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Los interesados en Banco de Valencia y CatalunyaCaixa piden garantías para los activos 'sanos'
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ALGUNOS SE REPLANTEAN PUJAR

Los interesados en Banco de Valencia y CatalunyaCaixa piden garantías para los activos 'sanos'

El segundo Real Decreto-ley de reforma financiera pone en peligro las dos subastas de entidades actualmente en marcha. Los candidatos a comprar Banco de Valencia y

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Los interesados en Banco de Valencia y CatalunyaCaixa piden garantías para los activos 'sanos'

El segundo Real Decreto-ley de reforma financiera pone en peligro las dos subastas de entidades actualmente en marcha. Los candidatos a comprar Banco de Valencia y CatalunyaCaixa quieren que los esquemas de protección de activos (EPA, garantías contra pérdidas futuras) cubran también las provisiones sobre los créditos 'sanos' de estas entidades. Y aunque no sea así, piensan pedir muchísimo más dinero tanto de EPA como de capital en sus ofertas, e incluso algunos se plantean retirarse. Además, no está nada claro cómo se van a subastar estas ventas con la nueva pelea entre el sector y el Ejecutivo por la recapitalización del Fondo de Garantía de Depósitos.

"El nuevo decreto cambia radicalmente las reglas de las subastas. Si uno pensaba que iba a tener que cubrir unas provisiones e iba a plantear un EPA para ello, si ahora resulta que tiene que cubrir casi el doble, no puede hacer la misma oferta", plantean en una entidad presente en una de las pujas. De ahí que varias de ellas hayan planteado al Banco de España si los EPA -la fórmula que se ha utilizado hasta ahora en todas las subastas desde CCM- pueden cubrir también el crédito 'sano' (que todavía no se moroso) del ladrillo, que, como es sabido, es el que hay que dotar al 30% como media según la segunda reforma financiera del PP.

Según han informado a la CNMV, CatalunyaCaixa tiene que provisionar 1.428 millones extra por el nuevo Decreto de hace dos semanas, que se suman a los 2.648 (no especifica si son brutos o netos) que debía dotar por el Decreto de febrero entre provisiones y búfer de capital. La factura para Banco de Valencia es de 509 millones para el segundo Decreto y de 823 para el primero.

Lógicamente, la intención de los candidatos es que se pueda solicitar un EPA también para cubrir el crédito no moroso en las nuevas circunstancias. El problema es que estos esquemas se justifican para cubrir la pérdida esperada de los créditos en mora o activos adjudicados. En el caso de los 'sanos' no existe esa pérdida esperada (porque son sanos), luego es mucho más complicado concederlo. Ahora bien, si el Gobierno ha incrementado de esta forma las provisiones para los activos no problemáticos, es que espera que un porcentaje elevado acabe en mora. Aplcando la misma lógica, podría dar EPA en las subastas, argumentan algunas de las fuentes.

Y si no es así, "en todo caso se va a encarecer mucho la puja, las ofertas van a ser mucho más conservadoras tanto en términos de EPA como de capital", advierte otra de las fuentes consultadas. Esto es, las ofertas van a pedir unas garantías contra pérdidas mucho mayores e incluso más capital del inicialmente inyectado por el FROB (3.000 millones en el caso catalán y 1.000 en el valenciano), que ya se da por perdido; algo similar a lo que ocurrió con la CAM, donde los 3.000 millones de capital iniciales aumentaron hasta 5.249 en la adjudicación al Sabadell.

Posibles retiradas

Aparte del cargo adicional que deba asumir por la entidad comprada, los candidatos también tienen el impacto del nuevo Decreto en sus propias cuentas, que en algunos casos reduce mucho su capacidad para completar la operación. Algunas de las fuentes señalan en especial a las cajas medianas -Liberbank, Ibercaja y BMN-, que además están obligadas a protagonizar otra fusión aparte de la compra de Banco de Valencia. Y eso que Mare Nostrum era el principal candidato a hacerse con Banco de Valencia.

Otras fuentes apuntan a que también podría retirarse de la puja Bankinter. La entidad controlada por Jaime Botín no tiene excesivos problemas para cumplir los dos Decretos dada su reducida exposición al ladrillo, pero adquirir el banco valenciano podría ponerle en una situación muy difícil, salvo que consiga unos niveles de capital y EPA muy altos. Además, nunca ha demostrado excesivo interés por la operación, sino que más bien se ha visto obligado a acudir por la presión sobre las entidades de menor tamaño.

El segundo Real Decreto-ley de reforma financiera pone en peligro las dos subastas de entidades actualmente en marcha. Los candidatos a comprar Banco de Valencia y CatalunyaCaixa quieren que los esquemas de protección de activos (EPA, garantías contra pérdidas futuras) cubran también las provisiones sobre los créditos 'sanos' de estas entidades. Y aunque no sea así, piensan pedir muchísimo más dinero tanto de EPA como de capital en sus ofertas, e incluso algunos se plantean retirarse. Además, no está nada claro cómo se van a subastar estas ventas con la nueva pelea entre el sector y el Ejecutivo por la recapitalización del Fondo de Garantía de Depósitos.

Banco de España