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Arcelor pacta con los sindicatos paz social por producción y rebaja de salarios
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SALVA LOS 6.000 EMPLEOS DE ASTURIAS

Arcelor pacta con los sindicatos paz social por producción y rebaja de salarios

Paz social por producción. Esa parece ser la máxima del preacuerdo alcanzado entre la dirección de la multinacional siderúrgica Arcelor Mittal y los sindicatos para sus

Foto: Arcelor pacta con los sindicatos paz social por producción y rebaja de salarios
Arcelor pacta con los sindicatos paz social por producción y rebaja de salarios

Paz social por producción. Esa parece ser la máxima del preacuerdo alcanzado entre la dirección de la multinacional siderúrgica Arcelor Mittal y los sindicatos para sus plantas en España, que supone la reducción salarial de un 8% variable en los salarios de los trabajadores, en función de los resultados económicos de la compañía, y un incremento de horas extraordinarias para evitar la contratación de eventuales, mientras que, como contrapartida, la empresa se compromete a reabrir el segundo horno alto de la fábrica de Gijón a finales del próximo mes de enero y a una inversión extraordinaria de cien millones de euros para garantizar la continuidad de la actividad, en unos momentos en los que todo hace prever que las fábricas de Arcelor del resto de Europa padecerán cierres y pérdidas de empleo.

El preacuerdo todavía no ha sido rubricado, porque se está en la fase de consulta en los órganos de representación de los trabajadores. A escala estatal, todos los sindicatos se han mostrado conformes con el pacto, si bien en Asturias, Comisiones Obreras se manifiesta muy reticente y ha exigido la celebración de un referéndum, pese a que todas las decisiones adoptadas hasta la fecha por la plantilla son proclives a firmar el acuerdo. UGT y USO han echado el resto en las distintas instancias laborales para inclinar la balanza a su favor.

El pacto entre la dirección de Arcelor y los sindicatos ha sido largo y complicado, puesto que desde el inicio de las negociaciones han transcurrido varios meses y se produjo una huelga de 24 horas seguida muy masivamente contra la pretensión de la empresa de descolgarse unilateralmente del convenio colectivo. De hecho, hasta dos días antes de llegar al preacuerdo, el descuelgue era el motivo fundamental de la confrontación. Posteriormente, la empresa hizo más hincapié en la producción y condicionó el contenido de la reducción salarial a la consecución de beneficios el próximo ejercicio, llegando incluso a poner sobre la mesa subidas salariales en 2014 si la cuenta de resultados se hace propicia para los intereses de la compañía.

El principal elemento que barajó la representación de los trabajadores para dar el visto bueno al acuerdo es la reapertura del segundo horno de la factoría de Gijón, que va a suponer el mantenimiento de la producción y la mejora de las expectativas laborales de la factoría gijonesa, por cuanto era una exigencia reclamada frecuentemente por los agentes sociales y las Administraciones públicas de Asturias. Los expertos, además, dejaron claro que la actividad de la planta es prácticamente inviable con un solo horno y la dirección de la multinacional recelaba de las condiciones del mercado para ponerlo en marcha.

Además del horno alto, las factorías españolas de Arcelor contarán con unos cien millones de euros de inversión extraordinaria, ligados al mantenimiento de algunas instalaciones que permitirán consolidar la producción y evitar su desplome y, por consiguiente, la pérdida de empleos.

Esta inversión extraordinaria en las factorías españolas de Arcelor tiene lugar en un momento en el que las previsiones para el resto de Europa son las de cierre de instalaciones y despidos casi masivos de trabajadores, hasta el punto de que la conflictividad en el continente se acrecienta día a día, mientras que en España, el preacuerdo pone a salvo las plantas de lo que en el argot siderúrgico se conoce como planos.

En la asamblea de trabajadores también cala el hecho de que Arcelor Mittal se compromete a mantener las prejubilaciones para aligerar plantilla, las cuales estaban sobre el alero antes del preacuerdo. La posibilidad de que los últimos años de vida laboral transcurran sin demasiados sobresaltos y con la garantía de una jubilación plácida tras una desvinculación pactada con la empresa es un aliciente muy apetitoso para los trabajadores de más de 50 años y que, en las condiciones actuales de mercado, es muy dificil que consiguieran en otras empresas.

Lo cierto es que el preacuerdo ha contentado a prácticamente todo el mundo, hasta el punto de que la patronal del metal, Femetal, considera que es un convenio muy razonable que puede servir como ejemplo para las relaciones entre empresarios y trabajadores en otras industrias del sector. La industria auxiliar, muy dependiente en Asturias de Arcelor Mittal, ha bendecido también el preacuerdo, ya que la continuidad en la producción les asegura cuota de mercado para seguir desarrollando su trabajo en el ámbito siderúrgico, en momentos en los que la demanda está sufriendo una caída sin límites. Pero, posiblemente, quienes tengan más razones para la satisfacción sean los alrededor de 12.000 empleados que Arcelor Mittal tiene en toda España (casi 6.000 en Asturias), que ven despejada la incertidumbre de su futuro laboral, al menos, durante los próximos años.    

Paz social por producción. Esa parece ser la máxima del preacuerdo alcanzado entre la dirección de la multinacional siderúrgica Arcelor Mittal y los sindicatos para sus plantas en España, que supone la reducción salarial de un 8% variable en los salarios de los trabajadores, en función de los resultados económicos de la compañía, y un incremento de horas extraordinarias para evitar la contratación de eventuales, mientras que, como contrapartida, la empresa se compromete a reabrir el segundo horno alto de la fábrica de Gijón a finales del próximo mes de enero y a una inversión extraordinaria de cien millones de euros para garantizar la continuidad de la actividad, en unos momentos en los que todo hace prever que las fábricas de Arcelor del resto de Europa padecerán cierres y pérdidas de empleo.