores han contribuido significativamente el descenso de la tasa de impago -que se situaba en el 2,47% a finales de enero, según los datos de Moody’s- y el aumento de las calificaciones crediticias de los países. De hecho, tal como apunta Sasha Evers, director general de BNY Mellon en España, actualmente el 80% de los países que componen el índice JP Morgan Emerging Market Local Currency Debt tiene grado de inversión, frente al  50% de hace solo tres años. La última economía en unirse a este grupo ha sido Filipinas, a la que Fitch elevó su rating a triple B a finales del mes pasado.

“El concepto de emergente ha cambiado. Es el resultado de una buena situación fiscal y de mejor crecimiento y se ha visto reflejado en el mercado a través de rentabilidades más bajas que las de hace un tiempo. Aún así, con un entorno que a escala global continuará con tipos tan bajos es necesario buscar rentabilidades que superen a la inflación”, reconoce Rubén García Paéz, responsable de Threadneedle en España. “La distinción entre deuda de mercados desarrollados y emergentes se ha atenuado y en un momento no muy lejano hablaremos simplemente de renta fija global. Actualmente, el riesgo percibido es muy superior al real, de manera que los inversores se ven más que compensados por el riesgo que asumen”, subraya Simon Lue-Fong, director de deuda emergente de Pictet AM.

La divisa, clave

Pero no todo es idílico. Cada país oculta su propia situación y riesgos aparejados, por ello los expertos aseguran que la diversificación que otorgan los fondos es clave. Además, también entra en juego la divisa. A la hora de invertir en estos mercados, uno de los aspectos que debe plantearse el inversor, junto a los emisores que escoge, es si se desea hacerlo en moneda local o en dólares, y ambas opciones entrañan peligros.

El mercado en dólares está más desarrollado, ya que los países comenzaron a emitir deuda denominada en la divisa norteamericana, pero las colocaciones en moneda local están creciendo a un ritmo mucho más elevado, a la vez que los países ganan solvencia y cuentan con una posición más sólida para enfrentarse a los inversores. Además, las compañías aseguradoras y los fondos de pensiones están apostando fuertemente por este segmento dotando de una liquidez mayor a la deuda en moneda local. “Actualmente, las colocaciones en divisa local cuentan con mayor calificación crediticia porque son los países más débiles los que se ven obligados a emitir en dólares”, destaca Sasha Evers.

 

El mayor riesgo de las emisiones en dólares es la potencial revalorización del billete verde, según explican en M&G. “Cuanto más se aprecia la divisa en la que está denominada la deuda, más caro es para el país emisor pagarla y, por tanto, le cuesta más, aumentando el riesgo de impago y su deuda externa”. 

En años anteriores, para los inversores ha sido positivo invertir en dólares y a tres años, los fondos de esta categoría ofrecen retornos de hasta el 13%, como es el caso de ING Renta Fund Emerging Market Bond Fundamental, Barclays Multi-Manager Global Access Emerging Markets Debt o Dexia Bond Emerging Markets.

Por su parte, invertir en divisa local y aprovechar la fluctuación de la moneda aumentan la volatilidad, pero también la rentabilidad potencial en caso de apreciación. “En condiciones normales, esperamos que las rentabilidades sean de alrededor de un 5%, a lo que hay que sumar otro 2%-3% derivado de la revalorización de la moneda", afirma Evers. 

Por el momento, los fondos van bien encaminados a obtener estos rendimientos. En lo que va de año, los retornos se sitúan alrededor de un 2,3%, como es el caso de Goldman Sachs Growth Emerging Markets, de Invesco Emerging Local Currencies Debt o BNP Paribas Bond World Emerging Local Classic. Eso sí, la volatilidad media de estos productos también es elevada y oscila entre el 8% y el 9%.

La opción de invertir en divisa local también permite beneficiarse de la convergencia de los tipos de interés de los países emergentes con los desarrollados. Y, precisamente en este punto, entra en juego la duración de la cartera porque dependiendo de cómo evolucionen los tipos, el resultado puede ser muy distinto. “El gestor debe manejar muy bien el mercado primario porque casi todos los bonos se emiten a largo plazo y actualmente no son recomendables las duraciones largas”, reconoce Greg Sachin, responsable de high yield y renta fija de mercados emergentes de Pioneer Investments.

Países en situaciones dispares

Y, por supuesto, también hay que tener en cuenta la situación particular de cada país y ver qué interesa aprovechar en cada región.  Dentro de Latinoamérica, México es la región preferida por los expertos y prácticamente todos apuestan por invertir en pesos. “Ofrece un muy buen panorama macroeconómico. El crecimiento está siendo sostenido y esperamos que con el repunte de EEUU -su economía está estrechamente ligada a la americana- esta tendencia continúe”, destaca García Paéz. Dentro de esta región, Perú también figura en todas las quinielas. Por el contrario, Brasil ha dejado de ser El Dorado. “La inflación ha sido superior de la esperada y su banco central ha intervenido para debilitar el real. Además, su crecimiento es más bajo de lo esperado, pese a los agresivos recortes de tipos de 2012, y su déficit por cuenta corriente está empeorando”, expone Lue-Fong.

En lo que respecta a Asia, Indonesia y Malasia son las principales apuestas, mientras que Tailandia y Filipinas pierden protagonismo y China preocupa. No solo por su situación particular, sino por el impacto que puede tener en el resto de países. “El gigante asiático ha crecido mediante una burbuja de crédito y actualmente su ratio de crédito sobre Producto Interior Bruto (PIB) es del 200%, similar al de España en 2008 o al de Corea en 1997, lo que constituye un gran peligro. Si se produjera una desaceleración demasiado acusada esto podría afectar al resto de economías, que dependen del país”, destacan en M&G.

África también está ganando terreno en las carteras y países como Nigeria, con una gran riqueza mineral, o Sudáfrica comienzan a ser cada vez más comunes. También Oriente Medio emerge con fuerza. “Abu Dabhi está considerada como la Suiza de la región por la riqueza de sus habitantes y, al igual que en Qatar, existe muy poco riesgo político porque la riqueza se ha distribuido entre la población local. Sin embargo, en Barheim sucede todo lo contrario”, argumentan en M&G.

Por último, Europa del Este no gusta demasiado a los expertos, ya que su principal catalizador de crecimiento, la eurozona, se encuentra en una situación débil. Pero siempre hay excepciones, como Rusia. “En el país hay dinero y formación de capital, pero le interesa atraer inversión extranjera para diversificar  y que la economía no esté centrada en gas y petróleo y paga importantes retornos”, apunta Sachin.

La renta fija de los países emergentes se ha convertido en una posición táctica de las carteras de fondos diversificadas. El rápido crecimiento de estos países y la débil situación que atraviesan las economías desarrolladas han promocionado a esta clase de activo, que hasta hace unos años era tan solo una inversión residual y para inversores con elevada aversión al riesgo.