El Gobierno pide a la banca que adelante ocho años las aportaciones al FGD

El Gobierno ha propuesto a la banca una solución para la disputa sobre quién paga el coste de las próximas subastas de entidades, si el FGD (Fondo de Garantía de Depósitos) o el dinero público del FROB. Consiste en que los bancos adelanten las aportaciones a dicho fondo de los próximos ocho años, lo cual a priori parece una barbaridad, pero que a cambio esas cantidades no computen como gastos en la cuenta de resultados, según fuentes conocedoras de la propuesta. De esta forma, bancos y cajas no sufren el impacto de la medida en sus beneficios, adelantan un dinero que iban a poner de todas formas en el futuro y el Gobierno consigue sacar adelante estas adjudicaciones sin dinero público.

Las subastas a las que afectará esta medida, si es aceptada por las entidades, son las de Banco de Valencia y CatalunyaCaixa, que comenzarán esta semana y para las que no habrá inyección de capital, sino únicamente esquema de protección de activos. Sólo la segunda necesitará un EPA de al menos 5.000 millones. Asimismo, se aplicará a NovaCaixaGalicia si en septiembre no ha sido capaz de conseguir inversores para hacerse con un porcentaje relevante de su capital.

Como es sabido, quién se hará cargo de los EPA es algo que ha sido objeto de una dura polémica entre el Gobierno -que no quiere destinar un euro más de dinero público al sector financiero- y el sector financiero -que considera que sin fondos públicos no será posible cerrar la reestructuración-. Esta batalla se ha inclinado del lado gubernamental ya que los Presupuestos Generales del Estado no permiten al FROB endeudarse más para poder atender estas garantías en las próximas subastas.

Ahora bien, dada la delicadísima situación de la mayoría de las entidades, no se puede plantear una nueva derrama como la del año pasado, como fue la primera propuesta del Gobierno. La segunda opción fue que el FROB hiciera un préstamo al FGD, pero Bruselas consideraba una operación así ayuda de Estado, lo que significaría que computaría como déficit público. Y como el Ejecutivo pretende evitar un aumento del déficit a toda costa, esta segunda solución también quedó descartada.

En esta tesitura, el departamento de Luis de Guindos ha encontrado esta tercera posibilidad, según las fuentes citadas. Más allá de su mero enunciado, contiene los elementos necesarios para satisfacer a todas las partes. El Estado no tiene que poner un euro más en el sector financiero, tal como prometió Mariano Rajoy en su investidura, ya que son los bancos y cajas los que aportan el dinero, como ha ocurrido en las subastas de CAM y Unnim (en la de CajaSur sí fue el FROB el que pagó la fiesta).

La solución menos mala para el sector

Para las entidades, es una solución mucho menos dolorosa que una derrama o un préstamo a un tipo de interés exagerado -algo imprescindible para que Bruselas diera su visto bueno-. "Al final, sólo estás adelantando un dinero que de todas formas vas a poner en el futuro, y si, además, no va a penalizarte la cuenta de resultados, pues perfecto", explican en una entidad. Así, se convierte en la solución "menos mala" en ausencia de dinero público.

Otras fuentes, en cambio, critican esta propuesta como una "ocurrencia" más de las muchas que han jalonado la reforma financiera hasta ala fecha: "Esto es otro Frankenstein, otro monstruo que no hay por dónde cogerlo. Un invento ad hoc, como los privilegios concedidos a Unicaja para que absorba Caja España, que lo único que hará es minar todavía más la maltrecha credibilidad del sistema financiero español".