Popular-Pastor tendrá que provisionar su ladrillo en dos años

El Banco Popular tendrá que acogerse al régimen especial de fusiones -que rechazó inicialmente tras su integración con Pastor- para cumplir los requisitos de provisiones que impone el Real Decreto del sábado. Así lo reconoce en un hecho relevante comunicado esta mañana a la CNMV, donde da unas cifras de impacto algo superiores incluso a las estimadas por el mercado, como en el caso de BFA-Bankia.

El banco que preside Ángel Ron estima el impacto en 2.421 millones brutos (1.695 después de impuestos) en solitario, más otros 884 millones por el Pastor. La primera cifra espera ser cubierta por las reservas constituidas (es decir, los fondos propios) y la generación de resultados, sin recurrir a ayudas públicas. En cuanto al Pastor, las provisiones se dotarán íntegramente contra capital como permite el citado régimen de fusiones.

A pesar de acogerse a estos beneficios reservados a la integración de entidades (dotar provisiones en dos años y contra fondos propios), el resultado del banco sufrirá un duro varapalo. JB Capital estima que entrará en fuertes pérdidas y que tendrá que suprimir el dividendo e incrementar el tamaño de la emisión prevista de convertibles para reponer sus niveles de solvencia, aunque el banco espera aminorar este impacto con una generación de plusvalías por venta de activos que cuantifica en 1.400 millones entre este año y el próximo.

Como es sabido, estas nuevas provisiones se refieren al crédito promotor 'sano' (que todavía no ha entrado en mora) y se añaden a las exigidas por el Real Decreto de febrero para los activos problemáticos. Sumando los dos decretos, las necesidades pendientes de provisiones de Popular-Pastor -sin contar las normales por el deterioro de los activos en 2012- se elevan a unos 5.000 millones.

KutxaBank, dificultades para esquivar las pérdidas

Otra entidad que ha publicado esta mañana unas cifras de impacto muy superiores a las esperadas es KutxaBank, que reconoce tener que dotar 855 millones brutos, algo que espera hacer sin ayudas públicas y sin llegar a entrar en pérdidas, algo que parece complicado puesto que el año pasado el beneficio de las tres cajas vascas fusionadas se situó en torno a 250 millones.

Finalmente, el otro gran banco que no ofreció anoche sus estimaciones, BBVA, ha evaluado el impacto en 1.800 millones brutos (unos 1.300 netos), en línea con las previsiones de los analistas. Este impacto reducirá notablemente su beneficio y le restará 38 puntos básicos a sus ratios de capital, aunque seguirá por encima de los niveles exigidos tanto en España como por Bruselas. Pese a todo, el banco que preside Francisco González asegura que no alterará su "política actual de dividendos", aunque no aclara si se refiere al payout o al importe monetario de los mismos.