Planes de pensiones: un ‘matrimonio’ con su banco a cambio de alta bonificación

Fidelizar y retener al cliente. Este suele ser uno de los objetivos de las actividades comerciales que ponen en marcha las entidades financieras. Pero este año, se ha convertido más que nunca en la clave de la campaña de planes de pensiones que realizan cada final de año. Detrás de las elevadas bonificaciones y regalos que ofrecen como reclamo, se esconde la letra pequeña, que en la mayoría de los casos conduce al mismo sitio: estar ligado a la entidad en cuestión durante al menos cinco años y, en algunos casos, hasta ocho.

En la campaña de 2012, como sucede ya desde hace un par de años, el regalo estrella son las bonificaciones en metálico. Las entidades compiten entre sí para ver cuál ofrece la cifra más alta y deslumbra a los partícipes. Pero, a partir de aquí, se despliega todo un catálogo de letra pequeña con las condiciones que hay que cumplir para poder adscribirse a la oferta.

El primer filtro suele ser el importe aportado. Para alcanzar las bonificaciones más elevadas, que este año alcanzan el 8%, la cuantía invertida debe ser alta -en todos los casos supera los 10.000 euros y en muchos alcanza los 50.000 euros-. Muchas entidades acotan también los productos en los que pueden beneficiarse de las ofertas, ya que no es aplicable a toda la gama. Y, por último, figura la permanencia.

Este factor siempre ha estado vigente, pero este año los periodos en los que el cliente debe permanecer vinculado a la entidad se han ampliado significativamente. El ejemplo más llamativo es el de Banco Popular, que ofrece una bonificación de hasta el 8% contratando determinados planes y siempre que el cliente provenga de otra entidad, pero obliga a firmar una permanencia de ocho años y, además, abona dicha bonificación en el plan. En caso de que se desee que el ingreso se realice en una cuenta, la bonificación cae hasta el 4% y se reduce la permanencia a 4 años, siendo válido solo para traspasos superiores a 60.000 euros.

El caso del Popular es el más llamativo, pero no es el único. La mayoría de entidades demandan una permanencia de alrededor de cinco años. Ibercaja es una de ellas. La caja premia con una bonificación en cuenta del 4% del importe aportado o traspasado para volúmenes superiores a 10.000 euros, pero exige que el cliente mantenga el plan hasta el 31 diciembre de 2017. Para traspasos inferiores a dicha cantidad, la bonificación baja al 1% y la permanencia finaliza en 2013.

Cinco años también solicita Bankinter, hasta el 1 de marzo de 2018. En este caso, las bonificaciones alcanzan hasta el 4%, para importes superiores a 50.000 euros, el 3% para cuantías entre 30.000 y 50.000, y el 2% para traspasos entre 3.000 y 30.000 euros.

Igual periodo impone BBVA, que ofrece un 2% para importes inferiores a 25.000 euros y un 4% para volúmenes mayores. Sin embargo, en este caso, la entidad solo da la posibilidad de reinvertir este dinero en el plan o canjearlo por un cheque descuento y elegir entre una serie de productos de su tienda.

También paga en puntos de su programa de fidelización (unipuntos) Unicaja, aunque la entidad sí da la posibilidad de canjearlos en efectivo. La caja malagueña bonifica los traspasos superiores a 6.000 euros con un 2% y una permanencia de tres años, o un 3% y el compromiso de permanecer en la entidad cinco años.

Ofrecer depósitos es otra de las modalidades elegidas por las entidades para retener a los partícipes. Por ejemplo, Kutxabank ofrece a quienes realicen aportaciones a sus planes garantizados la posibilidad de contratar un depósito al 3,5% TAE durante seis meses.